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07/12/2016 By Lily Deja un comentario

Círculos presenciales de duelo gestacional


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Si te mueves en el mundo de la crianza y/o eres una madre de niños más mayores, como yo,

sé que te sorprende el grandísimo camino que estamos haciendo como sociedad en apoyo a las madres y sus bebés.

 

Hace sólo 11 años, cuando nació mi hija mayor, pocos eran los círculos de lactancia, pocos eran los círculos de madres.
Hoy son espacios bastante reconocidos, cada vez la red se expande más y la consciencia social también.

Hemos creado círculos donde las mujeres pueden aclarar sus dudas y estar en contacto con otras madres, no sentirse solas en el puerperio y compartir las pequeñas alegrías diaria de la maternidad.

Son círculos con sus mujeres alegres, círculos que se nutren de las risas de los bebés, de las sonrisas de sus madres.

Y sin embargo, cuando una mujer pierde a su hijo en el embarazo, viene automáticamente excluida de este círculo, lo he visto con mis propios ojos.

Ella que NECESITA MÁS apoyo.
Ella que NECESITA MÁS comprensión.
Ella que NECESITA profesionales PREPARADAS que la ayuden a transitar su duelo…
se encuentra SOLA.

Sin sonrisa, ya no cabe en unos círculos enfocados en la alegría de madres de niños vivos. Ya no es bienvenida.

Está SÓLA
sola con su dolor
con sus lagrimas
con su carga.

Pero a poco a poco también estas Mujeres se juntan, Mujeres que no quieren compartir alegrías con las demás sino lágrimas y dolor y apoyándose la una en la otra quieren transitar su duelo.
Se juntas en los pocos grupos que existen en la red dedicadas a este tema.

Se juntan en la red, donde no tienen que dar la cara, porque internamente aún se avergüenzan de sus sentimientos, se avergüenzan de compartir su dolor cara a cara.

Podemos y DEBEMOS crear Círculos Presenciales de Duelo Gestacional para ayudar a todas las madres en duelo a DEJAR de avergonzarse, dejar de sentirse solas…

 

Hay que empezar a nutrirse también de abrazos y presencias.

Pero nos topamos con la invisibilidad social de estas Madres con los brazos vacíos que son tantas y tantas Mujeres.

Nos topamos con la agresividad de las “matrosaurias” que ni sabes acompañar a las mujeres en el duelo, ni quieren que otras personas más preparadas lo hagan (un abrazo a mis amigas matronas que no son saurias que pelean cada día para cambiar esta situación).

Nos topamos con trabas en los ayuntamientos, en los centros de salud, en los centros de actividades para madres.

 

Y sin embargo SEGUIMOS

presentando nuestros proyectos
ayudando a las madres de forma privada
trabajando para visibilizar el duelo gestacional a nivel social
y MÁS IMPORTANTE
formando Asesoras en Duelo Gestacional y Perinatal

Formando PROFESIONALES REALMENTE PREPARADAS para apoyar a las Mujeres que las necesitan.

 

¿MI SUEÑO?

Que en otros 10 años la figura de la asesora en duelo esté tan reconocida a nivel social como lo es hoy la figura de la asesora de lactancia.

Nuestra Escuela está trabajando activamente para hacer REALIDAD este SUEÑO.

¿Nos ayudas?

Comparte este artículo en tus redes sociales o déjanos tu comentario.

Lily Yuste

Coach de maternidad

Docente en el Programa Asesoras Stillbirth Support

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Publicado en: Duelo gestacional y perinatal, Grupos presenciales, Lily Yuste, Muerte perinatal, Red de mujeres Etiquetado como: #mamásenduelo, Círculos maternales, duelo gestacional y perinatal, Lactancia y duelo, Lily Yuste, sanación

05/10/2014 By Monica 1 comentario

Sanación a través del duelo


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Sanación a través del duelo

Hoy quiero presentarte a Virginia de la Iglesia.

Hace poquito que nos conocemos pero me ha impresionado de forma muy positiva por sus conocimientos y su profesionalidad.

Le comenté si quería colaborar con un post en esta web y estoy realmente contenta con el resultado.

El resultado es el artículo que vas a leer a continuación y tú misma vas a descubrir por qué lo digo.

Virginia de la Iglesia es psicóloga, educadora infantil y es autora del blog PsicologiayConsciencia.com donde comparte herramientas para mejorar la calidad de las relaciones con uno mismo y con los demás. 

Te dejo con su artículo:

Tu mundo en pedazos

 

La pérdida de un bebe le hayamos conocido o no es sin duda la situación más desgarradora a la que una mujer puede enfrentarse porque literatamente le rompe interiormente.

Este suceso produce una gran escisión interna,

la vida te ha golpeado fuertemente y te encuentras

noqueada,

desorientada,

aturdida,

con las expectativas rotas y

con mucho dolor porque alguien quedo atrás y tú acompañada de tu inmenso dolor tienes que seguir adelante.

La pérdida golpea como un rayo que te atraviesa haciéndote replantear todos tus valores y quien eres realmente.

El duelo ante la pérdida es un proceso de recomposición, de unir todas las piezas internas y formar con ellas un tú que no había existido hasta el momento y eso es un abismo, da vértigo y produce una soledad aterradora.

Está claro que en un proceso de duelo una no se siente objetiva ni con muchas fuerzas para buscar recursos ante el dolor pero existen algunas actitudes sanadoras que podrán ayudarte en este proceso.

Actitudes Sanadoras

  1. El camino de las lágrimas

El duelo inicial ante todo es ÍNTIMO y a veces solitario, las personas más próximas pueden entender y empatizar con tu dolor pero eso es un consuelo a medias porque eres tú quien lo estás sintiendo, eres tú la que estás en agonía, eres tú la que te despiertas llorando por las noches, eres tú la que estás rota.

Tu pena es algo tan íntimo y profundo que solo puedes comprenderla tú y en la soledad de tu intimidad las lágrimas liberan al exterior esa pena, cada una de esas lágrimas es el bálsamo amortiguador que te devuelve poco a poco a la vida liberando parte de tu sufrimiento. Las lágrimas son tus primeras aliadas, te alientan y ayudan a mitigar  el dolor, la rabia y todo tipo de emociones encontradas.

Las lágrimas son el primer paso hacia la recomposición y hacia tu nueva integridad, y sólo tú sabes todo lo que necesitas llorar, no reprimas tu pena. A veces las lágrimas se desbordarán con facilidad y podrás pasarte días enteros llorando, a veces pasarán meses hasta que puedas derramar una sola lágrima pero cuando estas lleguen atreve a soltar, no retengas, no te escondas de tu pena.

Tu pena necesita ser vivida.

Mira a tu pena de frente, acógela.

Solo así, podrás liberarla.

  1. Acallar las palabras que duelen

El duelo es un proceso donde no te reconoces, te sientes vulnerable y especialmente sensible, deseas encerrarte en tu cueva para llorar tu pena, temes que cualquier gesto o palabra del exterior pueda ahondar aun más en tu herida.

Los familiares (independientemente de que sean más o menos cercanos) y amigos ante una situación de perdida pueden sentir dolor pero su grado de dolor no es el mismo que el tuyo, en muchas ocasiones querrán ayudarte con la mejor de sus intenciones y a través de sus palabras harán justo lo contario, si alguien te dice tonterías que te hacen sufrir ante una situación como esta tienes que aprender a protegerte.

duelo-apoyo

A veces el silencio acompaña más que la mejor de las palabras

 

Muchas veces estas palabras dolorosas vienen de personas que consciente o inconscientemente  rechazan el dolor y eso las puede volver insensibles ante este tipo de situaciones.

Quizá no quieran lastimarte pero con su actitud acabarán haciéndolo tarde o temprano.

Si hace poco que has tenido una pérdida te sentirás vulnerable, como de cristal y quizás no necesitas palabras de consuelo o aliento, al menos no ahora, la mayor parte no te van a servir y en el peor de los casos pueden lastimarte y enfurecerte, más bien necesitas estar sola en tu intimidad o al lado de alguien que sienta un profundo respeto por el dolor y sobre todo que no se asuste ante él.

El dolor es incómodo, todos los sabemos, pero quien puede acompañarte en esta etapa con su presencia más que con sus palabras se convertirá en tu  VERDADERO APOYO.

En estos momentos es vital expresar el dolor solos o en compañía, porque ahora dolor es lo que somos.

  1. Respeta como te sientes y date el tiempo que necesites

Los demás querrán que estés bien cuanto antes, incluso pueden llegar a presionarte, no comprenden que este es un proceso que no se puede forzar, sentirse mejor es un proceso paulatino y diferente en cada persona, querer estar bien de forma inmediata es ir contracorriente y eso solo alarga el duelo.

Si el exterior se hace muy duro, si las palabras no te consuelan, si te cargan de culpa o si se vuelven estacas que se clavan en tu herida tienes que protegerte poniendo distancia emocional y si es necesario distancia física con quien consideres, recuerda que el rechazo al dolor puede volver insensibles a determinadas personas y eso ahora a ti no te ayuda en absoluto.

En estos momentos puedes permitirte ser egoísta y no actuar por hipocresía, elige con quien realmente quieres compartir este proceso.

Quien en tu proceso prefiera ahogarse en tus lágrimas de dolor antes que en las risas de alegría de los demás, será la única compañía beneficiosa a tu lado.

  1. La red de apoyo

Con el paso del tiempo y superada la agonía y pena inicial una comienza poco a poco a abrirse, parece que empieza a existir vida ahí fuera y el mundo ya no se percibe tan hostil.

Aquí se puede hablar con más naturalidad de lo ocurrido y esta es una excelente forma de seguir integrando el dolor, ya puedes expresar y compartir verbalmente tu dolor con los demás de una forma más serena y sosegada.

Poner nombre y hablar del hijo fallecido es una forma de hacerle hueco en el sistema familiar para que ocupe el lugar que merece y le corresponde aunque no esté físicamente.

Buscar una red de apoyo de personas que hayan pasado por un proceso similar al tuyo hace que el duelo sea mucho más llevadero. Hablar de tu proceso en un ambiente seguro y protegido te abre ampliamente a un camino de aceptación.

Compartir experiencias comunes te ayudará a sentirte más comprendida, protegida y establecer lazos desde esa comprensión.

Esta red vinculante es verdaderamente sanadora.

  1. La importancia del ritual

Una pérdida es un hecho ineludible que nos acompañará siempre pero para sentirte en paz es importante poner un cierre metafórico.

Los actos simbólicos ayudan a concentrar la energía y reforzar la intención debido a su gran capacidad para movilizarnos pues hablan en términos que solo entiende el inconsciente y no nuestro pensamiento lógico, lineal y racional.

Esto se hace a través de los rituales.

Un ritual es un acto ceremonial e integrador con un enorme potencial sanador

Un ritual es un acto ceremonial e integrador con un enorme potencial sanador

 

Un ritual es un acto ceremonial e integrador con un enorme potencial sanador

Si nos has podido enterrar al ser que ha fallecido, siempre tienes la oportunidad de hacerlo de forma metafórica y para ello puedes utilizar herramientas u objetos que para ti tengan una vinculación con el bebe.

No hay una forma rígida de hacerlos, si es importante realizarlos desde el respeto y el sentimiento.

Quizás te apetezca escribirle una carta expresando todo tu sentimiento, luego puedes quemarla como símbolo de transformación.

El ritual es un tiempo y espacio sagrado donde puedes permitirte expresar a ese ser todo lo que deseas contarle y  no te has permitido hasta el momento, también puedes despedirte de él deseándole lo mejor y haciéndole saber que siempre tendrá un hueco en tu corazón.

 

Algo no volverá a ser igual

Está claro que cuando se produce una pérdida algo cambia en tu interior, no volverás a ser jamás quien eras.

Algo de ti se ha ido con ese ser y algo nuevo dentro de ti emergerá con fuerza, acógelo.

Ese es el regalo que te ofrece el ser que se fue y que ahora vive en ti.

 

Virginia de la Iglesia
PsicologiayConsciencia.com

 

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Publicado en: Duelo gestacional y perinatal, General Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, emociones, Post invitado, sanación

20/08/2014 By Monica 18 comentarios

No nos preparan para esto. Hablan las madres.


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No nos preparan para esto

Estoy preparando este texto que me ha enviado una amiga, compañera, hermana, alumna…

Tengo la piel de gallina y una sonrisa en los labios. 

Es el texto de una Madre rota por el dolor de la pérdida, pero también el de una Mujer empoderada y salvaje después de una experiencia extrema. 

Una experiencia de vida y de muerte.

Espero que disfrutes del texto tanto como yo.

Mónica Álvarez

 

No nos preparan para esto, no para saber que de la misma manera que somos portadoras de la vida esa misma vida puede no llegar al camino que esperamos.

Por el contrario nos explican la importancia del ácido fólico, de las vitaminas y toxoplasmosis, pero dejan de  lado toda una parte emocional y espiritual, toda esa parte a la que la mujer también está expuesta y que cuando se ve inmersa en algo así no es capaz de gestionar porque nunca nadie le habló de eso.

De cómo el piso se te tambalea y no sabes a qué agarrarte.

De esa sensación de pena que te va inundando y del duelo que viene después.

De cómo has de volver a lo más primitivo y ancestral del ser mujer y de encontrar un lugar donde colocar esa ilusión que se ha visto truncada.

Estaba en la sala de urgencias, la ginecóloga buscaba el latido de su corazón.

Yo en cambio estaba lejos, desnuda sobre la tierra, con los pies y las manos escarbando y sintiendo y arañando la tierra, que olía a campo mojado, a bosque, a musgo, a fértil, a mujer ancestral, a sabiduría guardada desde hace siglos, desde que el mundo es mundo, sentía la tierra en mis uñas y olía a una planta que no he sabido hasta hace poco lo que era.

Mientras yo pasaba mi dolor, mi inmensa pena a esa tierra, ella me acogía con un manto, me mecía, me calmaba y me hacía entender que todo estaba bien, que aunque yo no entendiera el por qué, todo estaba bien.

Sentía las voces de mujeres, chamanas, primitivas, salvajes, ancestrales que me decían que no estaba sola.

Cuando la ginecóloga me dijo que no se oía el latido del bebe toda la habitación olía a azaleas y yo buscaba la tierra en mis uñas convencida que la encontraría.

Una semana después tuve que ir al hospital porque a pesar de sangrar aún estaba conmigo.

Mi cuerpo no reacciona bien con la química, siempre lo ha hecho a base de cariño, mimos y plantas, con remedios caseros de abuelas sabias y esta vez no fue distinto.

Por más que me provocaron las contracciones para que saliera no lo consiguieron, un aborto es duro, pero el proceso médico lo endurece aún más si cabe.

Después de 48 horas el médico me dijo que habría que pasar por quirófano, la pedí un rato más porque sabía que saldría solo, que no iba hacer falta el legrado.

Le hablé, de alma a alma, le agradecí, le permití marchar.

Me lo imaginé desanudando raíces, aflojando los nudos que no le permitían marchar, le acompañé en el camino, le tendí mi mano para que entre los dos no nos pudiera el miedo ni la pena.

Y salió, sin quirófano, sin dolor.

Pude despedirme de él, pude ver su cuerpo canijillo y agradecerle, nos pudimos presentar formalmente y sentí una gratitud tan inmensa que todo pareció girar a nuestro alrededor, sin espacios ni tiempos, solo desde el amor profundo.

 

A pesar de que la experiencia ha sido inmensa, del crecimiento que ha supuesto para mí, el amor y agradecimiento total y eterno por esas semanas de felicidad conjunta es lo más doloroso por lo que nunca he pasado.

En realidad estás tan rabiosa y enfadada con el mundo que tienes que sacarlo y te sorprendes a ti misma golpeando la cama con rabia, con fuerza, volcando toda esa ilusión que se ha convertido en rabia y en un enfado con el mundo que supera cualquier otro tipo de enfado, porque está vez eres tú quien llevaba la vida dentro y has ido sintiendo como a poquitos  se iba apagando y no había nada que pudieras hacer, qué impotencia¡¡¡.

Yo sólo pude agradecerle los momentos de ese amor infinito que me dio,la ilusión renovada y esa sonrisa perenne que llevaba conmigo gracias a él.

Agradecerle que me ofreciera la oportunidad de sentir tanta tanta felicidad y que existiera la posibilidad de amar, cuando no podíamos ni ponernos cara.

Y solo desde el amor profundo, desde lo más hondo de una mujer dejas partir, te despides y guardas en el corazón a ese ser que no pudo,  no supo o no…al fin y al cabo venir.

La vida se sigue abriendo camino. 

A cada paso que damos, en cada bosque, en cada tierra fértil que se abona con amor, con el cariño paciente con el que se hacen las cosas a poquitos, volcando generosidad y esperanza.

Y así vamos vaciando el dolor, vamos limpiando, vamos reconstruyendo…

Los duelos no son fáciles, pero son necesarios, es toda una transformación.

Se necesita volver a pintar la vida, se necesita reconstruirse, reencontrarse, reconectarse, volver a poner a cero el marcador de la esperanza y la ilusión.

Permitirnos sentir dolor es la única manera de dejar paso a lo nuevo, permitirnos llorar tanto como necesitemos es la única manera de vaciar para poder volver a llenar después.

Nunca sentí como ahora la maravilla de ser mujer.

MUJER, con letras grandes, de lo que somos desde que el mundo es mundo, desde el comienzo de la madre tierra, ahora entiendo porque la tierra es madre y lo que yo soy.

Escapa del razonamiento lógico que empleamos en nuestro día a día, está en el plano de la espiritualidad, de la transmisión, de las energías, de lo ancestral, de buscar a la mujer salvaje y autentica que llevamos dentro, lo primitivo se mezcla con lo actual, se cruzan vidas, vivencias, emociones y me siento unida a algo que no se ponerle palabras.

A algo que supera lo terrenal, que me abre las puertas para pertenecer a las raíces de la vida.

Han pasado apenas  días y cuando me ducho me paso el jabón por la tripa y rompo a llorar…

Qué complicado aceptar que no todo está en nuestras manos, que la vida es como el oleaje del mar, que va, viene y vuelve a ir…

Qué injustos somos a veces con nosotros mismos, qué egocentrismo nos empuja a creer que también teníamos poder y culpa sobre algo que no nos pertenecía, que solo somos portadoras y acompañantes.

Que difícil a veces no cargar contra nosotros mismos.

Qué de sentimientos encontrados los que redirigir para poder encauzar, tal vez no sea ni necesario encauzarles, tal vez sólo hay que permitirles estar cuanto necesiten para que ellos solos encuentren el camino de salida.

 

Nadie nos avisa de esto, de esta necesidad de gritarle al viento.

Tampoco nos advierten que ya no seremos aceptadas ni incluidas en el grupo de mujeres “mamás”, porque no abrazamos, educamos,  ni pasamos noches en vela.

Pero nadie se para a pensar que ese amor y ese dolor en la pérdida ya nos valida y nos respalda como madres, yo me siento madre, soy madre.

Pero lo digo bajito porque siento que las miradas se pueden convertir en escepticismo, las caras en gestos de compasión y no quiero compasión, quiero poder situarme en algún lugar de este inmenso catálogo de clasificaciones en los que no encuentro mi sitio.

Pienso en el corazón de tantas mujeres que pueden llevar esta pena.

Que también quisieron gritarle al viento y que tal vez nunca se lo permitieron.

Aquí está mi herida, la estoy curando, mimando, sanando, meciendo y permitiendo que se vea para que no se ponga fea y se enquiste.

Tengo una azalea en casa que no para de florecer y que no deja que me olvide ni por un momento que donde hay amor hay vida.

Marilys Saso

 

 

 

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Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, Formación on line, General, Hablan las madres, Nuestras alumnas, Rituales Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, Hablan los padres, sanación

18/08/2014 By Rocío Cuellar Deja un comentario

Entrevista a Juanjo Garbizu, o como las montañas pueden ayudarnos a trascender nuestro duelo


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como las montañas pueden ayudarnos a trascender nuestro duelo

Hoy tenemos  la suerte de contar en nuestro blog con el testimonio de Juanjo Garbizu

Juanjo, además de una gran persona, es un montañero de los buenos, no porque conquiste grandísimas cumbres, que también lo hace, sino por sus valores como persona que también aplica a su vida diaria y a su filosofía vital. Es autor del libro Monterapia, y ha tenido la gran amabilidad de escribir para nosotras, madres en duelo.

Con su conocimiento ayudarnos a trascender mas allá del dolor, encontrarnos a nosotras mismas y a nuestra maternidad que atraviesa las fronteras de la muerte

 

Uniendo esta gran afición a su experiencia profesional como publicitario y cofundador de la empresa de comunicación Código ,de la que es director creativo, decidió crear una web personal Mendivideo, en la que podemos ver más de 250 vídeos de montaña grabados por él mismo.

 

Su libro Monterapia, es una auténtica joya. Juanjo entiende el contacto con la naturaleza como regenerativo y sanador.

Dice que es en las  cumbres donde las prioridades cambian y se suceden vivencias inolvidables, que te acerca a los valores que la montaña transmite, y en consecuencia se conquista la cumbre más difícil, la de tu propia vida.
Porque como Juanjo nos dice: “Cuesta arriba se piensa mejor.”

 

Aquí les dejo la entrevista que no tiene desperdicio, y las animo a que lean su libro. Sus consejos pueden ayudarnos a encontrar la paz que nos arrebató la marcha de nuestros hijos. Gracias Juanjo.

 ¿Desde cuando eres montañero y por qué?

Comencé a interesarme por la montaña cuando estaba terminando el colegio, animado por unos amigos de mi clase. Al poco tiempo me propusieron que les acompañase al Pirineo, a Monte Perdido, uno de los tresmiles más famosos. Nunca olvidaré la primera vez que pisé el Valle de Ordesa. Un sentimiento nuevo nació en mí. Una sensación incomparable de paz y libertad. Una naturaleza de grandes dimensiones que te pone en tu sitio.

¿Qué supone para ti la montaña?

En pocos lugares me siento más vivo que en la montaña. Es una desconexión total, un micro viaje en el tiempo donde, salvo excepciones, los paisajes se conservan casi como hace miles de años. Es una burbuja que te aísla del ritmo rápido de lo cotidiano, del día a día. Un auténtico bálsamo para la mente y los sentidos.

Cuál es tu montaña favorita y por qué

Me encanta el Irubelakaskoa, en la vieja Navarra, casi tocando con Francia. A pesar de que no alcanza los mil metros de altura, es una gran montaña ya que condensa paisajes muy diferentes y hermosos; campas cubiertas de helechos, escarpados barrancos que asoman a valles casi deshabitados, un hayedo de ensueño, una arista final muy sencilla y divertida, y una amplia cima que invita a la relajación y la contemplación. Y según la época que la asciendas, pasa de un verde chillón en primavera a un pico brumoso y ocre en otoño.

 ¿Por qué prefieres a veces ir solo a la montaña y como podrías hacer entender eso a alguien que no es montañero?

Aconsejo ir solo siempre y cuando se tomen las medidas más elementales de seguridad (la primera de ellas dejar escrito a alguien el itinerario que tienes intención de realizar y llevar un móvil con la batería al 100%).

La sociedad digital actual nos lleva a estar interconectados las 24 horas de día, pasando demasiado tiempo contemplando una pantalla. ¿Por qué? Porque tenemos pánico a quedarnos a solas con nuestros propios pensamientos.

Es como si nos hubiésemos convertido en nuestro peor enemigo. Por eso la montaña es el marco idóneo para reencontrarnos. La naturaleza es sabia y no suele haber cobertura (una tentación menos). Dejar vagar nuestra mente mientras nuestros sentidos se recrean en el paisaje es algo tan necesario y saludable como el respirar.

Llegar a estar completamente a gusto con nosotros mismos, sin más distracciones que la propia naturaleza, creo sinceramente que es una prueba de madurez

Tu eres autor de un libro que se llama Monterapia, puedes hablarnos un poco de que fue lo que te llevo a escribirlo.

La idea nació en la propia montaña, ya que caminar por ella ayuda a desarrollar el hemisferio derecho de nuestro cerebro, potenciando nuestra intuición, nuestra creatividad, nuestra sensibilidad, nuestra vena más artística.

Mientras caminaba por la sierra de Aralar, que conozco muy bien, las ideas se fueron encadenando y tomando la forma de lo que sería la génesis de la Monterapia. Ya en ese primer momento incluso creé el concepto, la palabra.

Yo soy publicista de profesión y por tanto ya había experimentado anteriormente cómo en la montaña se piensa mejor, cómo se desarrolla más la creatividad.

Y así, ascendiendo hacia la cima, tuve la idea de intentar encontrar esos símiles que la montaña posee con nuestra vida más cotidiana, apoyándome para ello en mis propias experiencias como aficionado a este deporte.

He podido leer que piensas que la montaña tiene similitudes con la propia vida, y que un día en ella equivale a dos en la ciudad, ¿podrías explicarnos eso?

Efectivamente, la montaña tiene mucho más relación con nuestras vidas, aunque uno no sea montañero, de lo que en un principio uno podría pensar.

Tomemos uno de los símiles más conocidos; la mochila. Al igual que cuando vas a realizar una expedición de alta montaña le das muchísimas vueltas a lo que vas a llevar, en nuestra vida deberíamos también revisar periódicamente con qué cargamos en nuestras mochilas existenciales. Tal vez deberíamos abrirla y sacar de ella a ciertas personas que nos influyen negativamente o aligerarlas de tanto producto inútil, tan pesado como superfluo. Porque paradójicamente lo más valioso apenas pesa y ocupa lugar, como el positivismo o la solidaridad.

Tu argumentas en tu libro que en la montaña todo se relativiza, que conceptos como la competitividad y el materialismo pierden importancia, ¿crees que en la montaña nos encontramos con la realidad y con nosotros mismos?

El mejor lugar para conocer a una persona es la montaña, sobretodo si es una travesía de varios días o una expedición y además se pasa por algún momento complicado. En esas situaciones sale lo mejor de nuestro interior (y también lo peor).

Rodeados de naturaleza somos más nosotros mismos, tendemos a abrirnos más, a abandonar las máscaras que a veces llevamos casi de forma inconsciente. Conforme vas ganando altura es como si todo lo negativo que has dejado abajo en el valle (problemas, temores, ira, preocupaciones, etc.) se empequeñeciese y se relativizase.

Si ves cronológicamente la historia del hombre, hemos pasado muchos más años en la naturaleza más salvaje que en la “civilización”. Por tanto es como si nuestro cerebro reptiliano nos llamase a volver a nuestro hábitat más primitivo, más ancestral. Cuestión de instinto.

Yo personalmente necesito volver de vez en cuando a mi ser más primario y a ponerme a dar saltos por el monte. ¿Has probado a gritar a pleno pulmón en un valle o en una cumbre, sin nadie a la vista? Mucho más relajante que tomar ansiolíticos. Y más saludable.

Tu dices que en la montaña una naranja o un bocadillo saben mejor y que cuesta arriba se piensa mejor, ¿piensas que el montañismo puede ayudarnos respecto a la resolución de problemas vitales?

En mi libro, escrito hace ya casi dos años, afirmaba lo del bocadillo y la naranja, y para mi sorpresa hace unas semanas leí un artículo que lo refrendaba con una explicación científica. Lo que intuía, basándome en mi propia experiencia y en lo observado en otros amigos, va y resulta que tenía una sólida base racional. Genial!

Yo personalmente me he llevado algunas veces ciertos problemas a la montaña para poder verlos desde cierta perspectiva, distanciándome de ellos, como si fuese un espectador y no el protagonista, lo que te ayuda mucho a encontrar una posible solución.

En la montaña el cerebro funciona a otra velocidad. Ni más rápida ni más lenta, simplemente diferente, pero más productiva.

Nosotras somos mamas en duelo, hemos perdido a nuestros bebes en la gestación o después de nacidos ¿Cómo crees que podría ayudarnos a nosotras tu libro y tus vivencias para superar nuestra situación personal?

La montaña propicia una terapia natural donde rodeado de tanta belleza relajante nuestro dolor puede apaciguarse. Y como comentaba antes, en ese contexto podemos escuchar mejor nuestros propios pensamientos y encontrar por tanto antes el camino para reconciliarnos con el sufrimiento y la vida.

Y sin ponerme ni místico ni espiritual, la propia altura de la montaña tal vez contribuya a pensar en los seres queridos que han fallecido de una forma más serena, con un dolor menos primario.

Pasar la noche en un refugio de montaña, contemplar el atardecer entre los picos o estremecerte bajo un cielo plagado de estrellas, hace que las preguntas y dudas existenciales que te asaltan tomen un cariz diferente. Puedes llegar a enfrentarte a ellas con un dolor que oprime menos el pecho y que por tanto nubla menos la mente.

¿Cómo crees que podríamos ayudar a nuestras familias y a nosotras mismas con la terapia de la montaña?

Rencontrarse con la naturaleza, en muchos y diferentes niveles, nos reconcilia con la vida que, cuando hemos perdido un ser querido, nos parece tan cruel como carente de toda lógica.

Como he explicado en la pregunta anterior, en la montaña podemos experimentar momentos de gran intensidad sin necesidad de viajar al Tibet para, en un collado lleno de banderas de oración, encontrar sentido a nuestras vidas. Seguramente cerca de donde vivimos se alzan unas montañas que, por muy bajas que sean, pueden ayudarnos eficazmente a reconciliarnos con nuestro dolor.

En Japón están acondicionando bosques para que personas de todo tipo paseen por ellos y se relajen. Las bondades terapéuticas de la naturaleza están más que demostradas. Incluso los parques de nuestras ciudades pueden ayudarnos.

Por ello un grupo de terapia de madres en duelo seguramente puede obtener mejores resultados en una salida de fin de semana por la montaña que en varias sesiones encerradas en una sala. Como ya he comentado, en ese contexto las personas tendemos a sincerarnos más y las conversaciones adquieren un calado más profundo.

¿Crees que es posible despedir y honrar a nuestros bebes desde las cumbres de las montañas?

Muchas civilizaciones relacionan las cimas con la morada de sus dioses. Por tanto parece que las cumbres están unidas, desde tiempos inmemoriales, a cierta espiritualidad.

Contemplando un paisaje desde una cima es fácil que los sentimientos afloren y uno tienda a evocar a las personas que ya no están. A mi me ha pasado, como es lógico.

Es más, en la actualidad hay una tendencia creciente a colocar estelas y placas por las montañas en homenaje a los difuntos. Se está trabajando en una normativa que regule esto, ya que a este paso los montes van a acabar pareciendo más un Campo Santo.

Inversamente ciertos ayuntamientos promueven que una vez al año los padres planten un árbol por cada nacimiento en una campa destinada a tal efecto.

Es por tanto clara la estrecha relación entre la naturaleza y los ciclos vitales, entre la vida y la muerte.

A menudo he expresado la voluntad de que cuando llegue el momento esparzan mis cenizas por un monte (pese a que alguien me ha asegurado que está prohibido).

Duelo logo

Por ultimo ¿Qué es lo que tú has superado gracias a las montañas?

Mis ganas por volver a las montañas me ha ayudado a la hora de esforzarme a superar ciertos problemas físicos.

Hace unos años fui operado de una hernia discal muy dolorosa. Me esforcé mucho en la rehabilitación por poder volver a pisar cuanto antes mis queridas montañas. Y justamente hace un año sufrí una trombosis venosa profunda en la pierna derecha que me tuvo alejado un tiempo del monte, pero con la ayuda de un nutricionista y mucha fuerza de voluntad vuelvo a disfrutar plenamente de ellas.

Y en un plano menos físico, la montaña me proporciona felicidad, simple y llanamente. Como decía el desaparecido alpinista Iñaki Ochoa de Olza; Pura vida!

Gracias Juanjo, aqui les dejo un video de Juanjo, expñicandonos la plenitud del contacto con la naturaleza para trascender las experiencias vitales

 

Rocío, mamá de Isabel y de Paloma.

 

 

 

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28/04/2014 By Monica 4 comentarios

Empodérate a través de la pérdida


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Empodérate también a través del duelo.

Artículo publicado en origen en la web Mujeres empoderadas. Por Mónica Álvarez.

 

Ya sé que el título que he elegido es contradictorio. ¿Cómo va a ser empoderante algo tan trágico y tan triste como perder a tu bebé?

Voy a darte tres razones que te sacarán de dudas. O tal vez siembren más preguntas en tu interior. Cualquiera de las dos opciones son positivas.

1. El dolor emocional como camino iniciático.

2. El dolor vivido desde el cuerpo.

3. El dolor espiritual como puerta a un tipo de fortaleza más allá de lo que hubiéramos jamás imaginado.

1. El dolor como camino iniciático. 

Vivimos en nuestra zona de confort. Vivimos cual ovejas pastando al sol, rumiando y disfrutando del pasto. Tenemos solucionada la comida, el abrigo, un techo bajo el que dormir. Los días se suceden unos a otros, con rutinas que hacen sencilla nuestra vida y acontecimientos que podemos prever fácilmente. De repente un día ocurre algo que se sale de lo ordinario, algo que nos saca de nuestra zona de confort, que nos obliga a movernos, a buscar, a hallar respuestas donde no las hay, a preguntarnos en cada momento cómo continuar adelante. Pues los pasos que dimos hace un momento no nos sirven para continuar nuestro camino.

 

 

Te invito a leer el resto del artículo aquí en la web original. Muchas gracias!

 

 

 

¡Empodérate! Descubre y amplía tu poder. Es el regalo que te hace tu hijo, ¿vas a rechazar su regalo?

 

Mónica Álvarez
http://duelogestacionalyperinatal.com/accede-gratis-al-modulo-0/
 

 

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13/04/2014 By Monica 2 comentarios

Y tú, ¿sabes cómo siente una mamá en pérdida?


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cómo siente una mamá en pérdida
Este texto que tienes aquí encima lo publiqué hace unos días dentro del artículo en el que te anuncio la nueva edición del curso de formación on line.
 
Una vez publicado se me ocurrió hacer una tarjeta y publicarla en la fan page de fb y para mi sorpresa hoy se ha visto cientos de veces y se ha compartido de forma viral por toda la red.
 
¿Por qué se ha compartido? Porque todas las mamás que lo han leido se han sentido identificadas con él, porque expresa el sentir de muchas madres que se han sentido desatendidas emocionalmente en un momento tan importante para ellas.
 
Yo sé lo que sienten las madres porque he pasado una pérdida, y porque he escuchado a miles de madres sus historias de dolor y transformación.
 
Yo sé lo que necesita un profesional que quiere trabajar con una mujer en duelo porque yo también trabajo con mamás en duelo. Muchas mujeres me escriben porque quieren trabajar conmigo. Mujeres que ya están en proceso terapéutico pero necesitan alguien que comprenda su historia de pérdida, que las contenga y les ayude a transitar.
 
No es muy complicado, ni diferente de los que hay que hacer cuando te enfrentas a otro tipo de duelo, pero es importante conocer el universo mental, emocional y espiritual de la mamá en pérdida para poder atender sus necesidades adecuadamente.
 
Yo te ofrezco todo esto y más.
 
Me avalan 9 años de trabajo de investigación con madres. Cuando nadie absolutamente, ningún profesional quería trabajar el duelo, cuando los expertos en maternidad decían “ya, pero eso es un aborto, si no hay bebé, yo ya no entro”, cuando muchas mujeres no tenían dónde acudir porque no existía material escrito que pusiera palabras a lo que sentían, yo ya estaba allí ayudando a las mamás a transitar sus duelos.
 
Te cuento todo esto porque si estás pensando formarte en duelo, necesitas el mejor curso, que te posibilite dar el mejor servicio a tus mamás.
 
Yo no te puedo decir que mi curso es el mejor, más que nada porque es el único.
 
Ya hay dos generaciones de profesionales aprendiendo y creciendo con él. Otro día serán mis alumnas quienes te cuenten su experiencia y lo que están aprendiendo.

Un saludo y hasta pronto!

Mónica Álvarez

 

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Si te tocó el artículo, déjame tu comentario.

Si te interesa mi curso de formación de duelo descubre todo lo que necesitas saber sobre ella aquí.

 

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15/10/2013 By Monica Deja un comentario

Ola de luz mundial. 15 de octubre de 2013


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Ola de luz mundialHoy es 15 de octubre, Día mundial de la Muerte Gestacional y Perinatal.

Hoy (y a lo largo de toda la semana) en diversos lugares del mundo se realizarán pequeños y grandes actos simbólicos presenciales en honor de nuestros pequeños.

Esta tarde a las 7 pm de tu ciudad estás invitada a prender una vela, a hacer una Ola de luz mundial. 

Es una preciosa iniciativa a través de la cual, millones de velitas se prenderán en todo el globo terráqueo a medida que vayan dando las 7 pm en todos los usos horarios.

 

Miles de personas en todo el mundo pondrán también sus lazos azul/rosa. Yo te comparto la imagen que ha creado Fernanda Olguín de la web Mirar al cielo.

A lo largo de toda la semana de celebración esta comunidad de padres, madres, tíos, abuelos, amigos de todos estos niños que un día se fueron tan pronto, nos une esta emoción tan profunda que es el dolor-amor por nuestros pequeños perdidos.

 

Ola de luz mundial

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16/08/2013 By Monica Deja un comentario

Cuerpo-mente en el embarazo. V. Habla con tus células. Conecta con tu bebé

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Conecta con tu bebéEva López Boluda es una mamá que ha querido compartir su historia con todas nosotras. Nos ha acompañado a lo largo de su historia y hoy se despide de nosotras. Si tú también quieres compartir la tuya puedes enviármela a esta dirección:

monica.alvarez@duelogestacionalyperinatal.com

 

 

En momentos de temor llegué a pensar que tal vez la vida me protegía no siendo madre porque mi hijo no naciera sano, tal vez me empeñaba en algo que no era correcto para mí pero tras estas dudas medité y me dije:” soy libre para elegir, mis ataduras son mentales, yo he elegido luchar, deseo ser madre de un hijo sano y fuerte y confío en ello y sobretodo confío en el ser que llevo dentro, él me ha demostrado su vitalidad y ganas de vivir, compartir la vida terrenal con nosotros, no debo con mis pensamientos generar otro resultado”. Por ello también hablo con mi cuerpo para que cada célula vibre en energía de salud y alegría, recorro cada parte de mi cuerpo con esta premisa para que así sea.

 

La comunicación con tu hijo se produce desde el momento que conoces o intuyes que forma parte de tu ser, por eso no dudes en hablarle, transmitirle pensamientos positivos, si desde el vientre materno nos están transmitiendo: amor, fuerza para salvar las dificultades y confianza en si mismo. ¿Qué clase de carácter estás generando en su ADN, qué predisposición tendrá ese ser cuando nazca y se enfrente a la vida? ¿Por qué esperar que nos entienda con palabras, que sepa razonar? podemos educar a nuestros hijos desde su formación, desde que son embriones, esos pensamientos son energía que les llega, cuantas veces en terapia nos han preguntado: ”¿ te ha contado tu madre como fue tu embarazo o nacimiento? Esta pregunta no es gratuita, la influencia de los padres es más allá de cuando tenemos un año, diría incluso que desde el momento que esa pareja decide tener hijos, cómo fue concebido.

 

Aunque dudemos de que estos pensamientos sean verdad o correctos, no hubiésemos preferido todos que desde pequeños nuestros padres nos hubiesen dicho: te amo, eres fuerte y confía en ti… ¿nuestra autoestima, capacidad de superación no hubiese sido bien distinta?. ¿Por qué no intentarlo?

 

Confiemos en nuestra intuición, con este embarazo, se ha multiplicado y ello me genera más confianza en mí misma, esa energía interna que emana desde dentro y sabes que va a pasar, a pesar del dolor y sufrimiento que padecí en ese viaje, creo que mi intuición conocía que lo iba a pasar mal pero el resultado ha sido tan maravilloso, he conseguido una excelente comunicación con el bebé que llevo dentro y una confianza que en que todo será como elijamos que sea, un mundo infinito de posibilidades se abre ante nosotros, disfrutemos del vuelo.

Eva López Boluda

 

Lee en este blog los otros artículos de Cuerpo-mente en el embarazo:

I. ¿Qué actitud eliges?

II. Vive el presente.

III. Guiar tu parto.

IV. Preparación de embarazo tras una pérdida

V. Habla con tus células. Conecta con tu bebé

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Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, General, Hablan las madres, Muerte perinatal Etiquetado como: Cuerpo-mente en el embarazo, Hablan los padres, sanación, Testimonio

07/08/2013 By Monica 7 comentarios

Cuerpo-mente en el embarazo. IV. Preparación de embarazo tras una pérdida.

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Algunos abortos de repetición se producen por superfertilidad

Eva López Boluda es una mamá que ha querido compartir su historia con todas nosotras. Si tú también quieres compartir la tuya puedes enviármela a esta dirección:

monica.alvarez@duelogestacionalyperinatal.com

 

El día 01/03/2012 supe que estaba embarazada de nuevo, una mezcla de emociones nos invadió , alegría pero también miedo por lo que pudiera ocurrir.

Teníamos un viaje concertado a New York, como habíamos implicado a una amiga para hacerlo juntos, decidimos realizarlo, aunque desde que se planteó este viaje yo tenía una sensación de rechazo por el mismo, no podía sentir ilusión, incluso antes de conocer mi estado, en este viaje intuía que algo no iba a ir bien, pero no tenía razones lógicas para tener esas sensaciones, tampoco queríamos vivir en el miedo y recuerdo del pasado.

 

La noche anterior a nuestro  regreso  de NY, tuve un sueño que me hizo alarmarme, al levantarme vi que mi tripa no estaba igual, parecía que había mermado. Lo comenté con mi marido y amigos pero ellos me dijeron que estaba obsesionada y que olvidase esas sensaciones, a las 18:30h sentí como algo resbalaba de mi interior, no quise asustarme pero sabía que algo no iba bien, nos encaminamos al musical que íbamos a ver “ Ghost” y al ir al baño, vi la sangre, empecé a llorar y aunque todos seguían diciéndome que no me asustase que era todo normal, continué sangrando cada vez más, así que decidí que era hora de ir a un hospital, sentada en la entrada del hall, llorando desesperadamente, una trabajadora del musical intentaba tranquilizarme pero yo sabía que no estaba bien.

 

Llegó una ambulancia y al subirme a la camilla pude ver la cantidad de sangre que había perdido, observé a los enfermeros hablando con mi marido, meses más tarde me contó que le dijeron que pensaban que había perdido al niño y que fuese fuerte conmigo.

Estando tumbada en la camilla y notando la sangre resbalar, de repente pensé: “ ¿Qué estamos haciendo? Tienes que sobrevivir, cuerpo deja de sangrar porque sino él no podrá vivir” sentí tan fuertes estas afirmaciones que supe que mi cuerpo iba a reaccionar correctamente, al cabo de unos segundos la sangre paró y no dejé de repetir a mi bebé: “ Tienes que sobrevivir”.

Fui ingresada y solicité que en el box me dejarán sola, en ese silencio hablé con mi hijo: “Vamos hacer un pacto, yo voy a luchar por ti pero necesito que tú también luches por vivir, desde este momento rompemos la cadena kármica o lo que exista que impida el no ser madre, nos lo merecemos tú y yo, lucharemos juntos”. En ese momento supe que esperaba un hijo varón, como intuía desde mucho antes y que su nombre sería David y que en ese momento todo estaba bien.

 

Entró mi marido en el box, nos abrazamos y le dije: “ Todo esta bien, el bebé está bien” yo sabía que nadie apostaba por ello, pero mi hijo y yo habíamos elegido: yo luchar y él vivir. Cuando el médico nos reconoció afirmó mi intuición, todos lloramos de alegría, hasta los enfermeros de la ambulancia se quedaron, aun habiendo pasado su turno de trabajo, para conocer el desenlace, nos fundimos en un afectuoso abrazo de alegría y agradecimiento, a ellos les regalamos las entradas del musical, la elección por mi parte de Ghost no creo que fuese fortuita.

Cuando regresamos a Madrid, por un estornudo, tres días después de lo ocurrido volví a sangrar en abundancia, de nuevo saqué fuerzas para recordar nuestro pacto y en urgencias mientras esperaba para ser atendida, volví a hablar con mi pequeño, no debíamos tirar la toalla y aunque siempre te queda algo de duda, en mi interior sabía que todo estaba bien.

 

Todo esto aconteció estando de 8 semanas, los médicos consideraron que era necesaria una baja médica, la cual he vivido  como unos momentos de unión y comunicación con mi bebé como nunca antes había tenido. Realizo meditación cada mañana donde me comunico con mi hijo, transmitiéndole: “amor, fuerza y confianza”. Creo que son unos valores muy importantes, si desde tu misma gestación te los están inculcando, ello se quedará grabado en tu ser, es una educación y transmisión que no tiene por qué realizarse cuando hayan pasado meses o años desde su nacimiento, somos lo que somos desde el mismo momento de la gestación.

Eva López Boluda

 

Lee en este blog los otros artículos de Cuerpo-mente en el embarazo:

I. ¿Qué actitud eliges?

II. Vive el presente.

III. Guiar tu parto.

IV. Preparación de embarazo tras una pérdida

V. Habla con tus células. Conecta con tu bebé.

 

 

 

 

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05/07/2013 By Monica 3 comentarios

Cuerpo-mente en el embarazo. III. Guiar tu parto.


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Guiar tu partoHace un año en 2011 volví a estar embarazada, durante el embarazo tuve miedo de que se repitiese la historia de perder al bebé, era un miedo que intentaba controlar y sobretodo que esos temores no llegaran a mi niña.

 

Estando de 32 semanas sentí un movimiento más brusco de la niña, me hizo aflorar un sentimiento de alerta, fue el último movimiento que sentí de ella, pasados dos días de no sentirla fuimos a urgencias y nos dijeron que todo estaba bien. Durante esa semana algo dentro de mí intuía que no iba bien, aun así no permitía pensamiento de miedo o de pérdida, no quería pensar en ello y una semana después en una visita de rutina, no encontraron latido, al oír al médico pensé: “lo sabía, sabía que iba mal” en este caso a diferencia del anterior, no tuve sorpresa pero sí mucho dolor interno.

Al estar en ese avanzado estado de gestación había que parir, mi cuerpo y mente no estaban preparados para ello, desde las once de la mañana hasta las dos de la madrugada me estuvieron medicando con oxitocina para provocar el parto, hasta esa  hora mi cuerpo no empezó a reaccionar, los dolores de las contracciones fueron cada vez más intensos, el dolor rodeaba mi contorno, debido a la inesperada situación provocada en mi cuerpo, la fiebre apareció y cuando la matrona me comentó: “ no sé si podrán ponerte la epidural” supe que iba a parir sin medicación.

 

La matrona decidió dejarme sola en el paritorio, tumbada con las luces en penumbra fue en ese momento de intenso dolor que tomé conciencia y pensé: “¿Qué estamos haciendo cuerpo? Nuestra niña se ha ido, ¿por qué debemos castigarte con este dolor físico?, no es merecido, así que doy la orden a mi cuerpo para que dilate todo lo necesario y acabemos con este sufrimiento.”

Tuve dos contracciones fortísimas, me imaginé que estaba en una amplia pradera frondosa, de las llanuras de los indios americanos, que iba a parir como hacían sus mujeres, solas de cuclillas, bajo la sombra de un árbol y en ese momento noté la cabecita de mi niña asomando, pegué un grito y llegó la matrona, entró mirándome mal, “¿a qué vienen esos gritos? Y al asomarse vio la cabecita, me prepararon en la posición correcta, di un empujón más y noté los bracitos y piernas de mi niña saliendo de dentro de mí.

 

 

A pesar del dolor, de la pérdida, para mí el parto fue una gran lección de vida, aprendí como la mente influye en el cuerpo, podía haber estado horas dilatando con fuertes dolores y fueron cinco minutos, hasta la matrona me comentó que se había asombrado de la rapidez, pensaba que iba a ser más dilatado en el tiempo y por ello me dejó sola.

Me alegro que la fiebre apareciese y haber podido sentir físicamente el cuerpo de mi niña saliendo de mí, fue una unión y despedida para ambas.

Descubrí que estando y sintiendo el más absoluto dolor físico y mental tenemos una fuerza interna que puede transformar ese momento de dolor en conocimiento y la clave está en nosotros mismos, en cómo enfocamos nuestra mente. ¿Cómo quieres vivir tu vida? ¿Anclada en el dolor para siempre o transformar ese dolor en una gran experiencia de vida y aprendizaje? Tú decides.

Eva López Boluda

 

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II. Vive el presente.

III. Guiar tu parto.

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