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21/03/2017 By Monica 20 comentarios

Marzo, la vida, la muerte y un montón de aniversarios


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Marzo es un mes muy importante para mí. 

En él se reúnen unos cuantos aniversarios que han marcado mi vida totalmente.

Hoy quiero hacerles un pequeño homenaje a todos ellos.

 

1 de marzo: Mi cumpleaños.

Efectivamente, es el aniversario que más ha marcado mi vida porque es el día en el que nací. Pero también es el día en el que debería haber nacido mi hermana gemela, un duelo extraño que he llevado conmigo toda la vida. Y digo extraño, porque ni siquiera sabía que existía. Mi madre nunca pensó que podría llevar dentro dos bebés, en aquellos tiempos no se hacían ecografías.

Sin embargo, escribiendo precisamente el capítulo de El gemelo evanescente del libro “Las voces olvidadas” algo se removió en mí y empezó a resonar.

Lo cierto es que a día de hoy no tengo pruebas fehacientes de que haya podido tener una hermana gemela.

Pero lo cierto es que en el momento en que lo acepté como posible, se pusieron en su sitio muchos aspectos de mi vida que no comprendía o que me costaba aceptar: mi eterna soledad, mi necesidad de contar siempre con otra persona para mis proyectos, la falta de alguien más que ni sabía quién era…

Cuando lo descubrí y lo acepté, pude sentir que no necesitaba buscar afuera a alguien que siempre ha estado conmigo, acompañándome y añadiendo brillo a mi vida.

No sé cómo se hubiera llamado. Sólo sé que muchas veces en mi vida, a lo largo de los años, diferentes personas, me han confundido de nombre y me han llamado Sonia.

¿Casualidad?

No lo sé.

Pero adopto ese nombre para mi hermana.

Y hoy lo hago público desde aquí.

 

12 marzo: Recordatorio del gemelo de Ethan.

Es el día en que Ethan cumple años +6 meses. Y por supuesto, su hermano gemelo, el que nos dejó siendo tan chiquito, también los habría cumplido.

Tal vez si no hubiera más fechas alrededor no le daría mayor importancia. Pero al estar tan rodeada, la apunto también, como una más.

Un duelo gemelar es complicado, por toda la ambivalencia que implica.

Y por el desconocimiento, el tabú y las leyendas urbanas que existen aún sobre el duelo, que impiden que se pueda transitar correctamente.

O más bien, que impidan que la madre sepa que tiene derecho a elaborar el duelo por su hijo muerto, el que le falta.

Del que siempre podrá ver un atisbo en el rostro del pequeño que se duerme en tus brazos.

Como esos sueños de los que te despiertas cuando por fin has conseguido abrazar a la persona querida.

 

14 marzo: 4º Aniversario de la muerte de mi padre.

Mi aita se fue hace cuatro años, con 92 bien vividos, rodeado y acompañado de quienes le queríamos.

Es un duelo agridulce porque para cuando murió ya tenía mi “músculo del duelo” bien entrenado y no me costó mucho aceptarlo. Le echo de menos, pero no es un dolor lacerante como el que sentí por mi madre que se fue relativamente tan joven.

Sin embargo, aunque sé esto, también tengo una pequeña sensación de culpa, como si el hecho de aceptar supusiera que “no me duele lo suficiente”, como si no le quisiera tanto.

Esto es algo que me estoy dando cuenta ahora mismo que escribo. Me pasa también con el gemelo de Ethan, algún día escribiré sobre ello.

El caso es que la culpa no es algo que quiera para mí en mi vida, así que me apunto trabajarme ya ese aspecto del duelo por mi padre.

Claro que le quiero y le echo mucho de menos. Mi padre ha sido para mí durante muchos años una de las dos personas más importantes de mi vida. Y lo sigue siendo.

Te quiero papá.

 

17 de marzo: 11º cumpleaños de Hebe.

Mi primera estrellita se fue hace 12 años. Y este mes de marzo hubiera cumplido 11.

Su cumpleaños siempre es una fecha muy especial para mí.

Hace unos años Dunia y Ariel fueron invitadas al cumple de la sobrina de una conocida que había nacido precisamente el 17 de marzo de 2005, fue un día muy especial.

Conocemos también a otra niña, sobrina de otras dos personas muy queridas, en cuya boda, cuando fuimos a sacar la foto con los novios, con Dunia en brazos que era pequeñita, se escapó de la mano de su madre y se puso con nosotros para la foto. Y nadie consiguió moverla de allí. Nos sacamos la foto con los novios y con esa niña que había nacido el mismo día en que salía de cuentas embarazada de Hebe.

La foto que he puesto arriba del todo, es de una fofucha que me hizo una amiga artesana.

Hebe, que se fue midiendo apenas 2 cm, que la tuve “durmiendo” en una pequeña jabonera, despidiéndome de ella, hasta que me sentí con fuerza para dejarla ir.

 

Sin fecha concreta: Brida

Brida ha sido un duelo no aceptado durante muchos años en mi vida.

Tenía un pequeño retraso y una cita ginecológica para hacerme una eco.

Había sangrado un poco, como un inicio de regla, pero duró un día solamente.

Me aseguraron que, en caso de estar embarazada, no era peligroso.

El problema fue que la eco fue vaginal, y no sólo eso, sino que la doctora se ensañó con el aparato, porque encontró miomas y no veía bien.

Yo, que entonces no sabía mucho cómo era esto de las ecografías, pensaba seriamente que habría entrado con el mango hasta el útero, por el esfuerzo que hizo ella, y lo que me dolió a mí.

El caso es que salí de allí con un dolor sordo en el vientre y el sangrado regresó.

Al cabo de dos días recogí con el papel de baño una pequeña bolita, como un chicle.

Un “aborto”, me dijeron.

Llevábamos un año buscando un embarazo que no venía. Y cuando llegó se lo llevó por delante una doctora con demasiado celo profesional.

He tardado años en mirar de frente este duelo y aceptarlo.

Anoche cuando mis hijos preguntaron si entonces ellos eran cinco, yo contesté que eran seis.

Nos ha falta Brida en el cuadro familiar.

Pero ya estás aquí. Para quedarte.

 

31 de marzo de 1071: Conocí a mi mamá.

Nací ochomesina y con graves problemas respiratorios.

Me llevaron a la incubadora y luego a un nido. Los padres sólo podían vernos a través del cristal que lo separaba de la sala de visitas.

Con apenas un mes me llevaron por fin a casa.

A día de hoy pienso en lo que me ha podido condicionar la vida el haber estado separada tantos días de mi madre siendo un bebé. En privación emocional total.

Mi madre iba a verme y preguntaba a las enfermeras que por qué tenía la cara toda arañada y le decía que “porque es muy mala y llora mucho”.

Y a mí me duele el corazón.

En parte he podido sanar esta herida con mis hijos.

Cuando nació Ariel y a mí me llevaron a la UCI y Santi pidió el alta voluntaria en neonatos para la niña y se la llevó a casa con los abuelos, los tíos y su hermana.

Cuando nació Ethan y, estando perfectamente, por un absurdo protocolo querían dejarlo en neonatos las seis semanas que le faltaban para haber nacido. También nos lo llevamos con un alta voluntaria después de darle una clase al director de Neonatología sobre método canguro, lactancia en tandem y cuidados reales del recién nacido.

Sin embargo siento que quedan cositas por sanar que tendré que ir limpiando poco a poco.

 

También he florecido en marzo

Y muchos y buenos proyectos han prospera en este mes en el que la imagen de la muerte que es el invierno le cede el paso a la imagen de la vida que es la primavera.

 

2005: Comienzo a trabajar con madres en duelo.

Era semana santa y mientras en la red todo el mundo andaba de vacaciones yo buscaba un servidor para alojar el primer foro exclusivo para madres en duelo: Superando un aborto.

Un foro al que aún acuden madres en busca de una tribu en la que sanar sus heridas.

Junto con M. Àngels Claramunt, doula,  y más tarde con Cristina Silvente, psicóloga, dimos forma al inicio de este proyecto tan importante que tantos frutos ha dado.

De lo aprendido aquí han salido proyectos tan importantes como los libros publicados y todo lo que he hecho después sobre duelo.

 

2011: Inicio de esta web.

Concretamente, el día 15 se publicaba el primer artículo.

Fue un gran paso, el comenzar a recopilar artículos e información, para que cualquier persona en la red pudiera tener acceso a ella.

En un momento en el que el duelo y la pérdida seguían siendo grandes tabúes.

Cuando se comenzaba a hablar de duelo en algunos blogs de la blogosfera maternal.

Mientras muchas madres empezaban a buscar información para vivir de otra manera aquello que les estaba ocurriendo.

Cuando la “pérdida gestacional” no era más que un aborto. Algo de lo que había que deshacerse corriendo y pasar página.

Yo acuñé el término “duelo gestacional y perinatal”, un término mucho más amable con todos, que hoy en día está completamente integrado en la forma de hablar y aceptado como término cotidiano al hablar de estas pérdidas.

Un pequeño paso y una gran acción que ha determinado la vida de muchas mujeres.

 

2012: Creación de la comunidad de duelo.

Aunque no se dio conocer hasta abril, fue a lo largo del mes de marzo que preparé todo para acoger a las primeras mujeres que apostaron por conocer el duelo desde una perspectiva profesional.

Y comencé a crear el material que luego se ha convertido en el curso Abordaje sistémico del duelo, que forma parte del Programa Asesoras Stillbirth Support.

 

Un programa que está transformando la vida de muchas personas, profesionales que, a su vez, llegarán a muchas madres, transformando sus caminos de lágrimas invernales en caminos de flores, luz y sol de primavera.

Estamos de promoción ahora mismo ya de la 7ª edición del programa.

No me voy a extender ahora en esto, pero puedes darte de alta en nuestra lista de correo y ver por dentro cómo es el programa y una pequeña parte de los contenidos que ofrecemos.

 

Este es mi mes de marzo.

Y éste, el artículo más íntimo y personal que he escrito nunca.

Un mes sin duda de luces y sombras. De paso de invierno a primavera que alegra y fortalece el alma como el sol que nos calienta la espalda.

Espero no haberte aburrido.

Si quieres dejarme algún comentario abajo, me hará mucha ilusión.

Un abrazo de luz:

Mónica Álvarez

Psicóloga, N-01500, Terapeuta de pareja y familia

Directora de la Escuela Stillbirth Support

 

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Publicado en: Duelo gestacional y perinatal, Gemelo solitario, Hablan las madres, Saliendo del armario, Testimonios Etiquetado como: aniversarios, marzo

25/10/2016 By Monica Deja un comentario

Queja en atención al paciente.


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En los más de 10 años que llevo trabajando con madres, he visto más trastornos emocionales causados por el trato deficiente recibido, que por la propia pérdida.

Los malos tratos hacia las madres vulnerables que ingresan para dar a luz a sus hijos están desgraciadamente a la orden del día.

Y esto aumenta cuando se trata de mujeres que acuden al hospital a dar a luz a su hijo muerto.

 

 

Infantilización, prácticas obsoletas (y contraindicadas por la OMS y otros organismos oficiales), contestaciones violentas, sarcasmo, esperas en los mismos paritorios en los que esperan las familias felices…

Denotan una falta total de empatía de los profesionales hacia las usuarias y sus familias.

Es verdad que empezamos a encontrar hospitales y profesionales comprometidos y respetuosos, pero no suele ser lo habitual.

Tantas veces hemos aconsejado a una madre poner al menos una queja en atención al paciente.

Tantas veces hemos visto caer nuestro consejo en saco roto.

Porque las madres y los padres no están en su mejor momento emocional para enfrentarse a un sistema omnipotente.

Sin embargo, hay excepciones.

 

Hoy os traigo la carta que una mamá entregó como queja en atención al paciente en el hospital en el que la atendieron.

Ella ha querido permanecer en el anonimato pero sí quiere que se sepa que los hechos ocurrieron en el Hospital General de Elx/Elche.

Ha querido compartirla para que sirva como guía a otras madres para que realicen la suya.

Porque igual que damos las gracias cuando alguien realiza un buen trabajo, también hay que hacerlo ver cuando el trabajo es deficiente, malo u ofensivo.

Porque quien calla, otorga.

Mónica Álvarez

Directora del Programa Stillbirth Support

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EXPOSA/EXPONE:
El pasado martes 2 de agosto fui a urgencias maternales con diagnóstico de aborto retenido sin latido cardíaco embrionario por parte de médico privado.

Allí se corrobora y empiezo el proceso protocolario en estos casos.

Me administran una dosis de cytotec y me voy a casa para volver el día 4 para ver si está todo expulsado o necesito otra dosis.

Sufrí muchos efectos secundarios: fiebre (38,3), temblores, dolores muy fuertes, pero no expulsé nada.

Voy el día 4 a la hora que me habían citado en urgencias maternales, a las 10:30. Con ecografía se ve que, efectivamente, no había expulsado nada.

El médico me informa de si quiero seguir con el protocolo, o sea, ese día otra dosis de cytotec y volver el martes 9 de agosto para hacer legrado en caso de no haber expulsión, o si quiero rechazar ese tratamiento, debido al sufrimiento y ansiedad que tengo ante esta situación, me puedo quedar ingresada y al día siguiente por la mañana realizarme el legrado. Decido quedarme ingresada ya que no había ninguna garantía de que con esa segunda dosis se expulsara todo y con bastante probabilidad el martes 9 se me acabara haciendo un legrado.

El tratamiento hasta el momento de la operación era la administración por vía vaginal de cytotec (2 pastillas) cada 4 horas. Desde las 11 de la mañana hasta las 19.20 horas estuve en la sala de observación de urgencias maternales esperando a que me dieran cama en planta. No me administraron las dosis cada cuatro horas ya que el médico estaba en quirófano y no se encargó nadie de administrármelas hasta que el médico acabó a las 18:00 horas.

Me llevan a una habitación en la planta 3, nº316B, esta planta no es de ginecología, es de medicina digestiva. La planta que me corresponde está cerrada. Viene una enfermera y me trae la dosis de cytotec, pero no me las administra nadie, le pregunto al enfermero sobre si alguien me las tiene que administrar y me dice que me las ponga yo, lo veo muy extraño.

A las doce de la noche empiezo el ayuno total (ni beber agua) ya que a la mañana siguiente me realizarán el legrado.

Al día siguiente, viernes 5 de agosto, a las 9:30 me llevan a urgencias maternales para realizarme una ecografía y una exploración antes del legrado.

Las dos ginecólogas se sorprenden cuando les digo que me he tenido que poner yo las pastillas y sus maneras de decirlo no son nada amables, me dicen que las pastillas me las tienen que poner no que me las había de haber puesto yo. Les digo que a mi habitación no ha venido nadie a administrármelas ni a informarme de nada y les pregunto que tenía que hacer yo en esa situación, no me responden, pero me dicen que el cuello del útero no está dilatado que así no se puede hacer el legrado, me administran dosis de cytotec y no me explican para cuando podría ser el legrado, no me llevan a mi habitación y me dejan en la sala de observación de urgencias maternales sin más información de que tengo que esperar a que dilate, sin ninguna estimación de tiempo.

Viene una médica a las 14:00 horas me hacen exploración, no me dice nada, me tienen que administrar otra dosis a esa hora pero no lo hacen y como tienen una urgencia no me administran las pastillas hasta las 15:00 horas, la otra médica me explica que he dilatado algo pero muy poco.

He de seguir esperando en la sala de observación, donde sólo puede estar conmigo un acompañante y donde entran y salen otras pacientes, a pocos metros de Partos, dónde no paro de escuchar mujeres dar a luz y los llantos de sus hijos/as. En mi situación escuchar todo eso durante tanto tiempo es algo terrible, amoral e indecente, de una gran repercusión psicológica.

Ya son las 18:00 horas del viernes 5 de agosto, me hacen otra exploración y otra ecografía, esta vez hay otra médica más.

No me dicen nada, soy yo la que tengo que preguntar. Dicen que está prácticamente igual que a les 15:00 horas, que me cuesta mucho dilatar y que hay que seguir esperando.

Cansada de la situación y desinformación les digo que ya llevo 18 horas sin comer ni beber nada y que no me informan, no me dicen una estimación, les pregunto que en los casos cómo el mío qué se suele hacer, y tampoco me contestan.

Me responden de muy malas maneras cuando les digo que no me informan, dicen que eso no es verdad que todo “ha sido perfecto”, me quieren hacer responsable de la situación porque me había puesto yo las pastillas porque en una exploración una estaba casi entera, pero justo antes, al ir a orinar otra pastilla la tenía fuera y había sido administrada por las médicas. Salgo de la consulta muy nerviosa y muy mal, no puedo aguantar sin información y en esa habitación al lado de Partos más tiempo.

A las 18:45 le digo a una médica que quiero el alta médica voluntaria. A los 10 minutos vienen las tres médicas esta vez hablando de muy buenas maneras, me dicen que si estoy en esa habitación es para tenerme más controlada. No entiendo nada, allí se acercaban cada cuatro horas…

Les digo que estar al lado de Partos es una tortura psicológica para mí pero dicen que no se puede hacer nada. Me dicen que me espere un poco más, que a las siete toca otra dosis y a ver si hay resultados. Siguen sin explicarme en casos como el mío qué es lo que se suele hacer. Una me dice que no paro de moverme (¿?) cómo motivo para que no me hagan efecto, tengo testigos que pocas veces salí de la cama.

Mientras espero, una matrona se sorprende de verme todavía allí y me comenta que el sitio para pasar la dilatación es en tu habitación, en planta, no allí.

A las 20:00 horas me hacen otra exploración y dicen que voy a entrar a quirófano que ya está mejor la dilatación. En seguida me preparan, me ponen oxitocina en vía y otra cosa, que ahora no recuerdo, y me suben a quirófano.

Me sorprende mucho que tan sólo una hora después de decir que quiero el alta voluntaria esté todo perfecto y en condiciones para entrar a quirófano…

Para que me realizaran un legrado estuve un total de 48 horas ingresada, 30 horas sin beber y 33 horas sin comer. No pienso que esto sea normal.

 

SOL·LICITA/SOLICITA
1) Que ninguna mujer en mi situación (aborto o legrado) tenga que pasar por lo que yo he pasado, estando en una sala al lado de los partos horas y horas.

2) Que si los médicos no pueden administrar el cytotec porque tienen alguna urgencia, que se encargue una matrona o enfermera o alguien competente en ese aspecto, para que las pacientes no tengamos que esperar más, y nuestro (triste) proceso no se alargue innecesariamente.

3) Que ninguna mujer sufra la desinformación y el mal trato que he sufrido yo por parte de las ginecólogas que estaban en urgencias el viernes 5 de agosto. Respecto a la desinformación está contemplado en la ley que tengo mis derechos como paciente en la Ley 41/2002, capítulo II, artículo 4.1 dice: “los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma […]”.

4) Un expediente a estas ginecólogas, no ya, por su trato hacia mí, sino para recordarles que la espléndida labor del personal sanitario, no puede en ningún caso verse ensombrecida por la deshumanización que en algunos casos, quizá demasiados, hacen gala quienes se sumergen en el ejercicio de la medicina olvidando con el tiempo, o simplemente sin tener en cuenta, que su labor es cuidar y sanar a personas con los mismos sentimientos y dolencias que pueden tener ellas mismas.

 

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Publicado en: Aborto espontáneo, Derechos de los padres y de los niños, Duelo gestacional y perinatal, Hablan las madres, Muerte perinatal, Testimonios

19/08/2016 By Monica 20 comentarios

Más de 180 frases que NUNCA debería escuchar una madre


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Frases de “cortesía” que se les dice a las madres cuando acaban de perder a su bebé.

Pongo “cortesía” entre comillas porque en un mundo empático y social nadie en su sano juicio le diría a otra persona nada parecido.

 

 

Si bien son frases hechas dentro del diálogo social, en este caso suelen ser bastante desafortunada causando dolor y rabia en las personas que las reciben.

Una vez una mamá me contaba que ella, antes de perder a su bebé también las había utilizado.

Después de perder a su hijo y tener que escuchar unas cuantas, me decía que que jamás hubiera pensado que fuera tan doloroso escucharlas.

 

 Frases que NUNCA debería escuchar una madre

Porque el problema no es lo que te dicen, sino quién te lo dice.

Si fuera una persona anónima, de la calle a quien no conoces de nada, te dolerá, pero puedes distanciarte de ese dolor por la falta de vínculo que existe con ella.

Y lo mejor, puedes distanciarte físicamente de esa persona.

El problema es cuando quienes te sueltan alguna de estas frases son tus seres más cercanos y queridos (madre, hermanos, amigas…), los profesionales que te han tratado y que, por definición, deberían ser eso mismo: profesionales (matrona, ginecólogo, enfermeras…).

Estaríamos ante un tipo de maltrato verbal, muy poco estudiado y totalmente aceptado socialmente.

Porque son cosas que se dicen “sin mala intención”, muchas veces sin conciencia del mal que realmente se está haciendo.

Los casos en los que se dice con mala leche son realmente contados.

 

Sin embargo, esto no justifica el maltrato y el dolor.

Los maltratadores buscan a sus víctimas entre personas indefensas, vulnerables, sin capacidad de respuesta, susceptibles de ser manipuladas a través de la culpabilización a la que son sometidas.

Las madres en duelo son un colectivo susceptible de caer en manos de maltratadores sin escrúpulos.

Y no estoy hablando de personajes oscuros que te encontrarías en un callejón por la noche.

Más bien me refiero a los vampiros emocionales ocultos en personas de apariencia “normal”, familiares, profesionales que trabajan en centros públicos o privados, personas que te encuentras en cualquier lugar a la luz del día.

Si te encuentras un vampiro emocional que te dicen cualquiera de las frases que vas a leer más abajo, dile claramente que no estás de acuerdo con sus palabras, que te hace un daño terrible escucharlas.

Si te dice que “eso son tonterías”, sal corriendo, aléjate lo más posible de esa persona, porque con conciencia de hacer mal o sin ella, seguirá haciéndote daño.

 

Sé que de las personas que lean este listado de frases, muchas me dirán que soy una exagerada, o que me las he inventado.

Nada más lejos.

Todas y cada una tiene nombre y apellidos (que por razones obvias no he puesto).

Te invito a leerlas y descubrir el horror en el que viven muchas mamás en duelo.

Porque no es suficiente haber perdido a tu hijo, también hay que soportar la incomprensión de aquéllos que vienen a “salvarte” clavando cuchillos afilados en la herida sangrante.

 

Te invito a leer, a comentar el artículo, a compartirlo allí donde quieras.

Porque es importante que todo el mundo conozca que hay frases que una madres NUNCA debería escuchar.

Sé que a muchas personas no les mueve la maldad sino el desconocimiento.

Hagamos que este artículo llegue a muchas personas para que en lugar de frases hechas las madres en duelo puedan recibir respuestas que realmente les ayuden.

Otro día hablaremos de cuáles pueden ser esas respuestas.

Un abrazo desde el alma:

Mónica Álvarez

Directora de la Escuela Stillbirth Support

 

 

 

FRASES

  1. Eres joven, vendrán más…
  2. Eres vieja
  3. Mejor así (dicho a una madre soltera)
  4. Si me pasa a mí, me muero (Enlace al artículo de Lily Yuste “Aunque te gustaría, NO te mueres”)
  5. Ese bebé no era para ti
  6. A dios le hacia falta un angelito
  7. Mejor ahorita y no después que ya creciera
  8. No era su momento…
  9. La naturaleza es muy sabia!!!! Por algo será
  10. Ahora a seguir y a por otro
  11. Ha pasado tiempo…pensaba que eras mas fuerte
  12. Por algo Dios no te dió hijos, resignate
  13. Él tenía otra misión. Déjalo ir!
  14. Ya no hables de él déjalo descansar
  15. Qué tal que venía enfermo!!
  16. Mejor así, que igual de mayor hubiera sido drogadicto
  17. Mejor muerta que venir mal.
  18. Seguro que todo esto ha pasado por tus genes. (Nuestra peque tenía un problema genético y aún seguimos con pruebas para saber que pasó)
  19. Lo mejor es que vosotros no intentéis volver a tener hijos.
  20. Con lo gorda que te has quedado del embarazo seguro que te tiene que estar afectando a tu matrimonio.
  21. Cuando seas madre ya verás como…
  22. Voy a utilizar tu cambiador ya que tu hija se ha muerto y no lo vas a utilizar…
  23. Cuando te cambian de tema y te miran como si estuvieras loca.
  24. Tal vez algo venia mal y tu cuerpo lo rechazó.
  25. No te preocupes, ya vendrá otro.
  26. Disfruta y acéptalo.
  27. Las que tienen quieren salir y las que no tienen quieren entrar.
  28. Mejor ahorita que no la conociste a después que le tengas mas cariño
  29. Eso no es nada, mi hijo tenia X años…
  30. Por algo Dios te lo quito…
  31. Dios sabe lo que hace….
  32. Dios así lo quiso….
  33. Aun no era una persona
  34. Vaya, yo se de una que tuvo seis abortos ( para mi era el tercero)
  35. Ya has llorado bastante no??
  36. Para que viniera deforme mejor así
  37. Si no tienes que tener hijos no pasa nada
  38. Ya superalo cuando seas madre ya harás con tu hijo lo que no pudiste hacer ahora.
  39. No se vuelve a ser nunca màs la de antes
  40. Me paso lo mismo a mí
  41. Tranquila, si no fué esta vez , ya será otra
  42. Aun eres joven
  43. No te preocupes, por lo menos ya tienes uno
  44. Bueno, aun estabas de poco…
  45. Ánimo, no lo pienses
  46. Al menos tienes uno
  47. No sé por qué lloras tanto si él ni se habrá enterado…
  48. Mejor ahora que cuando estés de 7 meses o nazca y muera…
  49. Piensa en la gente que le cuesta concebir y se pasa años intentándolo
  50. Sólo era un montón de células, no era ni un bb (8+3)
  51. A seguir intentandolo
  52. Para venir mal lo mejor que te pudo pasar
  53. Tienes más hijos…
  54. No es para tanto… Apenas tenías unas semanas de embarazo, ni te ha dado tiempo de hacerte a la idea…
  55. Si ni lo llegaste a ver, ni sentir y lo mal que estás. No es para tanto.
  56. Las cosas pasan por algo. Tenía que ser así.
  57. No era para ti…
  58. Te espera algo mejor
  59. No pasa nada, folla dos veces con tu marido y ya verás cómo pronto te quedas
  60. No pasa nada. Como la maquinaria es joven pues pin pan pun y listo
  61. No se cuidó?
  62. Dios tiene un propósito.
  63. Vienen cosas peores…. la gran tribulación.
  64. Mejor te dejo de escribir, para orar por ti!
  65. Tienes dinero, tienes trabajo, no batallas, por eso no tienes hijos…
  66. Mejor así que dentro de unos años que ya le cojas cariño
  67. claro, como tu no tienes hijos…
  68. Dios sabe lo que hace
  69. Dale gracias a Dios que te paso ahorita y no cuando esté más grande
  70. Cuando te sientas muy mal llámame. Yo te presto a mi Hijo para que juegues con él
  71. Bueno dentro de todo con lo caro que están las cosas así no vas a tener gastos en diciembre
  72. Algún día sabrás que fue lo mejor que te pudo pasar, ya que su padre te ha dejado…
  73. Dejalo ir porque te vas a obsesionar
  74. Hay que cerrar círculos
  75. No vuelvas a intentarlo porque si te pasa algo la que pierdes eres tu. Mi hijo se busca a otra y tu hijo le llamaría mamá a otra.
  76. Mis ánimos aún no estaban bien y no pude ir a la boda de mi “mejor” amiga y me soltó esto: “yo estuve en la muerte de tu hija” 
  77. Vendría mal y ya sabes lo duró q es tener a un hijo así (trabajo de enfermera en la uci neonatal)
  78. Pues a volverlo a intentar
  79. Imagínate si te hubiera pasado cuando hubiera tenido un par de años
  80. Tienes que estar tranquila y no pensar que en tu próximo embarazo te va a pasar lo mismo
  81. A seguir adelante
  82. Acéptalo, el embarazo no es para ti…
  83. Señora, usted es alérgica al embarazo (ginecólogo)
  84. Ahí no había embrión ni había nada (ginecólogo, en una pérdida en la semana 5 en la que médicamente el embrión está perfectamente formado)
  85. Si ya tienes más, uno, dos…
  86. No se acaba el mundo si no puedes tener hijos…
  87. La naturaleza es sabia
  88. Lo tuyo no es nada, lo mío si que fue fuerte que se me murió al nacer (palabras de mi suegra)
  89. Eso no era un bebe, era un “huevo güero” que decimos aquí en el pueblo
  90. Con una tienes bastante, no hace falta que tengas más
  91. Es lo mejor que te ha podido pasar porque una tercera cesárea era muy peligroso para ti
  92. Tienes toda la vida por delante
  93. Ya sabéis cómo se hacen y dónde está la fábrica. Podéis ir a por otro.
  94. Luego tendrás otro y ya
  95. El producto o feto. debe salir de manera vaginal
  96. Sí ha pasado es por que no venia bien
  97. Ya tienes tres sanos…
  98. No estés triste porque eso no era tu hijo aún
  99. Piensa en la gente que se le muere al nacer, eso sí que duele
  100. ¡Sí que te ha dado fuerte!
  101. Eso le pasa a una de cada cuatro. Es muy frecuente.
  102. Tienes que seguir adelante, no te obsesiones
  103. Si has logrado quedarte embarazada, eso es que puedes conseguir otro
  104. No hay mal que por bien no venga
  105. La vida sigue, no puedes estar así más tiempo, tienes que mirar para adelante
  106. Si no fue es porque no tenía que ser
  107. Si sigues así arrastras a todos
  108. Tienes que estar bien por tus otros hijos
  109. Tienes ya un marido y dos hijos que cuidar, no necesitas más
  110. Es que la gente negativa atrae cosas negativas
  111. Ahora tenés un angelito que te cuida desde el cielo
  112. Has esperado mucho
  113. No era viable para la vida
  114. Las cosas pasan por algo
  115. Mujer legrada. .mujer embarazada
  116. Con la edad el cuerpo no es el mismo
  117. Tienes que salir. No te encierres en ti misma. Distraete. Haz alguna cosa que te guste
  118. Procura ver el porqué de las cosas
  119. Vaya… otro aborto
  120. Estas jugando con tu salud
  121. Sigues viva
  122. Las cosas pasan por algo
  123. Ya suéltalo aprende a vivir con ello
  124. No debiste esperar tanto en tener un hijo
  125. Un matrimonio no necesariamente necesita un hijo
  126. Adopta uno hay muchos niños
  127. Era solo un feto
  128. Algún día verás todo diferente
  129. No entiendo por qué te suceden tantas cosas
  130. Ya deberías resignarte y vivir
  131. No te aferres a tener un hijo
  132. No podés considerarlo tu segundo hijo, era muy pequeño
  133. Eso no es ser madre (fue mi primer hijo) lo verás con el tiempo, ser madre es otra cosa
  134. La naturaleza es sabia (ginecólogo)
  135. Imaginate si salia enfermo, Dios hace todo por lo mejor
  136. Es que esperaste muy poco para embarazarte nuevamente, que necesidad!
  137. No se notaba, nadie sabía
  138. Si tienen que venir vendrán más
  139. Bueno, bueno, no se terminó el mundo, ya tenés una hija, ocúpate de ella!
  140. Le dejamos en un cubo y va a a los desechos (ginecólogo)
  141. No es un bebe, es solo un feto (ginecólogo)
  142. Lloras mucho, no te veo segura de tu decisión (aborto terapéutico) (ginecólogo)
  143. Esto no es un parto (ginecólogo)
  144. Tendrás otro
  145. ¿Que? ? Has querido verle? Pero que horror!
  146. Cuanto antes olvides esto, antes tendrás otro
  147. A ti lo que te pasa es que estás mal porque no tienes un bebé en casa (ginecólogo)
  148. ¿Por qué lloras? No tenés porqué llorar, eso no era un bebe
  149. Ahora a pasar página.
  150. Borrón y cuenta nueva
  151. Olvídala de una vez
  152. Cómo te gusta hacerte la víctima
  153. Usted le pone mucha mente, si ni recuerdos tiene
  154. El siguiente seguro que va bien
  155. Existió solo para ti
  156. No tuviste confianza en Dios por eso pasan las cosas
  157. Si estás mal y lloras, tu bebé sufre, déjala ir
  158. Les diré a mis amigas que te tomaste una pastilla para dormir demasiado fuerte
  159. Es una muy buena profesional, no le quepa la menor duda. Solo que una mala tarde la tiene cualquiera (un ginecólogo hablado de otra por cuyas -malas- decisiones murieron dos niños)
  160. No entiendo porque te da aún pena, si no lo conocías (6 meses después, tras perder a un bebé en la semana 35 de gestación)
  161. Una persona comparó la perdida de mi angelito con la de ella que abortó por decisión propia porque no queria tenerlo
  162. Eso ahora es un trozo de tornilla de aquí a unos años no quedará nada ni la ropa
  163. Lo que necesitas para superarlo es tener otro hijo cuanto antes (ginecólogo)
  164. No voy a conocerla porque no le quiero coger cariño, como se va a morir
  165. Le comento al doctor que tengo leche y quiero que se me retiré. Me trata de “mala madre ” por no querer dar el pecho. (ginecólogo)
  166. Era solo un proyecto de vida. Ya tendrás más (ginecólogo)
  167. (Con bebé arco iris) Bueno ya no piense más, ya el otro no está, no sea mal agradecida con Dios, ahora piense en la que tiene
  168. Otra vez hablé de lo parecida que es mi bebé de 1 mes con mi angelito del cielo y me dijeron ” no invente si casi ni lo vio
  169. Y dije que él era mas blanco que mi bebé recien nacida y me dijeron, “ya si si el otro no tenia sangre”
  170. Mejor que yo no te va a entender nadie (ginecólogo)
  171. Habrá sido por algo que comiste
  172. ¿Quedaste limpia?
  173. Yo perdí un bebé. Lo tuyo era un aborto
  174. Me dijo que estaba mal, que no debía llamarle mi bebé a mi hija fallecida porque ella era un feto, aun cuando yo defendí que era mi bebé porque la había visto, la había tocado, él insistió que no debía llorarle porque no era un bebé sino un feto (psiquiatra)
  175. Me ofreció llevarme a su bebé a que lo viera a unos días de que fallecio mi niña
  176. Todavía tienes matriz ¿no?
  177. Tú qué sabes si no eres madre
  178. Eres joven (38 años)
  179. Al menos no lo has conocido
  180. Habla de él como si fuera una persona (dirigiéndose a una tercera persona)
  181. Ahora cuídade (embarazo arco iris)
  182. Ahora ya se te pasará lo otro (embarazo arco iris)
  183. Ya no llores por él porque perjudicas al bebé (embarazo arco iris)
  184. Pero esta vez irá en serio, ¿no? (embarazo arco iris)
  185. Ahora ya puedes estar contenta ya pasó (bebé arco iris)
  186. Ahora no os convenía
  187. Mejor así, dos dan mucho trabajo (tras la pérdida un gemelo)
  188. Mejor que haya muerto el bebé y no la madre
  189. Que haya fallecido es lo mejor que os ha podido pasar (un ginecólogo tratando de “cubrir” a la ginecóloga por cuya negligencia el bebé murió)

 

Más artículos sobre el tema en otros blogs:

El planeta de Olivia

Maternidad continuum

 

Muchas gracias!!

Mónica Álvarez

Directora de la Escuela Stillbirth Support

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06/02/2015 By Monica Deja un comentario

Hablan las madre: Un año ya.


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Hablan las madre: Un año ya

 

 

Hace unos meses Marilyss Saso, alumna y futura Asesora Stillbirth Support nos compartía un artículo en el que desnudaba su alma y su dolor. 

Hoy nos trae de nuevo su corazón en letras. Me siento orgullosa de compartir con esta mujer tan profunda y entera, fruto de un largo camino mágico y personal. 

 

Hablan las madre: Un año ya

Un año ya…no creí que pasara nunca.

He tenido los ojos doloridos de tantas lágrimas que han brotado de ellos que temí que no pudiera volver a ver la vida a colores.

Si echo la mirada atrás y pienso ¿dónde ha ido mi año a parar?, ¿qué he hecho en estos 12 meses que no has estado? creo que se esfumo y que mientras lo hacía iba sellando a fuego su camino, no será posible olvidar nunca…

Pero si miro un poco más allá de la cicatriz, si me siento valiente y busco tu canción en mi cabeza y tarareo, sé que mi año, nuestro año ha sido el aprendizaje más intenso de mi vida y te estaré eternamente agradecida.

He necesitado aprender a colocar todo ese amor que tenía para ti,

que llevaba tu nombre y lo he transformado en baile, en mil macetas llenas de flores, en guiños al cielo.

Me has obligado a dibujar mi camino de nuevo, sabes?

Una sobrevive al naufragio y con esos restos se ha de reconstruir y jamás será la misma mujer, ya no mirará a la vida con la confiada ilusión de que todo saldrá bien, la mujer que ha renacido en mí perdió la ingenuidad hace un año y ahora sabe igual que la mujer esqueleto (algún día te leere el cuento) que la vida tiene dos caras y que una sin la otra no tiene sentido.

Pero por encima de todo me has enseñado el poder mágico de transformar,

de dirigir hacia lo bonito, de convertir el dolor en crecimiento, de entrarle al duelo a corazón abierto y mirarle a la cara.

He tenido un montón de días que no encontraba sentido a lo que hacía, que creía que me volvía loca abrazando árboles por el campo, que no solo te había perdido a ti, que también me había perdido a mí.

Y es cierto, yo me perdí contigo y solo cuando deje de ver la luz encontré el camino.

 

El camino ha sido de lo más variopinto,

he buscado todas las herramientas necesarias para transitarlo y lo he defendido con uñas y dientes para que nadie me cortara el paso ni me metiera prisa.

He conocido a mujeres bellas en un grupo de duelo que no solo me demostraron que no estaba sola sino que me abrieron sus corazones que albergaban el mismo dolor que el mío, mujeres formidables que tienen todo mi respeto.

He corrido por la playa, he gritado al viento, le he bailado a la luna, me he hecho unas gafas de cartulina verdes para que cuando me entre el miedo ponérmelas y ver la vida con esperanza (en este momento tu padre dudó de mi salud mental, pero como siempre me sonrió y me dijo que era una idea estupenda).

Te he cantado, he dejado que todo lo que emergía en mi saliera a borbotones y he dejado de temerle al dolor de una nueva perdida.

Me he permitido ser.

No siempre fue así, pero si miro hacia atrás, lo que veo es la transformación, tremendamente linda y tremendamente dolorosa.

 

He pasado por todas las fases hasta llegar al día de hoy,

he mirado con envidia y con profunda tristeza a las mamás que paseaban a sus bebés por la calle.

He llorado durante días eternos de rabia, me lo he comido todo y he dejado de comer todo, morí de dolor al ver mi primera regla después de tu partida, alargue la visita al ginecólogo porque ver mi útero vacío me provocaba un dolor que desgarraba, me rechacé como mujer, me ignore, me trate con desprecio…

Me aterrorizó pensar en un nuevo embarazo, me volví hipocondriaca, me acostumbre a llevar un paquete de pañuelos encima porque todo me hacía llorar, he descubierto que el dolor no se marchará jamás pero que pasado un tiempo deja de arder…

Y un día, supongo que el más oscuro de todos

me di cuenta que había invertido mi dirección y que había sol.

Que debía honrar a mi cuerpo que te sirvió de refugio y te dio cobijo hasta que marchaste.

Que ser MUJER era lo mejor que jamás me había pasado.

Decidí que a partir de ese día con mi primera regla de cada ciclo regaría mis plantas como símbolo de fecundidad, de vida, de respeto hacia lo que soy.

Sonreí a tu padre y le guiñe sinuosa un ojo, él lo entendió a la primera, un tío listo tu padre…

Y  por fin fui a ver a ese bebé que nació el mismo día que tu marchabas y que hasta ahora me sentía incapaz y cuando su madre nos dejó a solas la explique mi tardanza.
Hice las paces con la vida y comenzó mi transformación, mi gran empoderamiento.
Mi Julieta linda, te debo la mujer que soy ahora, aún estoy en proceso de construcción pero son piezas pequeñitas  lo que queda por  colocar.

Gracias hija.

 

Marilys Saso

Alumna de la 4ª Promoción de la Formación de Duelo Gestacional y Perinatal

Asesora Stillbirth Support en formación

 

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Publicado en: Asesoras Stillbirth Support, Duelo gestacional y perinatal, Formación on line, General, Hablan las madres, Nuestras alumnas Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, Hablan los padres, Testimonio

19/11/2014 By Monica 1 comentario

Hablan las madres: Te amé antes de conocerte


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Hablan las madres: Te amé antes de conocerte

Mis alumnas de mi curso de formación suelen achacarme que soy muy crítica con el sistema médico.

Yo sé que tienen razón, pero es que cada vez que me hago propósito de ser más empática con ellos, conozco a alguna mamá que me cuenta su caso y me reafirma en la fuerte necesidad de reciclaje técnico y humano que necesitan la mayoría de las personas que trabajan en nuestro hospitales.

Sé que esto que digo es muy políticamente incorrecto, pero lo vivo así, a través de las muchas historias que me llegan de las propias madres.

Porque se me hace incomprensible que personas que tienen una profesión de servicio y dedicación hacia otras personas, hacia otros seres humanos, puedan ser tan insensibles y maleducados.

Porque no se trata de ir donde la mujer que está perdiendo a su hijo y ponerse a darle besos y abrazos. No.

Se trataría simplemente de ponerse a su lado, mirarle a los ojos y escuchar.

Pero no escuchar con las orejas, sino con el corazón.

Con eso se ahorrarían muchas prácticas innecesarias, desactualizadas y peligrosas, porque se trabajaría por el bien mayor de la paciente, y no por la pauta que marca el reloj o los objetivos que se marca la empresa que es el hospital.

Por esto yo trabajo y me estoy partiendo el alma para crear este nuevo curso de formación, para que el conocimiento acerca de las madres y del duelo y la necesidad de empatía y de prácticas médicas actualizadas y emocionalmente sanas puedan ser un día implantadas en todos los hospitales.

Porque esto no es cosa de unos pocos.

Necesitamos mujeres fuertes, que hayan transitado sus duelos, que quieran aprender todo lo posible acerca de ello, que sean empáticas y sueñen con trabajar ayudando a otras mujeres en sus procesos de duelo. 

Hoy vas a leer el testimonio de Estefanía, que nos cede su historia que publicó primeramente en el foro Superando un aborto, pero mañana podrías ser tú, o tu hija o tu hermana…

Esto es cosa de todos. Y de todas.

 

 

Te amé antes de conocerte

Es la primera vez que entro en esta pagina, mi nombre es Estefanía, y lo primero quería agradecer a todas las personas que están detras de estas paginas y te ayudan a llevar un poco mejor el dolor, yo tengo muchas personas a mi lado que me quieren y me cuidan pero es verdad que a veces no te sientes entendida y sientes que no saben como actuar contigo.

Acabo de perder a mi hijo PABLO, estaba de 21 semanas, era mi tercer embarazo, tengo dos hijas de 10 y 7 años y este niño era deseadísimo, estabamos los cuatro como locos.

En la semana 18 aproximadamente ya empecé a notar sus movimientos casi a diario, todos los días dedicaba un rato para tumbarme en mi cama, ponerle música y sentirle, estando de 20 semanas parece que empecé a notarle menos y ya me puse nerviosa, fui a mi matrona y me escucho el latido me quede un poco mas tranquila pero no del todo, algo me decía que no iba bien, a los pocos días muy agobiada nos fuimos al hospital, siempre con la esperanza de que me dijeran que todo estaba bien y de ver a mi niño moviéndose.

No había donde aparcar y mi marido me dejo en la puerta de urgencias, di mis datos y me pasaron a ginecología, no había gente y me pasaron enseguida. Cuando empezaron con la ecografía ya vi que entre ellos se miraron y pusieron mala cara, se me puso el corazón en un puño, empezaron a hablar entre ellos y ya les oí decir que no había latido.

Me preguntaban cosas pero yo no podía contestarles, solo lloraba y les dije que buscaran a mi marido pero ni caso, me dijeron que estaba muerto y que me iban a provocar el parto y ahí mismo en urgencias me pusieron una pastilla por vía vaginal para que comenzara el parto.
Yo no sabía ni donde estaba, no me dieron tiempo a asimilar que lo había perdido y ya me estaban hablando de un parto.

Me mandaron salir hasta que me subieran a planta para ingresar y alli fuera preguntando por mi estaba mi marido, le abrace y no podia parar de llorar, esto fue sobre las 12:30 del mediodia, a las 6 me volvieron a poner otra pastilla y empece a notar las contracciones, fue un dia que todavía no se si existió o no.

A las 12 de la noche me pusieron la ultima pastilla, a las 3:30 de la madrugada empece con dolores muy fuertes y mi marido las llamó, vinieron, me pusieron un pañal enorme y me dijeron que había dicho la ginecóloga que hasta que no empezara a sangrar ella no venia.

A los 15 minutos volvimos a llamar, las contracciones eran muy seguidas, pero no vinieron, y a los 5 minutos solos en la habitación nació Pablo.

Entonces hay si vinieron, pero hasta que llegaron yo tuve que sentir el cuerpecito muerto de mi hijo entre mis piernas y dentro de aquel enorme pañal…..fueron los peores momentos de mi vida.

Vinieron me sacaron la placenta.

Impidiendo que yo viera nada lo metieron todo en un caldero con formol y se lo llevaron.

Me dijeron que ahora intentara dormir y nada más, como si no acabara de perder a un hijo, con tan poca humanidad que se me revuelven las tripas de recordarlo.

Di a luz sobre las 4 de la mañana a las 10:30 de la mañana vino la ginecologa y me dijo que ya me podía ir para casa, me dieron dos pastillas para cortar la subida de la leche y ya está, todo esto sin pararse a pensar un momento por todo lo que yo había tenido que pasar en menos de 24horas.

Tal vez me he extendido demasiado pero es muy dificil resumir más algo tan duro.

Seguramente poria seguir escribiendo mucho más sobre como pase los siguientes días, cómo le dimos la noticia a nuestras hijas etc,

Cuando cierro los ojos siempre veo la misma imagen, a mi hijo en el huevin(maxi coxi) saliendo de el hospital, la ropa con la que me lo imagino siempre y una mantina azul.

Lo he lavado, lo he echado colonia y lo tengo guardado en mi cajón, y cada vez que lo abro huele a bebé y eso me recuerda que Pablo ha existido, que yo lo he parido y que siempre estará hay como un hijo mas.

Por eso hijo mio solo puedo decirte que TE AME ANTES DE CONOCERTE, y que siempre estarás en mis pensamientos y en mi corazón, que ahora tengo una estrella mas en mi cielo.

Estefanía, mamá de Pablo.

 

 

Muchísimas gracias a Norma Grau por cedernos amablemente para nuestro slide las preciosas fotografías de su reportaje Stillbirth. A ella y a los papás y mamás que quisieron retratarse con sus pequeños.

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20/08/2014 By Monica 18 comentarios

No nos preparan para esto. Hablan las madres.


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No nos preparan para esto

Estoy preparando este texto que me ha enviado una amiga, compañera, hermana, alumna…

Tengo la piel de gallina y una sonrisa en los labios. 

Es el texto de una Madre rota por el dolor de la pérdida, pero también el de una Mujer empoderada y salvaje después de una experiencia extrema. 

Una experiencia de vida y de muerte.

Espero que disfrutes del texto tanto como yo.

Mónica Álvarez

 

No nos preparan para esto, no para saber que de la misma manera que somos portadoras de la vida esa misma vida puede no llegar al camino que esperamos.

Por el contrario nos explican la importancia del ácido fólico, de las vitaminas y toxoplasmosis, pero dejan de  lado toda una parte emocional y espiritual, toda esa parte a la que la mujer también está expuesta y que cuando se ve inmersa en algo así no es capaz de gestionar porque nunca nadie le habló de eso.

De cómo el piso se te tambalea y no sabes a qué agarrarte.

De esa sensación de pena que te va inundando y del duelo que viene después.

De cómo has de volver a lo más primitivo y ancestral del ser mujer y de encontrar un lugar donde colocar esa ilusión que se ha visto truncada.

Estaba en la sala de urgencias, la ginecóloga buscaba el latido de su corazón.

Yo en cambio estaba lejos, desnuda sobre la tierra, con los pies y las manos escarbando y sintiendo y arañando la tierra, que olía a campo mojado, a bosque, a musgo, a fértil, a mujer ancestral, a sabiduría guardada desde hace siglos, desde que el mundo es mundo, sentía la tierra en mis uñas y olía a una planta que no he sabido hasta hace poco lo que era.

Mientras yo pasaba mi dolor, mi inmensa pena a esa tierra, ella me acogía con un manto, me mecía, me calmaba y me hacía entender que todo estaba bien, que aunque yo no entendiera el por qué, todo estaba bien.

Sentía las voces de mujeres, chamanas, primitivas, salvajes, ancestrales que me decían que no estaba sola.

Cuando la ginecóloga me dijo que no se oía el latido del bebe toda la habitación olía a azaleas y yo buscaba la tierra en mis uñas convencida que la encontraría.

Una semana después tuve que ir al hospital porque a pesar de sangrar aún estaba conmigo.

Mi cuerpo no reacciona bien con la química, siempre lo ha hecho a base de cariño, mimos y plantas, con remedios caseros de abuelas sabias y esta vez no fue distinto.

Por más que me provocaron las contracciones para que saliera no lo consiguieron, un aborto es duro, pero el proceso médico lo endurece aún más si cabe.

Después de 48 horas el médico me dijo que habría que pasar por quirófano, la pedí un rato más porque sabía que saldría solo, que no iba hacer falta el legrado.

Le hablé, de alma a alma, le agradecí, le permití marchar.

Me lo imaginé desanudando raíces, aflojando los nudos que no le permitían marchar, le acompañé en el camino, le tendí mi mano para que entre los dos no nos pudiera el miedo ni la pena.

Y salió, sin quirófano, sin dolor.

Pude despedirme de él, pude ver su cuerpo canijillo y agradecerle, nos pudimos presentar formalmente y sentí una gratitud tan inmensa que todo pareció girar a nuestro alrededor, sin espacios ni tiempos, solo desde el amor profundo.

 

A pesar de que la experiencia ha sido inmensa, del crecimiento que ha supuesto para mí, el amor y agradecimiento total y eterno por esas semanas de felicidad conjunta es lo más doloroso por lo que nunca he pasado.

En realidad estás tan rabiosa y enfadada con el mundo que tienes que sacarlo y te sorprendes a ti misma golpeando la cama con rabia, con fuerza, volcando toda esa ilusión que se ha convertido en rabia y en un enfado con el mundo que supera cualquier otro tipo de enfado, porque está vez eres tú quien llevaba la vida dentro y has ido sintiendo como a poquitos  se iba apagando y no había nada que pudieras hacer, qué impotencia¡¡¡.

Yo sólo pude agradecerle los momentos de ese amor infinito que me dio,la ilusión renovada y esa sonrisa perenne que llevaba conmigo gracias a él.

Agradecerle que me ofreciera la oportunidad de sentir tanta tanta felicidad y que existiera la posibilidad de amar, cuando no podíamos ni ponernos cara.

Y solo desde el amor profundo, desde lo más hondo de una mujer dejas partir, te despides y guardas en el corazón a ese ser que no pudo,  no supo o no…al fin y al cabo venir.

La vida se sigue abriendo camino. 

A cada paso que damos, en cada bosque, en cada tierra fértil que se abona con amor, con el cariño paciente con el que se hacen las cosas a poquitos, volcando generosidad y esperanza.

Y así vamos vaciando el dolor, vamos limpiando, vamos reconstruyendo…

Los duelos no son fáciles, pero son necesarios, es toda una transformación.

Se necesita volver a pintar la vida, se necesita reconstruirse, reencontrarse, reconectarse, volver a poner a cero el marcador de la esperanza y la ilusión.

Permitirnos sentir dolor es la única manera de dejar paso a lo nuevo, permitirnos llorar tanto como necesitemos es la única manera de vaciar para poder volver a llenar después.

Nunca sentí como ahora la maravilla de ser mujer.

MUJER, con letras grandes, de lo que somos desde que el mundo es mundo, desde el comienzo de la madre tierra, ahora entiendo porque la tierra es madre y lo que yo soy.

Escapa del razonamiento lógico que empleamos en nuestro día a día, está en el plano de la espiritualidad, de la transmisión, de las energías, de lo ancestral, de buscar a la mujer salvaje y autentica que llevamos dentro, lo primitivo se mezcla con lo actual, se cruzan vidas, vivencias, emociones y me siento unida a algo que no se ponerle palabras.

A algo que supera lo terrenal, que me abre las puertas para pertenecer a las raíces de la vida.

Han pasado apenas  días y cuando me ducho me paso el jabón por la tripa y rompo a llorar…

Qué complicado aceptar que no todo está en nuestras manos, que la vida es como el oleaje del mar, que va, viene y vuelve a ir…

Qué injustos somos a veces con nosotros mismos, qué egocentrismo nos empuja a creer que también teníamos poder y culpa sobre algo que no nos pertenecía, que solo somos portadoras y acompañantes.

Que difícil a veces no cargar contra nosotros mismos.

Qué de sentimientos encontrados los que redirigir para poder encauzar, tal vez no sea ni necesario encauzarles, tal vez sólo hay que permitirles estar cuanto necesiten para que ellos solos encuentren el camino de salida.

 

Nadie nos avisa de esto, de esta necesidad de gritarle al viento.

Tampoco nos advierten que ya no seremos aceptadas ni incluidas en el grupo de mujeres “mamás”, porque no abrazamos, educamos,  ni pasamos noches en vela.

Pero nadie se para a pensar que ese amor y ese dolor en la pérdida ya nos valida y nos respalda como madres, yo me siento madre, soy madre.

Pero lo digo bajito porque siento que las miradas se pueden convertir en escepticismo, las caras en gestos de compasión y no quiero compasión, quiero poder situarme en algún lugar de este inmenso catálogo de clasificaciones en los que no encuentro mi sitio.

Pienso en el corazón de tantas mujeres que pueden llevar esta pena.

Que también quisieron gritarle al viento y que tal vez nunca se lo permitieron.

Aquí está mi herida, la estoy curando, mimando, sanando, meciendo y permitiendo que se vea para que no se ponga fea y se enquiste.

Tengo una azalea en casa que no para de florecer y que no deja que me olvide ni por un momento que donde hay amor hay vida.

Marilys Saso

 

 

 

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Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, Formación on line, General, Hablan las madres, Nuestras alumnas, Rituales Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, Hablan los padres, sanación

10/07/2014 By Monica 7 comentarios

Nuevo Programa Coaching para #mamasenduelo


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Coaching grupal

 

“Si el dia te atropella, y la noche no acaba, si perdistes tu camino a traves del sendero pedregoso. Es solo un momento, este tiempo pasara”.

Stuck in a moment. U2

 

Estoy muy contenta esta semana porque desde el lunes está en marcha este proyecto que quería realizar desde hace mucho tiempo.

Por qué creo que es importante este proyecto

En los últimos años me he dedicado sobre todo a crear y reunir contenidos para este blog y para los cursos de profesionales.

Me parece fundamental formar profesionales que sepan cómo atender a las mamás en duelo. Que a través del conocimiento de los procesos relacionados con el duelo gestacional y perinatal fortalezcan su empatía y su capacidad de atención.

Pero también me ha gustado siempre estar en contacto con las madres y ya lo echaba de menos.

Es duro, muy duro estar en contacto con mamás que han sufrido pérdidas. Escucharlas hablar de sus pequeños, de cómo se fueron, es muy triste.

Escuchar además las verdaderas historias de maltrato físico y emocional que han sufrido hace que me hierva la sangre, porque si ya a las puérperas en general (no digo siempre, ojo) se las trata mal, si una madre porta en su interior un bebé muerto o sin esperanza de vida, ya parece que es razón para que ellas y sus bebés sean tratadas como un pedazo de carne, como un mero número en una cadena de montaje.

Pensaba que ya estaba endurecida y que no sería capaz de emocionarme

mamasenduelo2

En todos estos años trabajando el duelo había escuchado muchas historias de mamás en duelo creía que mi capacidad de sorprenderme estaba ya agotada.

Pero estoy viendo que no, que todavía me queda mucha capacidad de conectar, empatizar, dolerme con otra persona en estado de dolor extremo.

Estos días han sido días de presentaciones, de conocernos, de compartir dolor, pero también están siendo días de descubrir la enorme capacidad que tenemos de salir a flote, pase lo que pase.

Estoy gratamente sorprendida con la aceptación y los resultados inmediatos que estamos logrando

A pesar de:

  • El trato inhumano que brindan en muchos hospitales.
  • Las frases hirientes y sin sentido que salen por la boca de personas que no te importan nada, o peor, por la boca de tus propios familiares y seres queridos.
  • Que el mundo se para cuando su pequeño corazón deja de latir y crees que el tuyo también se parará porque no hay otra forma de salir adelante en medio de una vida que no tiene sentido.

Estoy encontrando personas que por encima de todo son madres, seres humanos con una capacidad inigualable de salir a flote y que con muy poquita ayuda son capaces de transformarse a sí mismas en bellas mamás mariposa. (1)

Sólo llevamos 5 días. Comenzamos el lunes y ya hay mamás que nos han contado cómo están notando los cambios que se operan en su vida a través del proceso de transformación que están llevando a cabo en el grupo.

mamasenduelo3

Todas nos sentimos fortalecidas, en parte por haber podido aligerar la carga que llevábamos, en parte porque nos sentimos parte de una unidad mayor. Ya no estamos solas.

Es increíble la fuerza que tiene un grupo de mujeres que han tocado fondo y están luchando como leonas por volver a la superficie.

mamasenduelo1Yo estoy impresionada de ver la fuerza que están demostrando, la sabiduría y el poder que emana de cada una de sus palabras.

Mujeres heridas por la vida y heridas por personas insensibles que no sólo no supieron estar a la altura de las circunstancias, sino que hicieron lo posible incluso por hundirlas más.

Siempre me emociona la capacidad de resiliencia que tiene el ser humano.

Sólo llevamos 5 días y estamos dando pasos de gigante.

Seguiremos todavía otras tres semanas más. Y seguramente en agosto abriremos otro grupo con otras mamás y todas aquéllas de este grupo que quieran repetir.

 

Quiero participar, ¿cómo puedo hacerlo?

Si quieres participar hasta el domingo por la noche puedes hacerlo, luego cerraré el grupo para que no haya desfase.

Tienes toda la información para participar e inscribirte en el siguiente enlace. Clica en la imagen para saber más:

mamasendueloA

Me sumerjo de nuevo en la aventura, con estas mujeres aguerridas que han vencido el miedo y la vida para continuar adelante a pesar de todo.

Un saludo:

Mónica

 

(1) Muchas gracias a Elena Mayorga por crear este precioso término: “mamá mariposa”.

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Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, General, Hablan las madres, Muerte perinatal, Red de mujeres

18/06/2014 By Monica 4 comentarios

Testimonio de una familia polaca o la importancia de la dignidad del hijo nacido muerto


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dignidad del hijo nacido muertoMe llega este pequeño tesoro, un testimonio de una familia polaca, afincada en Alemania. 

En Polonia puedes inscribir a tus hijos en el registro y darles sepultura (incluso con sepelio cristiano si lo deseas) incluso cuando la muerte se da en etapas muy tempranas del embarazo.

Éste es el objetivo que queremos fijarnos. Mientras os dejo es te testimonio porque a veces lo imposible, cuando conocemos que en otro país es cotidiano, deja de ser tan imposible.

La traducción del texto realizada del inglés al castellano es obra de Lucy Lo Cascio, Traductora.

 

Ya teníamos dos críos y me sentí completamente feliz de ver las dos rayas en la prueba de embarazo. Era como si se cumpliese nuestro sueño de una gran familia. Fuimos los dos al médico, se confirmaba el embarazo. Todo parecía perfecto y nuestros hijos empezaron a cuestionarse si sería niño o niña. Cerca del final de la decimotercera semana de repente me sentí mal, con cólicos estomacales y al final tuve un sangrado. Acudí inmediatamente a mi médico que realizó una ecografía pero tenía malas noticias: nuestro bebé estaba muerto y yo estaba de parto: un aborto involuntario. Me dijo que fuese al hospital para que me hicieran un legrado. Fue una pérdida tremenda. Yo estaba llorando y mi marido también. Lo que me destrozó fue que no me dejasen enterrar a mi bebé en Alemana porque era demasiado pequeño por haber llegado solamente a la decimotercera semana. Sería un desecho médico, restos … nunca tendría una tumba y nosotros nunca podríamos despedirnos, ni rezar por él, ni tener un lugar dónde visitarle. ¡Era tan cruel e inhumano!

Volvimos a casa y me puse en contacto con una matrona en Polonia, que me explicó que en el caso de sufrir el aborto en Polonia, en lugar de Alemania, se consideraría como nacimiento y se emitiría un certificado de defunción. Podíamos darle un nombre a nuestro bebé; celebrar un funeral católico para él. Esto significaba para nosotros que sí era nuestro hijo, un ser humano y en Polonia se le trataría como un ser humano y no como basura. Decidimos conducir esa noche a mi pueblo natal en Polonia.

Sin embargo, no lo conseguimos porque me puse de parto. Después de dos o tres horas de trabajo de parto tuve a mi bebé en casa, en nuestro cuarto de baño. Fue una experiencia muy dura; dolor físico y emocional. Pero también fue una experiencia preciosa. Fui totalmente capaz de traer yo solita este pequeño cuerpo al mundo (sólo puedo parir bebés de tamaño normal mediante cesárea). Rezaba, sabiendo que mis amigos también rezaban, para decir adiós … pero después de hacer todo eso aún no se me permitía enterrar a mi bebé porque había ocurrido en Alemania. Una llamada nocturna a la matrona y una decisión espontánea: llevaremos a nuestro bebé fallecido a Polonia y obtendremos todos los documentos como si este aborto involuntario hubiese pasado en Polonia (en casa, no en un hospital). Lo hicimos tan pronto como me sentí mejor. Nuestro bebé tiene nombre: Jan y ha sido enterrado en una ceremonia simple pero apropiada.

Ahora después de dos años puedo decir que estoy muy satisfecha de eso. Fue la decisión correcta. Una experiencia muy importante para nuestros hijos mayores porque de esa manera aprendieron que perdieron a un hermano pequeño, parte de nuestra familia. Un ser humano que merecía un tratamiento adecuado, ser tratado como persona, por muy pequeño y débil que fuese. Nuestro bebé es parte de nuestra familia; tiene una tumba y podemos visitarle siempre que vayamos a Polonia. Para nosotros, como padres, es algo que nos permite cerrar nuestro duelo. 

Pusimos a nuestro bebé en una tumba sabiendo que descansaría en paz.

El año pasado tuvimos una maravillosa y sana hija. Algún día sé que le mostraré la tumba de su hermano. Veo una diferencia entre algunas mujeres en Alemania que también han perdido a sus bebés y yo misma. No intentamos olvidar. No nos hace falta. Incluimos a nuestros hijos en la familia. Nuestro duelo no se convierte en depresión. Creo que es muy importante para aquellos padres poder enterrar a sus hijos tal como quisieran.

Familia polaca afincada en Alemania

 

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Publicado en: Aborto espontáneo, Derechos de los padres y de los niños, Duelo gestacional y perinatal, General, Hablan las madres, Rituales, Saliendo del armario, Testimonios, Tratamiento expectante Etiquetado como: derechos humanos, Legal, Reforma Amanda, Testimonio

22/04/2014 By Monica 24 comentarios

Hablan los padres: Viento sos


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Viento sos

Estos días he tenido el gusto de conocer a una persona extraordinaria. Bueno, en realidad son tres personas extraordinarias: Mi alumna de la 2ª Edición de la Formación de Duelo Tere Brandán y su marido, ilustrador, Ramiro Clemente. Y ellos dos son los papas de una tercera persona extraordinaria: Gonzalo, su bebé estrella.

Tere me presentaba a su marido a ver si podía ayudarle en su proyecto. Y vaya que si le voy a ayudar, me he autonombrado “madrina de honor” y como tal tengo el honor de presentarte su libro, dedicado a su hijo Gonzalo “Viento sos”.

En él, Ramiro nos cuenta como padre su visión personal de la pérdida y del duelo.

Es una pequeña joya, que nos lleva a través de un texto poético por los estados y emociones que traen la vivencia de la pérdida.

Cuando lo leí Ramiro me pidió mi opinión y de forma natural y espontánea escribí:

Me parece un libro precioso, la historia es cautivadora, emocionante, intensa.
Las imagenes son bellas.
Y la historia de fondo llega al corazón.

Lo encuentras en Amazon.

En versión tapa blanda:

 

“Viento sos” es el primer libro de Ramiro Clemente y Tere Brandán.

“Tu voz” es la segunda obra de esta pareja.

Ahora mismo no está en amazon, pero te dejo aquí la carátula por si más adelante lo quieres buscar:

 

 

Si vives en otro país, puedes acceder desde tu web de amazon correspondiente.

 

Te dejo mientras con las palabras de Ramiro:

Este libro forma parte de un proceso de aprendizaje. Un camino que comencé hace un año. Un intento de aceptar la ausencia sin explicarla, y poder pensar en ella como otra forma de presencia. R.C. marzo 2014

Conoce otros trabajos de Ramiro Clemente

Ramiro y Tere con su libro en papel:

RamiroyTere

Si te gustó el artículo de hoy te invito a compartirlo en las redes y a dejar tu comentario si te apetece.

Un saludo:

Mónica Álvarez

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Publicado en: Duelo gestacional y perinatal, El arte en el duelo, General, Hablan las madres, Libros, Rituales

07/04/2014 By Monica Deja un comentario

El entorno en el proceso de duelo


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Diario de un Viaje El entorno en el proceso de dueloMi amiga Norma Grau compartía en facebook este texto de Anji Carmelo. No puedo estar más de acuerdo. Nunca volvemos a ser las mismas, aunque todas las personas que se mueven a nuestro alrededor como las fichas de un tablero de ajedrez, quisieran. Pero no, nunca más seremos las mismas, porque para nosotras, la partida ya ha cambiado.

Mónica Álvarez

 

 

 

De la página www.dueloanjicarmelo.com
“EL ENTORNO EN EL PROCESO DE DUELO según mi experiencia vivida”

Cuando en mayo del 2003, tres meses después de haber perdido a mi único hijo Asier aparecí en AVES, escuché varias veces, que en el proceso de duelo desaparecían muchas amistades y no lo entendí. ¿Cómo podía ser que tus mejores amigos, compañeros ó familiares, desaparecieran ó se alejaran de tu lado ante una tragedia para ti de tal magnitud? Si siempre habían estado a mi lado, ¿cómo no iban a hacerlo ahora?. Pues bien, hablando desde mi experiencia todo tu entorno se mueve ante una situación tan desgarradora, en unos casos por desconocimiento de cómo ayudar, y en otros por miedo. La cuestión es que el entorno se aleja y así como tu vida, ya no vuelve a ser como antes. No es que ellos se aparten voluntariamente, porque ya intentan y quieren distraerte, pero esperan que te recuperes pronto confiando que con el tiempo, volverás a llevar la misma vida que antes. La cuestión es que tú ya no puedes, ni quieres llevar la misma vida que antes porque “tu mundo” ha cambiado y tus necesidades también. Necesitas hablar de tu ser querido y sobre todo recordarlo, pero pocos son los que se sienten cómodos cuando tú lo haces, incluso si hablan de los suyos, y tú quieres hablar de alguna experiencia vivida del tuyo, la conversación se vuelve algo tensa. También necesitas hablar de emociones, de crecimiento personal, ó de tu progreso gracias a cursos y otras herramientas que tienes que utilizar para seguir, pero a tu antiguo entorno como decía antes, no le interesa demasiado porque no puede entenderlo. Si tú les hablas, te escuchan, pero ya ves que no les interesa todo aquello que no están viviendo, decidiendo por tanto no hablarles de tu vida.

Sin juzgar a nadie, puedo decir que les entiendo perfectamente, porque somos nosotros los que hemos cambiado, por eso ellos no saben hacerlo de otra forma y tú tienes que seguir tu camino con estas nuevas necesidades. La cuestión es que les sigues queriendo como antes, pero a ellos les cuesta verte aparentemente igual sin pensar que te vas recuperando. Así te dan a entender que tu dolor ya forma parte del pasado, cuando en realidad tu transformación ha hecho que ese ser querido siga formando parte de tu eterno presente tanto ó más que antes, aunque sea de forma sutil.

A través de este proceso de cambio he podido sentir que la muerte no es un fin y por ello he aprendido a ubicar a mi hijo en un lugar de mi corazón de forma que, con la energía del Amor, la luz de una vela, la belleza del horizonte, de las flores, el vuelo de un ave ó el de una mariposa, puedo escuchar el suyo abierto como si fuese el cofre de los recuerdos que vuelve a mí para recordarme que le amé, le amo y le amaré. Es como sentir desde su corazón una voz que dice: NO MUERAS CONMIGO, VIVE POR MI Y POR TI y recuerda que estoy a tu lado tomándote de la mano, besándote y acariciándote. Esto sólo se siente desde el Amor, y a tu entorno no se lo puedes explicar porque al no entenderte pierde su verdadero contenido. Estamos en diferente frecuencia, pero no obstante, y afortunadamente en esta nueva etapa de tu vida, nacen otras nuevas amistades que sí te entenderán y caminarán junto a ti.

Esta es la opinión desde mi experiencia, y aprovecho para decirte a ti ANJI, a este Centro, y a los que habéis compartido conmigo este camino de lágrimas que ha sido mi duelo ¡GRACIAS! por todo lo que me habéis aportado para alcanzar el camino de mi transformación interior

 

 

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