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09/11/2018 By Monica Deja un comentario

Conclusiones. Queda todo por hacer. ¿Juzgamos o ayudamos?

 

Conclusiones.

Aquí termina esta serie de artículos, este curso que lo único que pretendía era abrir horizontes, hacer reflexionar sobre la complejidad implícita en un proceso de IVE.

 

Hemos visto muy por encima temas centrales como:

  • La estructura del proceso de interrupción voluntaria del embarazo
  • El duelo gestacional que lleva implícito
  • Su problemática
  • Su dimensión histórica y ética
  • La visión de la mujer desde un punto de vista holístico y
  • La violencia obstétrica en este campo.

 

Todos y cada uno de estos temas merecerían ser tratados con más profundidad.

Pero el objetivo de este curso era ofrecer una vista panorámica, hacerte reflexionar sobre, quizás, el último gran tabú que afecta a la mujer.

El campo para empezar a hablar de la IVE y encuadrarla en los duelos está preparado: en los últimos 40 o 50 años empezaron a aparecer los primeros libros sobre el duelo. En los últimos 10 años en España y de la mano de profesionales como Mónica Álvarez o M. Àngels Claramunt se empezó a investigar el llamado duelo gestacional y perinatal (término acuñado por Mónica), abriéndose así un campo dentro de la recién nacida psicología perinatal. El siguiente paso, del que este curso pretende ser un precursor, es empezar a incluir en el duelo gestacional el duelo post-IVE.

Es en ese sentido que digo que el terreno está abonado y que tal vez ha llegado el momento histórico en que podemos empezar a hablar de este tipo de duelos (como profesionales) y a sanarlos (como mujeres que pasaron por esta experiencia).

 

En una entrevista que me hizo hace poco Maria Andrea García Medina, le comentaba que respecto a la IVE queda todo por hacer. Y ese “hacer” implica dos dimensiones: queda todo por PENSAR y queda todo por SENTIR.

Necesitamos un nuevo discurso sobre la IVE, repensar el proceso, ampliar su marco… y, a la vez, necesitamos acceder al sentir profundo de cada mujer, autorizarla a sentir, darle un espacio donde se dé permiso para sentir y sentirse en toda la complejidad de esta experiencia tan difícil. Hasta ahora, solo hemos RESENTIDO nuestros abortos y nuestro dolor. Es el momento para un nuevo cambio de paradigma.

 

¿Juzgamos o ayudamos?

Cada una decide.

Yo hace tiempo que decidí suspender el juicio para empezar a escuchar.

Te aseguro que vale la pena.

 

Termino este curso agradeciendo, no sólo a Mónica Álvarez Álvarez por el espacio que me dio en su proyecto, sino también  a todas las mujeres que se cruzaron en mi camino y me contaron sus historias y su experiencia.

A todas aquéllas que tuvieron la valentía de transitar sus duelos que nadie les reconocía.

Sin vosotras, estos artículos nunca hubieran visto la luz.

Gracias. Seguimos hacia adentro. Con el korazón.

Eva Puig

Experta en duelo gestacional y perinatal por la Escuela Stillbirth Support

Filosofa, investigadora y acompañante en duelos por aborto voluntario

Fundadora y Directora general en Proyecto Kora

 

 

 

Publicado en: Aborto espontáneo, Curso IVE: Duelo por aborto voluntario, Eva Puig, General

28/04/2018 By Monica 4 comentarios

Lo que una madre en pérdida gestacional y perinatal necesita de un/a profesional es:

Cuando una madre recibe la noticia de que su hijo ha muerto en su vientre.

 

No necesita que te quedes paralizada por el dolor.

Ni que le digas “eres muy joven, ya tendrás otro”.

No necesita un mal servicio por tu parte, porque no sabes qué tienes que hacer o qué decirle.

 

Lo que una madre en pérdida gestacional y perinatal necesita de una profesional es:

 

Un buen apoyo emocional para parir a su hijo.

Saber que PUEDE parir de forma fisiológica con el apoyo emocional necesario.

Que un legrado tiene efectos secundarios importantes.

Que no tiene por qué forzar un parto de forma inmediata.

Que un parto fisiológico es la mejor opción tanto física, como mental, como emocionalmente.

Que tiene derecho a pedir toda la información y el apoyo emocional que necesite.

Saber que puede despedirse tranquilamente de su hijo sin que le metan prisas.

Que puede fotografiarle y fotografiarse con él.

Que puede bañarlo o vestirlo.

Que puede presentárselo a quien ella crea necesario.

Que puede ponerle un nombre.

Que puede celebrar todos los rituales que necesite a lo largo de su vida para despedirse de él.

Que necesitarán (ella y su pareja) darse permiso para llorar, hablar, dormir, cantar, gritar, reír, bailar…

El duelo gestacional y perinatal es un proceso que se vive después de la pérdida de un bebé en el vientre o durante el parto hasta las primeras 24h de vida.

Los manuales le atribuyen una duración de un año, pero en realidad el duelo puede durar mucho más tiempo, pues la falta de un hijo y la añoranza que sentimos por él, duran toda la vida.

Si estás pensando en especializarte en el trabajo con madres en duelo, te invito a informarte sobre nuestros cursos.

Mónica Álvarez Álvarez

Psicóloga, terapeuta de pareja y familia.

Especialista y pionera en duelo gestacional y perinatal desde 2005.

https://DueloGestacionalyPerinatal.com/escuela-stillbirth-support/

 

 

 

 

Publicado en: Aborto espontáneo, Aborto provocado, Asesoras Stillbirth Support, Duelo gestacional y perinatal, Formación on line, General, Muerte perinatal

17/05/2017 By Monica 6 comentarios

La pérdida: Una experiencia límite para todos.

La pérdida en el embarazo es un hecho cotidiano que sucede, desgraciadamente, todos los días en todas partes del mundo.

Normalmente es algo que no se airea, a no ser que seas de la familia y te enteres de que “la prima ha perdido el bebé que esperaba”. Es algo que no nos llama la atención, ha ocurrido toda la vida y siempre se ha sobrevivido a ello y se ha continuado adelante.

 

El problema viene cuando esa pérdida te ocurre a ti.

De un momento a otro todo el universo dulce y apacible en el que estabas sumergida, ese estado de locura y felicidad que es el embarazo se marchita y se rompe dejándote sumida en la oscuridad más profunda y absoluta.

Es difícil hacerse una idea de lo que es si no se ha pasado por ello. La muerte en nuestra sociedad es un tabú, algo de lo que se habla en el tanatorio y en el funeral y ya está. Después se acaban los días de permiso y hay que volver al trabajo y a la vida. Aunque estés física y emocionalmente hundido.

Si además la persona que muere es el bebé que llevabas en tu vientre, tu lentejita, tu amor… Descubrirás la cara oculta de la sociedad, una sociedad que querrá hacer como si no hubiera pasado nada, que te animará a “ser la de antes” como si obligándote a olvidar te estuviera haciendo un favor para que no sufras.

 

Nunca volverás a ser la de antes.

De hecho, ni tú ni tu pareja volveréis a ser los de antes. Porque la vida os ha pasado por encima como un camión de la basura impertérrito llevándose con él las luces y condenándoos a la oscuridad más profunda.

La noche oscura del alma comienza cuando te dan la terrible noticia.

Tal vez comenzaste a sangrar pero guardabas la esperanza, porque la esperanza es lo último que se pierde. Pero la tecnología no miente y el profesional lo confirma: no hay latido, no hay vida. Y tú sientes que la vida que se ha ido es la tuya.

 

Los hombres también lo viven, también sufren.

Lo que ocurre es que son momentos en los que hay que olvidarse de uno mismo y estar por la mujer, que no sólo vive su dolor emocional, sino que vive también los dolores de parto, un parto tras el cual espera la muerte, el vacío. Y más dolor.

 

No sólo la mujer y el hombre se transforman.

O la otra mujer, en caso de ser una pareja lésbica, sino que también la pareja sufre su metamorfosis, ya que, aunque no haya un bebé físico, ese hijo que ha poblado su vida por un pequeño espacio de tiempo ya los ha convertido en familia.

Y aunque se haya ido en forma física, su recuerdo, su espacio vital va a permanecer para siempre.

Cuando tengan otro hijo, cuando lo lleven por primera vez al cole, cuando juegue su primer partido de fútbol, cuando se eche novia, cuando les traiga de visita a sus nietos… todo ello les recordará a ese otro que no está, que se fue tan pronto.

Ojo, y recordar a este hijo no es patológico ni es una señal de que el duelo no se realizó correctamente. También nos acordamos de ese abuelo o de esa madre que falleció y no nos verá vestidas de novia. Las personas que se van dejan su poso, su huella en nuestras vidas. Y aunque no estén presentes, de alguna manera siguen vivos en nuestra mente, en nuestra propia historia. Al menos las personas cercanas a nosotros, las más queridas. Y un hijo entra también en esta categoría.

 

Historias inconclusas.

Es verdad que en la literatura dentro del mundo de la salud mental hay muchos casos documentados de familias en las que la madre murió un poco con ese hijo que se fue y olvidó a los vivos (incluso a los que nacieron después) para mantener un vínculo poco sano con ese que se fue. No hace falta estar loca para esto. Sólo con que no tenga apoyos o herramientas para transitar su duelo, que se le obligara a callar y seguir adelante, que quedara una historia inconclusa con alguien que se fue y del que no se pudo despedir…

Para que esto no suceda es importante poder hablar de ese pequeño, llorar su pérdida (sí, a veces ni para llorar nos damos permiso), guardar sus cositas como recuerdo, tener un espacio en casa dedicado a él, dedicarle un tiempo cada día o cada semana, tal vez una pequeña tumba que limpiar y en la que poner unas flores…

Como ocurre con toda persona que se va, es importante despedirse para que no quede la sensación de que la historia quedó sin concluir. O incluso que se originen fantasías en las que se pueda llegar a pensar que todo ha sido un error y que ese bebé está vivo en algún lugar. Se oyen tantas historias, incluso hasta casos reales, que por qué no podría ser el tuyo uno de ellos.

 

Una pareja que acaba de perder un bebé necesita tiempo.

Desgraciadamente, es lo que nuestros médicos en los servicios de salud no disponen, pues tienen que despachar para que entre el siguiente paciente.

Sin embargo hay profesionales que se toman la molestia de mirarnos a los ojos, de explicarnos lo que ha pasado o lo que creen que ha podido pasar, lo que va a ocurrir a continuación, lo que van a necesitar desde un punto de vista médico y tienen en cuenta lo que necesitarán desde un punto de vista emocional.

Profesionales que validan tus sentimientos, que los escuchan, que nos explican de nuevo con paciencia lo que no entendimos, que nos dejan información escrita y un número de teléfono por si necesitamos contactar con alguien que nos acompañe.

Estos profesionales existen. Ojalá hubiera muchos más para que todas las parejas se pudieran sentir acompañados y contenidos en una situación tan dura y estresante para ellos.

 

Mónica Álvarez

Psicóloga, N-01500, Terapeuta de pareja y familia

Directora de la Escuela Stillbirth Support

 

Fragmento de un texto publicado en la revista “Tu bebé”.

Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, Muerte perinatal

21/02/2017 By Lily 2 comentarios

Tres frases para añadir a tu vocabulario si trabajas con mujeres en duelo

 

Si trabajas en el ámbito de la maternidad, trabajas con mujeres en duelo.

Sí, porque la maternidad tiene doble cara:

La luminosa, la de una maternidad a término con el nacimiento de un hijo sano.

Y la cara oscura, la que, por ser socialmente invisible, nos deja solas cuando más lo necesitamos: cuando perdemos a nuestro bebé. La maternidad que se manifiesta con una pérdida llorada en lugar que en un nacimiento festejado.

 

Si trabajas en el campo de la maternidad tienes en cuenta que puedes encontrarte con ambas situaciones a diario y tu forma de relacionarte con las madres que atiendes tiene que ser enfocadas a ambas situaciones.

 

Porque si eres un profesional falto de empatía, puedes pasar más desapercibido cuando das una buena noticia, una maternidad que tiene un final feliz, pero si tu interlocutora está viendo la cara oscura de la maternidad, si acaba de perder a su bebé, tus palabras serán una daga más en un corazón destrozado.

 

Por esto te aconsejo vivamente que añades estas 3 frases a tu vocabulario:

Para las madres que viven una maternidad feliz, porque a todos nos gusta que nos traten bien y con cariño y una visita médica es siempre un trastorno emocional.
Para las madres que viven una perdida, para no añadir más dolor a su inmenso dolor.

¿Me puedes decir tu nombre?
Sí, tú pasas consulta a varias mujeres al día y no puedes acordarte de todas, pero ellas SÍ se acordarán de TI.
Simplemente llamándolas por su nombre podrá establecer un contacto humano personalizado que te ayudará en ambos casos, comuniques buenas o malas noticias.

Lo siento.
Cuando tienes que comunicar una perdida, empieza por LO SIENTO.
Como he dicho, es probable que veas varios casos de perdidas al día y que para ti sea solo un caso más pero para esa mujer NO lo es, ha perdido su hijo querido, ha perdido su ilusión hecha realidad, ha perdido una presencia familiar que la acompañará toda la Vida. Acompáñala en este momento tan difícil añadiendo un simple lo siento a tus palabras.

Vamos a esperar un poco 
Cuando una madre pierde a su bebé, la primera reacción es de shock, en este estado no entiende bien lo que pasa y tiende a decirte que sí a cualquier cosa que le propongas, tipo el clásico – mañana legrado- Esa mujer vendrá al legrado como le has dicho, probablemente aún en estado de shock … y con los meses se dará cuenta de su perdida y que probablemente no había querido someterse a ese practica sino tener una tratamiento expectante.
Dale informaciones sobre las diferentes alternativas, no le propongas solo lo que es más cómodo al sistema médico. Y dale tiempo para que tome una decisión.

 

Probablemente estarás tentado de usar otras expresiones, de decir frases hechas que solo harán más daño a esa madre, por favor, lee Frases que NUNCA debería escuchar una madre para saber qué no tienes que decir a una mamá que acaba de perder a su bebé.

Y si quieres saber mucho mucho más sobre duelo gestacional y perinatal y sobre como apoyar a las familias en este duro camino, te invito a unirte al Programa Asesoras Stillbirth Support.

 

Lily Yuste

Coach de maternidad

Asesora Stillbirth Support y coordinadora de círculos de mamás en duelo

Docente en la Escuela Stillbirth Support

Publicado en: Aborto espontáneo, Buenas prácticas obstétricas, Duelo gestacional y perinatal, Lily Yuste, Violencia obstétrica Etiquetado como: #mamásenduelo, duelo gestacional y perinatal, Lily Yuste, tratamiento expectante

29/11/2016 By Monica 4 comentarios

25N. No más violencia contra las mujeres.

 

 

Sí, también existe la violencia obstétrica en las pérdidas gestacionales y perinatales.

De hecho, quienes me siguen me han escuchado contar hasta la saciedad que son peores los traumas que las mujeres traen de su paso por el hospital, que el duelo por la pérdida de sus hijos.

 

Y más difíciles de sanar.

Más duros.

El duelo se transita y la tristeza acaba transformándose en amor.

Pero el dolor profundo y lacerante que se produce tras ser ninguneada, infantilizada, pisoteada en tus derechos, cortada, sometida a prácticas peligrosas y poca eficacia demostrada… cuesta mucho más curar.

Y más cuando es un dolor ninguneado por la propia sociedad, que cierra los ojos y vuelve la cabeza.

Prueba de ello es que la violencia obstétrica aún no está catalogada como tal.

Para muchos no es más que una “invención” de cuatro locas.

 

Pero no estamos locas, sabemos lo que queremos.

 

Hoy te traigo la historia de una mujer.

Además de perder a su hijo, tuvo que soportar en el hospital, un trato infantilizante y vejatorio de manos de aquéllas personas que tendrían que haberle ayudado a sanar.

En un momento de vulneración extrema tanto emocional como física.

Estas cosas no deberían pasar, y sin embargo, pasan.

 

Recordamos que no es necesario intervenir médicamente en un caso de pérdida.

El cuerpo tiene la capacidad en la mayoría de los casos de dar a luz al bebé muerto (da igual el tamaño que tenga), así como los restos endometriales y placentarios, y volver a ponerse en marcha en el tiempo necesario.

 

La violencia obstétrica también es violencia de género.

 

Eva (nombre ficticio) nos cuenta su historia:

Yo sufrí violencia Obstétrica.

Un maldito día el corazón de mi pequeño bichete dejó de latir.

Llegué con hemorragia al hospital. Me atiende una ginecóloga, está de mala leche porque llegué a las 6 de la mañana y creo que la desperté.

Yo con contraciones muy dolorosas, me dice que me tumbe y me abra de piernas. Introduce eco vaginal sin pensar en mi dolor. Yo quiero retorcerme del daño que me está haciendo. Me quejo, me dice que tampoco es para tanto. Lloro, aviso de que voy a vomitar, me ignora. Vomito, se enfada porque he vomitado. Llama a lA auxiliar para limpiar. mi hemorragia se intensifica. Cae sangre al suelo. La auxiliar se enfada por tener que limpiar mi vómito y mi sangre.

Me siento dolorida, sola y triste porque he perdido a mi bebé.

La ginecóloga introduce en mi vagina pastillas de Oxitocina sintética sin explicarme nada, sólo me dice que esas pastillas ayudan al expulsivo del feto.

Suben las contracciones al máximo, pide ingresarme, no me ayudan a bajar del potro. Me siento en una silla de ruedas mientras observo como la auxiliar le vende lotería a la gine y se rien a carcajadas sin pensar que yo estaba alli llorando mi pérdida.

Llego a la habitación y el dolor es tan intenso que me da por caminar en círculo. Pasa enfermera y me gruñe porque quiere que me tumbe en la cama y me esté quietecita. Me niego y me dice que como no me acueste me ata. 

Estoy en la cama pero sujetando mis rodillas porque no aguanto el dolor. A la hora me ponen suero intravenosa.
Pasa una auxiliar joven y me pregunta si el nolotil no me ha calmado el dolor, le digo que no me han puesto nada y sale corriendo.

A la hora y media me ponen nolotil en vena.

Tras varias horas ingresada me vuelven a Ginecología, me ponenotras dos pastillas de oxitocina sintética y me mandan a casa con un sobre cerrado que le tengo que dar a mi médico de cabecera sin más explicaciones.

Hoy en día no me volvería a pasar, no iba a consentir que se me tratará así.

No pido que lloren conmigo pero si pido respeto.
#NOalaviolenciaObstetrica

 

Situaciones como la de Eva ocurren todos los días en los hospitales.

Es importante visibilizar la violencia.

¿Te gustaría contarnos tu historia en comentarios?

No sólo las mujeres muertas cuentan. También las violencias diarias, ignoradas, invisibilizadas e ignoradas deben ser erradicadas.

Estamos en ello.

Un abrazo de luz:

Mónica

 

Publicado en: Aborto espontáneo, Derechos de los padres y de los niños, Parto respetado, Saliendo del armario, Testimonios, Violencia obstétrica

03/11/2016 By Julia Bernal 3 comentarios

Nuevas maternidades tras el duelo o Maternidades arcoiris

nuevas-maternidades

Hoy abordamos un tema muy amplio, las nuevas maternidades tras el duelo, también conocidas como

Maternidades arco iris

Un tema que engloba desgraciadamente cada vez a más mujeres, a más familias que quieren tener un bebe y se convierte en un gran reto y en ocasiones llega a ser una gran frustración en la que cada mes añadimos un nuevo duelo por ese bebe tan deseado que no llega.

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Una nueva maternidad tras el duelo o Maternidad arco iris es toda aquella que tiene lugar tras una o varias pérdidas gestacionales o perinatales.

En este sentido no voy a entrar en el tema de si es o no una perdida natural. Considero que toda mujer tiene derecho a vivir su duelo, a elaborarlo en el momento que se sienta preparada para ello y no debemos juzgarla.

En su día, viví una de mis pérdidas paralela a la de un familiar cercano que tuvo una interrupción voluntaria del embarazo y yo la juzgué y de algún modo la odié y mucho. Desde la rabia y el dolor que en aquel momento sentía por mi propia pérdida que sí había sido natural y en contra de mi voluntad. Yo no entendía que ella no quisiera tener a su bebé y yo que sin embargo sí quería la vida me lo arrebataba sin más…

Sin duda estaba cegada por el dolor y la rabia, no veía más allá de mi propia obsesión por tener un bebé, sin pararme a pensar que esa mujer tenía unas circunstancias, información, pensamientos… que le llevaron a tomar esa decisión, que para ella era la correcta en aquel momento y que yo no era nadie para juzgar ni entonces ni ahora.

Cada cual lleva sus propios zapatos y por tanto en este aspecto debe ser tratado con empatía y respeto compartamos o no su opinión, ante todo debe haber respeto.

Cada uno toma sus propias decisiones con la información y los sentimientos que tiene en ese momento concreto, con sus aciertos y sus errores, que es esa persona quien ha de valorar y no el resto, al menos esa es mi opinión. No somos jueces ni verdugos.

Puede que en otro momento si le dieran a elegir tomara otra decisión o no, pero sin duda la evolución de cada uno nos lleva a tomar unas u otras decisiones que no son ni mejor ni peor sino diferentes.

Por tanto dentro de las nuevas maternidades hay muchas formas y muchos modelos de nuevas maternidades.

Puede haber un determinador común a todas ellas y es que esos bebes sin duda son: unos bebes muy deseados.

Por tanto, serán unas maternidades muy especiales por todo lo que ha costado llegar a ellas.

Se pueden vivir varios duelos hasta que llegue esa maternidad.

Se puede vivir mucho miedo e inseguridad durante todo el proceso del nuevo embarazo.

No es un camino sencillo a pesar de ser un momento feliz para el resto del mundo, no olvidemos que se ha perdido la inocencia.

Por tanto esa madre, esos padres van a ser y van a vivir de forma muy diferente estas nuevas maternidades, estas maternidades arco iris.

Va a ser un camino espinoso, duro, a veces solitario, sombrío y esa nueva maternidad o maternidad arco iris dará luz a ese nuevo camino, dará felicidad y dará muchos sueños por cumplir…

Pero sin olvidar que hemos de aprender a vivir ese nuevo embarazo, aprender a vincularnos con ese nuevo bebé que no es el que se fue, que tiene un lugar diferente, que no vamos a dejar de quererle, por ello seguiremos recordándolo y nombrándolo porque es parte de nuestra vida y para ello los rituales nos pueden ayudar mucho.

Tenemos que conseguir poder disfrutar del embarazo dejando un poco de lado los miedos del pasado, porque no siempre sale mal, intentando ser positiva con las nuevas oportunidades que nos brinda la vida y que nos transforman para recibir a ese bebé con todo el amor que una madre es capaz de dar.

Julia Bernal

Auxiliar de enfermeria, Asesora Stillbirth Support e Instructora de porteo

Docente en la Escuela Stillbirth Support

Publicado en: Aborto espontáneo, Aborto provocado, Asesoras Stillbirth Support, Julia Bernal, Nuevas maternidades Etiquetado como: Duelo gestacional y perintal, Julia Bernal, maternidad arcoíris, Nuevas maternidades

25/10/2016 By Monica Deja un comentario

Queja en atención al paciente.

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En los más de 10 años que llevo trabajando con madres, he visto más trastornos emocionales causados por el trato deficiente recibido, que por la propia pérdida.

Los malos tratos hacia las madres vulnerables que ingresan para dar a luz a sus hijos están desgraciadamente a la orden del día.

Y esto aumenta cuando se trata de mujeres que acuden al hospital a dar a luz a su hijo muerto.

 

 

Infantilización, prácticas obsoletas (y contraindicadas por la OMS y otros organismos oficiales), contestaciones violentas, sarcasmo, esperas en los mismos paritorios en los que esperan las familias felices…

Denotan una falta total de empatía de los profesionales hacia las usuarias y sus familias.

Es verdad que empezamos a encontrar hospitales y profesionales comprometidos y respetuosos, pero no suele ser lo habitual.

Tantas veces hemos aconsejado a una madre poner al menos una queja en atención al paciente.

Tantas veces hemos visto caer nuestro consejo en saco roto.

Porque las madres y los padres no están en su mejor momento emocional para enfrentarse a un sistema omnipotente.

Sin embargo, hay excepciones.

 

Hoy os traigo la carta que una mamá entregó como queja en atención al paciente en el hospital en el que la atendieron.

Ella ha querido permanecer en el anonimato pero sí quiere que se sepa que los hechos ocurrieron en el Hospital General de Elx/Elche.

Ha querido compartirla para que sirva como guía a otras madres para que realicen la suya.

Porque igual que damos las gracias cuando alguien realiza un buen trabajo, también hay que hacerlo ver cuando el trabajo es deficiente, malo u ofensivo.

Porque quien calla, otorga.

Mónica Álvarez

Directora del Programa Stillbirth Support

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EXPOSA/EXPONE:
El pasado martes 2 de agosto fui a urgencias maternales con diagnóstico de aborto retenido sin latido cardíaco embrionario por parte de médico privado.

Allí se corrobora y empiezo el proceso protocolario en estos casos.

Me administran una dosis de cytotec y me voy a casa para volver el día 4 para ver si está todo expulsado o necesito otra dosis.

Sufrí muchos efectos secundarios: fiebre (38,3), temblores, dolores muy fuertes, pero no expulsé nada.

Voy el día 4 a la hora que me habían citado en urgencias maternales, a las 10:30. Con ecografía se ve que, efectivamente, no había expulsado nada.

El médico me informa de si quiero seguir con el protocolo, o sea, ese día otra dosis de cytotec y volver el martes 9 de agosto para hacer legrado en caso de no haber expulsión, o si quiero rechazar ese tratamiento, debido al sufrimiento y ansiedad que tengo ante esta situación, me puedo quedar ingresada y al día siguiente por la mañana realizarme el legrado. Decido quedarme ingresada ya que no había ninguna garantía de que con esa segunda dosis se expulsara todo y con bastante probabilidad el martes 9 se me acabara haciendo un legrado.

El tratamiento hasta el momento de la operación era la administración por vía vaginal de cytotec (2 pastillas) cada 4 horas. Desde las 11 de la mañana hasta las 19.20 horas estuve en la sala de observación de urgencias maternales esperando a que me dieran cama en planta. No me administraron las dosis cada cuatro horas ya que el médico estaba en quirófano y no se encargó nadie de administrármelas hasta que el médico acabó a las 18:00 horas.

Me llevan a una habitación en la planta 3, nº316B, esta planta no es de ginecología, es de medicina digestiva. La planta que me corresponde está cerrada. Viene una enfermera y me trae la dosis de cytotec, pero no me las administra nadie, le pregunto al enfermero sobre si alguien me las tiene que administrar y me dice que me las ponga yo, lo veo muy extraño.

A las doce de la noche empiezo el ayuno total (ni beber agua) ya que a la mañana siguiente me realizarán el legrado.

Al día siguiente, viernes 5 de agosto, a las 9:30 me llevan a urgencias maternales para realizarme una ecografía y una exploración antes del legrado.

Las dos ginecólogas se sorprenden cuando les digo que me he tenido que poner yo las pastillas y sus maneras de decirlo no son nada amables, me dicen que las pastillas me las tienen que poner no que me las había de haber puesto yo. Les digo que a mi habitación no ha venido nadie a administrármelas ni a informarme de nada y les pregunto que tenía que hacer yo en esa situación, no me responden, pero me dicen que el cuello del útero no está dilatado que así no se puede hacer el legrado, me administran dosis de cytotec y no me explican para cuando podría ser el legrado, no me llevan a mi habitación y me dejan en la sala de observación de urgencias maternales sin más información de que tengo que esperar a que dilate, sin ninguna estimación de tiempo.

Viene una médica a las 14:00 horas me hacen exploración, no me dice nada, me tienen que administrar otra dosis a esa hora pero no lo hacen y como tienen una urgencia no me administran las pastillas hasta las 15:00 horas, la otra médica me explica que he dilatado algo pero muy poco.

He de seguir esperando en la sala de observación, donde sólo puede estar conmigo un acompañante y donde entran y salen otras pacientes, a pocos metros de Partos, dónde no paro de escuchar mujeres dar a luz y los llantos de sus hijos/as. En mi situación escuchar todo eso durante tanto tiempo es algo terrible, amoral e indecente, de una gran repercusión psicológica.

Ya son las 18:00 horas del viernes 5 de agosto, me hacen otra exploración y otra ecografía, esta vez hay otra médica más.

No me dicen nada, soy yo la que tengo que preguntar. Dicen que está prácticamente igual que a les 15:00 horas, que me cuesta mucho dilatar y que hay que seguir esperando.

Cansada de la situación y desinformación les digo que ya llevo 18 horas sin comer ni beber nada y que no me informan, no me dicen una estimación, les pregunto que en los casos cómo el mío qué se suele hacer, y tampoco me contestan.

Me responden de muy malas maneras cuando les digo que no me informan, dicen que eso no es verdad que todo “ha sido perfecto”, me quieren hacer responsable de la situación porque me había puesto yo las pastillas porque en una exploración una estaba casi entera, pero justo antes, al ir a orinar otra pastilla la tenía fuera y había sido administrada por las médicas. Salgo de la consulta muy nerviosa y muy mal, no puedo aguantar sin información y en esa habitación al lado de Partos más tiempo.

A las 18:45 le digo a una médica que quiero el alta médica voluntaria. A los 10 minutos vienen las tres médicas esta vez hablando de muy buenas maneras, me dicen que si estoy en esa habitación es para tenerme más controlada. No entiendo nada, allí se acercaban cada cuatro horas…

Les digo que estar al lado de Partos es una tortura psicológica para mí pero dicen que no se puede hacer nada. Me dicen que me espere un poco más, que a las siete toca otra dosis y a ver si hay resultados. Siguen sin explicarme en casos como el mío qué es lo que se suele hacer. Una me dice que no paro de moverme (¿?) cómo motivo para que no me hagan efecto, tengo testigos que pocas veces salí de la cama.

Mientras espero, una matrona se sorprende de verme todavía allí y me comenta que el sitio para pasar la dilatación es en tu habitación, en planta, no allí.

A las 20:00 horas me hacen otra exploración y dicen que voy a entrar a quirófano que ya está mejor la dilatación. En seguida me preparan, me ponen oxitocina en vía y otra cosa, que ahora no recuerdo, y me suben a quirófano.

Me sorprende mucho que tan sólo una hora después de decir que quiero el alta voluntaria esté todo perfecto y en condiciones para entrar a quirófano…

Para que me realizaran un legrado estuve un total de 48 horas ingresada, 30 horas sin beber y 33 horas sin comer. No pienso que esto sea normal.

 

SOL·LICITA/SOLICITA
1) Que ninguna mujer en mi situación (aborto o legrado) tenga que pasar por lo que yo he pasado, estando en una sala al lado de los partos horas y horas.

2) Que si los médicos no pueden administrar el cytotec porque tienen alguna urgencia, que se encargue una matrona o enfermera o alguien competente en ese aspecto, para que las pacientes no tengamos que esperar más, y nuestro (triste) proceso no se alargue innecesariamente.

3) Que ninguna mujer sufra la desinformación y el mal trato que he sufrido yo por parte de las ginecólogas que estaban en urgencias el viernes 5 de agosto. Respecto a la desinformación está contemplado en la ley que tengo mis derechos como paciente en la Ley 41/2002, capítulo II, artículo 4.1 dice: “los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma […]”.

4) Un expediente a estas ginecólogas, no ya, por su trato hacia mí, sino para recordarles que la espléndida labor del personal sanitario, no puede en ningún caso verse ensombrecida por la deshumanización que en algunos casos, quizá demasiados, hacen gala quienes se sumergen en el ejercicio de la medicina olvidando con el tiempo, o simplemente sin tener en cuenta, que su labor es cuidar y sanar a personas con los mismos sentimientos y dolencias que pueden tener ellas mismas.

 

Publicado en: Aborto espontáneo, Derechos de los padres y de los niños, Duelo gestacional y perinatal, Hablan las madres, Muerte perinatal, Testimonios

16/09/2014 By Monica Deja un comentario

Muerte Gestacional y Perinatal y Derechos Humanos

Muerte Gestacional y Perinatal y Derechos Humanos

 

Esto que quiero escribir ahora, lleva mucho tiempo dando vueltas en mi cabeza. Dicen que cuando una es abogada, lo es para siempre. Supongo que tienen parte de razón en todo eso.

Yo personalmente, he estado muchos años trabajando dentro del campo de los Derechos Humanos. Trabaje en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado como letrada, hasta que me quede embarazada de mí bebé estrella y posteriormente de mí bebé arcoíris, que fue en ese momento cuando ya pudieron despedirme como llevaban intentando desde que comuniqué mi primer embarazo.

Pero bueno ese es otro tema. El hecho es que cuando trabajas en Derechos Humanos te das cuenta que la violencia contra el ser humano es continua, que realmente el hombre es lobo del hombre.

Y que esa violencia no es gratuita.

No es la violencia pura que vemos en las series de dibujos animados de niños.

No existen los malos, porque si, y los buenos y ya está.

Las personas que ejercen la violencia y que violan los Derechos Humanos, tienen una justificación mental muy bien elaborada, que avala el por qué hacen eso:

  • Unos son salvadores de la patria, suele ser la excusa favorita de los violadores de Derechos Humanos, o sea, hacemos esto para salvar al país de tal o cual colectivo.

Pongamos como ejemplo a los nazis, a las limpiezas políticas, como la Unión Soviética estalinista o el Chile de Pinochet.

  • Como ejemplos más recientes podemos hacer mención de los genocidios en Ruanda y otras zonas del mundo.

Desgraciadamente tenemos muchos ejemplos.

  • Uno de mis favoritos y que además se menciona poco, es la conquista del oeste americano.

En el libro “Critica de las Ideologías” (totalmente recomendable) de Rafael del Águila se dice que “los colonos se veían a sí mismos como portadores de civilización, razonables ciudadanos libres, aplicándose de esta manera criterios que se niegan a los demás”. Esta consideración de superioridad, condición de humanidad, es lo que hacía que expulsaran a las tribus indias hacia el oeste.

A fin de cuentas la explicación mental para efectuar el genocidio indio, partía de la idea de la condición de “menos humanos”.

Esto cargaba de razón a los colonos en este caso para hacer todo tipo de atrocidades.

  • De la misma manera, el fenómeno de la esclavitud, tenía una base teórica, sustentada en la inferioridad de los esclavizados.

Los esclavizados se consideraba que estaban en una especie de estadio intermedio entre el humano y el animal.

Eso justificaba su esclavización por supuesto, los abusos y sobre todo el poder de la muerte arbitraria. Porque al no ser humanos, no entraban los mecanismos de protección legales que si existen para las personas.

Y he aquí a donde quería llegar.

Leyendo y leyendo me he dado cuenta que los Derechos de protección que toda persona tiene por el simple hecho de estar viva, solo empiezan a computar, en el mejor de los casos cuando esa persona ha nacido, y estoy hablando que es así en las Declaraciones Universales de los Derechos del Niño por ejemplo.

Por lo tanto si estamos hablando de vida uterina no hay casi ninguna disposición legal protectora al respecto.

Duelo logo

Es decir, los Derechos Humanos no son aplicables al bebé que vive dentro del útero.

Muerte Gestacional y Perinatal y Derechos Humanos NO van de la mano. 

 

Y ¿por qué? se preguntaran ustedes.

Pues bien, por el mismo mecanismo por el cual se justificaba la esclavitud, la conquista del oeste, el nazismo, el pinochetismo et…, porque a los bebés uterinos se les niega la condición de humanos y por tanto al no tener esa protección, se les pueden hacer todo tipo de atrocidades.

Por ejemplo:

  • Violencia obstétrica.
  • Que a los bebés con menos de 24 semanas de gestación, se les deje morir en algunos casos encima de una mesa, para “acabar cuanto antes”. Muchas voces se alzan a favor de una muerte digna por medio del método canguro de estos bebés inviables.
  • El que no te dejen ponerles un nombre.
  • El que siga existiendo ese Legajo de Criaturas Abortivas.
  • El tratamiento de los restos mortales.
  • La falta de información respecto a los tratamientos expectantes.
  • El tratamiento hospitalario y social ante las madres y padres que han perdido a su hijo.
  • Etcétera.

Vemos pues que para todas estas barbaridades, hay una razón poderosa y una justificación ideológica, que además está apoyada legalmente.

Al igual que se hacía con la esclavitud y con otras violaciones de Derechos Humanos.

Ha llegado el momento pues de que alcemos la voz y que luchemos por la exigencia de la consideración de humanos hacia nuestros hijos.

Tal y como sucedió en otros cambios, primero tendrá que venir el cambio legal y después el cambio social y mental de una sociedad que justifica la muerte y el maltrato de bebés humanos, solo y por el simple hecho de no haber traspasado lo que esta sociedad llama el umbral del nacimiento.

Esto tiene que cambiar, no podemos tolerar por más tiempo que se trate peor que a animales a bebés humanos, los cuales su único delito ha sido morir antes de ver la luz del día. Tenemos que cambiarlo entre todos.

Es una cuestión de ética, de Derechos Humanos y de civilización a fin de cuentas.

Rocío Cuellar

Madre de Isabel y Paloma

 

 

 

Publicado en: Aborto espontáneo, Colaboradora Rocío, Derechos de los padres y de los niños, Derechos del Bebé No Nacido, General, Muerte perinatal Etiquetado como: derechos humanos, duelo gestacional y perinatal, Legal, Rocío Cuellar

20/08/2014 By Monica 18 comentarios

No nos preparan para esto. Hablan las madres.

No nos preparan para esto

Estoy preparando este texto que me ha enviado una amiga, compañera, hermana, alumna…

Tengo la piel de gallina y una sonrisa en los labios. 

Es el texto de una Madre rota por el dolor de la pérdida, pero también el de una Mujer empoderada y salvaje después de una experiencia extrema. 

Una experiencia de vida y de muerte.

Espero que disfrutes del texto tanto como yo.

Mónica Álvarez

 

No nos preparan para esto, no para saber que de la misma manera que somos portadoras de la vida esa misma vida puede no llegar al camino que esperamos.

Por el contrario nos explican la importancia del ácido fólico, de las vitaminas y toxoplasmosis, pero dejan de  lado toda una parte emocional y espiritual, toda esa parte a la que la mujer también está expuesta y que cuando se ve inmersa en algo así no es capaz de gestionar porque nunca nadie le habló de eso.

De cómo el piso se te tambalea y no sabes a qué agarrarte.

De esa sensación de pena que te va inundando y del duelo que viene después.

De cómo has de volver a lo más primitivo y ancestral del ser mujer y de encontrar un lugar donde colocar esa ilusión que se ha visto truncada.

Estaba en la sala de urgencias, la ginecóloga buscaba el latido de su corazón.

Yo en cambio estaba lejos, desnuda sobre la tierra, con los pies y las manos escarbando y sintiendo y arañando la tierra, que olía a campo mojado, a bosque, a musgo, a fértil, a mujer ancestral, a sabiduría guardada desde hace siglos, desde que el mundo es mundo, sentía la tierra en mis uñas y olía a una planta que no he sabido hasta hace poco lo que era.

Mientras yo pasaba mi dolor, mi inmensa pena a esa tierra, ella me acogía con un manto, me mecía, me calmaba y me hacía entender que todo estaba bien, que aunque yo no entendiera el por qué, todo estaba bien.

Sentía las voces de mujeres, chamanas, primitivas, salvajes, ancestrales que me decían que no estaba sola.

Cuando la ginecóloga me dijo que no se oía el latido del bebe toda la habitación olía a azaleas y yo buscaba la tierra en mis uñas convencida que la encontraría.

Una semana después tuve que ir al hospital porque a pesar de sangrar aún estaba conmigo.

Mi cuerpo no reacciona bien con la química, siempre lo ha hecho a base de cariño, mimos y plantas, con remedios caseros de abuelas sabias y esta vez no fue distinto.

Por más que me provocaron las contracciones para que saliera no lo consiguieron, un aborto es duro, pero el proceso médico lo endurece aún más si cabe.

Después de 48 horas el médico me dijo que habría que pasar por quirófano, la pedí un rato más porque sabía que saldría solo, que no iba hacer falta el legrado.

Le hablé, de alma a alma, le agradecí, le permití marchar.

Me lo imaginé desanudando raíces, aflojando los nudos que no le permitían marchar, le acompañé en el camino, le tendí mi mano para que entre los dos no nos pudiera el miedo ni la pena.

Y salió, sin quirófano, sin dolor.

Pude despedirme de él, pude ver su cuerpo canijillo y agradecerle, nos pudimos presentar formalmente y sentí una gratitud tan inmensa que todo pareció girar a nuestro alrededor, sin espacios ni tiempos, solo desde el amor profundo.

 

A pesar de que la experiencia ha sido inmensa, del crecimiento que ha supuesto para mí, el amor y agradecimiento total y eterno por esas semanas de felicidad conjunta es lo más doloroso por lo que nunca he pasado.

En realidad estás tan rabiosa y enfadada con el mundo que tienes que sacarlo y te sorprendes a ti misma golpeando la cama con rabia, con fuerza, volcando toda esa ilusión que se ha convertido en rabia y en un enfado con el mundo que supera cualquier otro tipo de enfado, porque está vez eres tú quien llevaba la vida dentro y has ido sintiendo como a poquitos  se iba apagando y no había nada que pudieras hacer, qué impotencia¡¡¡.

Yo sólo pude agradecerle los momentos de ese amor infinito que me dio,la ilusión renovada y esa sonrisa perenne que llevaba conmigo gracias a él.

Agradecerle que me ofreciera la oportunidad de sentir tanta tanta felicidad y que existiera la posibilidad de amar, cuando no podíamos ni ponernos cara.

Y solo desde el amor profundo, desde lo más hondo de una mujer dejas partir, te despides y guardas en el corazón a ese ser que no pudo,  no supo o no…al fin y al cabo venir.

La vida se sigue abriendo camino. 

A cada paso que damos, en cada bosque, en cada tierra fértil que se abona con amor, con el cariño paciente con el que se hacen las cosas a poquitos, volcando generosidad y esperanza.

Y así vamos vaciando el dolor, vamos limpiando, vamos reconstruyendo…

Los duelos no son fáciles, pero son necesarios, es toda una transformación.

Se necesita volver a pintar la vida, se necesita reconstruirse, reencontrarse, reconectarse, volver a poner a cero el marcador de la esperanza y la ilusión.

Permitirnos sentir dolor es la única manera de dejar paso a lo nuevo, permitirnos llorar tanto como necesitemos es la única manera de vaciar para poder volver a llenar después.

Nunca sentí como ahora la maravilla de ser mujer.

MUJER, con letras grandes, de lo que somos desde que el mundo es mundo, desde el comienzo de la madre tierra, ahora entiendo porque la tierra es madre y lo que yo soy.

Escapa del razonamiento lógico que empleamos en nuestro día a día, está en el plano de la espiritualidad, de la transmisión, de las energías, de lo ancestral, de buscar a la mujer salvaje y autentica que llevamos dentro, lo primitivo se mezcla con lo actual, se cruzan vidas, vivencias, emociones y me siento unida a algo que no se ponerle palabras.

A algo que supera lo terrenal, que me abre las puertas para pertenecer a las raíces de la vida.

Han pasado apenas  días y cuando me ducho me paso el jabón por la tripa y rompo a llorar…

Qué complicado aceptar que no todo está en nuestras manos, que la vida es como el oleaje del mar, que va, viene y vuelve a ir…

Qué injustos somos a veces con nosotros mismos, qué egocentrismo nos empuja a creer que también teníamos poder y culpa sobre algo que no nos pertenecía, que solo somos portadoras y acompañantes.

Que difícil a veces no cargar contra nosotros mismos.

Qué de sentimientos encontrados los que redirigir para poder encauzar, tal vez no sea ni necesario encauzarles, tal vez sólo hay que permitirles estar cuanto necesiten para que ellos solos encuentren el camino de salida.

 

Nadie nos avisa de esto, de esta necesidad de gritarle al viento.

Tampoco nos advierten que ya no seremos aceptadas ni incluidas en el grupo de mujeres “mamás”, porque no abrazamos, educamos,  ni pasamos noches en vela.

Pero nadie se para a pensar que ese amor y ese dolor en la pérdida ya nos valida y nos respalda como madres, yo me siento madre, soy madre.

Pero lo digo bajito porque siento que las miradas se pueden convertir en escepticismo, las caras en gestos de compasión y no quiero compasión, quiero poder situarme en algún lugar de este inmenso catálogo de clasificaciones en los que no encuentro mi sitio.

Pienso en el corazón de tantas mujeres que pueden llevar esta pena.

Que también quisieron gritarle al viento y que tal vez nunca se lo permitieron.

Aquí está mi herida, la estoy curando, mimando, sanando, meciendo y permitiendo que se vea para que no se ponga fea y se enquiste.

Tengo una azalea en casa que no para de florecer y que no deja que me olvide ni por un momento que donde hay amor hay vida.

Marilys Saso

 

 

 

Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, Formación on line, General, Hablan las madres, Nuestras alumnas, Rituales Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, Hablan los padres, sanación

10/07/2014 By Monica 7 comentarios

Nuevo Programa Coaching para #mamasenduelo

Coaching grupal

 

“Si el dia te atropella, y la noche no acaba, si perdistes tu camino a traves del sendero pedregoso. Es solo un momento, este tiempo pasara”.

Stuck in a moment. U2

 

Estoy muy contenta esta semana porque desde el lunes está en marcha este proyecto que quería realizar desde hace mucho tiempo.

Por qué creo que es importante este proyecto

En los últimos años me he dedicado sobre todo a crear y reunir contenidos para este blog y para los cursos de profesionales.

Me parece fundamental formar profesionales que sepan cómo atender a las mamás en duelo. Que a través del conocimiento de los procesos relacionados con el duelo gestacional y perinatal fortalezcan su empatía y su capacidad de atención.

Pero también me ha gustado siempre estar en contacto con las madres y ya lo echaba de menos.

Es duro, muy duro estar en contacto con mamás que han sufrido pérdidas. Escucharlas hablar de sus pequeños, de cómo se fueron, es muy triste.

Escuchar además las verdaderas historias de maltrato físico y emocional que han sufrido hace que me hierva la sangre, porque si ya a las puérperas en general (no digo siempre, ojo) se las trata mal, si una madre porta en su interior un bebé muerto o sin esperanza de vida, ya parece que es razón para que ellas y sus bebés sean tratadas como un pedazo de carne, como un mero número en una cadena de montaje.

Pensaba que ya estaba endurecida y que no sería capaz de emocionarme

mamasenduelo2

En todos estos años trabajando el duelo había escuchado muchas historias de mamás en duelo creía que mi capacidad de sorprenderme estaba ya agotada.

Pero estoy viendo que no, que todavía me queda mucha capacidad de conectar, empatizar, dolerme con otra persona en estado de dolor extremo.

Estos días han sido días de presentaciones, de conocernos, de compartir dolor, pero también están siendo días de descubrir la enorme capacidad que tenemos de salir a flote, pase lo que pase.

Estoy gratamente sorprendida con la aceptación y los resultados inmediatos que estamos logrando

A pesar de:

  • El trato inhumano que brindan en muchos hospitales.
  • Las frases hirientes y sin sentido que salen por la boca de personas que no te importan nada, o peor, por la boca de tus propios familiares y seres queridos.
  • Que el mundo se para cuando su pequeño corazón deja de latir y crees que el tuyo también se parará porque no hay otra forma de salir adelante en medio de una vida que no tiene sentido.

Estoy encontrando personas que por encima de todo son madres, seres humanos con una capacidad inigualable de salir a flote y que con muy poquita ayuda son capaces de transformarse a sí mismas en bellas mamás mariposa. (1)

Sólo llevamos 5 días. Comenzamos el lunes y ya hay mamás que nos han contado cómo están notando los cambios que se operan en su vida a través del proceso de transformación que están llevando a cabo en el grupo.

mamasenduelo3

Todas nos sentimos fortalecidas, en parte por haber podido aligerar la carga que llevábamos, en parte porque nos sentimos parte de una unidad mayor. Ya no estamos solas.

Es increíble la fuerza que tiene un grupo de mujeres que han tocado fondo y están luchando como leonas por volver a la superficie.

mamasenduelo1Yo estoy impresionada de ver la fuerza que están demostrando, la sabiduría y el poder que emana de cada una de sus palabras.

Mujeres heridas por la vida y heridas por personas insensibles que no sólo no supieron estar a la altura de las circunstancias, sino que hicieron lo posible incluso por hundirlas más.

Siempre me emociona la capacidad de resiliencia que tiene el ser humano.

Sólo llevamos 5 días y estamos dando pasos de gigante.

Seguiremos todavía otras tres semanas más. Y seguramente en agosto abriremos otro grupo con otras mamás y todas aquéllas de este grupo que quieran repetir.

 

Quiero participar, ¿cómo puedo hacerlo?

Si quieres participar hasta el domingo por la noche puedes hacerlo, luego cerraré el grupo para que no haya desfase.

Tienes toda la información para participar e inscribirte en el siguiente enlace. Clica en la imagen para saber más:

mamasendueloA

Me sumerjo de nuevo en la aventura, con estas mujeres aguerridas que han vencido el miedo y la vida para continuar adelante a pesar de todo.

Un saludo:

Mónica

 

(1) Muchas gracias a Elena Mayorga por crear este precioso término: “mamá mariposa”.

Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, General, Hablan las madres, Muerte perinatal, Red de mujeres

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