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21/03/2017 By Monica 20 comentarios

Marzo, la vida, la muerte y un montón de aniversarios

 

Marzo es un mes muy importante para mí. 

En él se reúnen unos cuantos aniversarios que han marcado mi vida totalmente.

Hoy quiero hacerles un pequeño homenaje a todos ellos.

 

1 de marzo: Mi cumpleaños.

Efectivamente, es el aniversario que más ha marcado mi vida porque es el día en el que nací. Pero también es el día en el que debería haber nacido mi hermana gemela, un duelo extraño que he llevado conmigo toda la vida. Y digo extraño, porque ni siquiera sabía que existía. Mi madre nunca pensó que podría llevar dentro dos bebés, en aquellos tiempos no se hacían ecografías.

Sin embargo, escribiendo precisamente el capítulo de El gemelo evanescente del libro “Las voces olvidadas” algo se removió en mí y empezó a resonar.

Lo cierto es que a día de hoy no tengo pruebas fehacientes de que haya podido tener una hermana gemela.

Pero lo cierto es que en el momento en que lo acepté como posible, se pusieron en su sitio muchos aspectos de mi vida que no comprendía o que me costaba aceptar: mi eterna soledad, mi necesidad de contar siempre con otra persona para mis proyectos, la falta de alguien más que ni sabía quién era…

Cuando lo descubrí y lo acepté, pude sentir que no necesitaba buscar afuera a alguien que siempre ha estado conmigo, acompañándome y añadiendo brillo a mi vida.

No sé cómo se hubiera llamado. Sólo sé que muchas veces en mi vida, a lo largo de los años, diferentes personas, me han confundido de nombre y me han llamado Sonia.

¿Casualidad?

No lo sé.

Pero adopto ese nombre para mi hermana.

Y hoy lo hago público desde aquí.

 

12 marzo: Recordatorio del gemelo de Ethan.

Es el día en que Ethan cumple años +6 meses. Y por supuesto, su hermano gemelo, el que nos dejó siendo tan chiquito, también los habría cumplido.

Tal vez si no hubiera más fechas alrededor no le daría mayor importancia. Pero al estar tan rodeada, la apunto también, como una más.

Un duelo gemelar es complicado, por toda la ambivalencia que implica.

Y por el desconocimiento, el tabú y las leyendas urbanas que existen aún sobre el duelo, que impiden que se pueda transitar correctamente.

O más bien, que impidan que la madre sepa que tiene derecho a elaborar el duelo por su hijo muerto, el que le falta.

Del que siempre podrá ver un atisbo en el rostro del pequeño que se duerme en tus brazos.

Como esos sueños de los que te despiertas cuando por fin has conseguido abrazar a la persona querida.

 

14 marzo: 4º Aniversario de la muerte de mi padre.

Mi aita se fue hace cuatro años, con 92 bien vividos, rodeado y acompañado de quienes le queríamos.

Es un duelo agridulce porque para cuando murió ya tenía mi “músculo del duelo” bien entrenado y no me costó mucho aceptarlo. Le echo de menos, pero no es un dolor lacerante como el que sentí por mi madre que se fue relativamente tan joven.

Sin embargo, aunque sé esto, también tengo una pequeña sensación de culpa, como si el hecho de aceptar supusiera que “no me duele lo suficiente”, como si no le quisiera tanto.

Esto es algo que me estoy dando cuenta ahora mismo que escribo. Me pasa también con el gemelo de Ethan, algún día escribiré sobre ello.

El caso es que la culpa no es algo que quiera para mí en mi vida, así que me apunto trabajarme ya ese aspecto del duelo por mi padre.

Claro que le quiero y le echo mucho de menos. Mi padre ha sido para mí durante muchos años una de las dos personas más importantes de mi vida. Y lo sigue siendo.

Te quiero papá.

 

17 de marzo: 11º cumpleaños de Hebe.

Mi primera estrellita se fue hace 12 años. Y este mes de marzo hubiera cumplido 11.

Su cumpleaños siempre es una fecha muy especial para mí.

Hace unos años Dunia y Ariel fueron invitadas al cumple de la sobrina de una conocida que había nacido precisamente el 17 de marzo de 2005, fue un día muy especial.

Conocemos también a otra niña, sobrina de otras dos personas muy queridas, en cuya boda, cuando fuimos a sacar la foto con los novios, con Dunia en brazos que era pequeñita, se escapó de la mano de su madre y se puso con nosotros para la foto. Y nadie consiguió moverla de allí. Nos sacamos la foto con los novios y con esa niña que había nacido el mismo día en que salía de cuentas embarazada de Hebe.

La foto que he puesto arriba del todo, es de una fofucha que me hizo una amiga artesana.

Hebe, que se fue midiendo apenas 2 cm, que la tuve “durmiendo” en una pequeña jabonera, despidiéndome de ella, hasta que me sentí con fuerza para dejarla ir.

 

Sin fecha concreta: Brida

Brida ha sido un duelo no aceptado durante muchos años en mi vida.

Tenía un pequeño retraso y una cita ginecológica para hacerme una eco.

Había sangrado un poco, como un inicio de regla, pero duró un día solamente.

Me aseguraron que, en caso de estar embarazada, no era peligroso.

El problema fue que la eco fue vaginal, y no sólo eso, sino que la doctora se ensañó con el aparato, porque encontró miomas y no veía bien.

Yo, que entonces no sabía mucho cómo era esto de las ecografías, pensaba seriamente que habría entrado con el mango hasta el útero, por el esfuerzo que hizo ella, y lo que me dolió a mí.

El caso es que salí de allí con un dolor sordo en el vientre y el sangrado regresó.

Al cabo de dos días recogí con el papel de baño una pequeña bolita, como un chicle.

Un “aborto”, me dijeron.

Llevábamos un año buscando un embarazo que no venía. Y cuando llegó se lo llevó por delante una doctora con demasiado celo profesional.

He tardado años en mirar de frente este duelo y aceptarlo.

Anoche cuando mis hijos preguntaron si entonces ellos eran cinco, yo contesté que eran seis.

Nos ha falta Brida en el cuadro familiar.

Pero ya estás aquí. Para quedarte.

 

31 de marzo de 1071: Conocí a mi mamá.

Nací ochomesina y con graves problemas respiratorios.

Me llevaron a la incubadora y luego a un nido. Los padres sólo podían vernos a través del cristal que lo separaba de la sala de visitas.

Con apenas un mes me llevaron por fin a casa.

A día de hoy pienso en lo que me ha podido condicionar la vida el haber estado separada tantos días de mi madre siendo un bebé. En privación emocional total.

Mi madre iba a verme y preguntaba a las enfermeras que por qué tenía la cara toda arañada y le decía que “porque es muy mala y llora mucho”.

Y a mí me duele el corazón.

En parte he podido sanar esta herida con mis hijos.

Cuando nació Ariel y a mí me llevaron a la UCI y Santi pidió el alta voluntaria en neonatos para la niña y se la llevó a casa con los abuelos, los tíos y su hermana.

Cuando nació Ethan y, estando perfectamente, por un absurdo protocolo querían dejarlo en neonatos las seis semanas que le faltaban para haber nacido. También nos lo llevamos con un alta voluntaria después de darle una clase al director de Neonatología sobre método canguro, lactancia en tandem y cuidados reales del recién nacido.

Sin embargo siento que quedan cositas por sanar que tendré que ir limpiando poco a poco.

 

También he florecido en marzo

Y muchos y buenos proyectos han prospera en este mes en el que la imagen de la muerte que es el invierno le cede el paso a la imagen de la vida que es la primavera.

 

2005: Comienzo a trabajar con madres en duelo.

Era semana santa y mientras en la red todo el mundo andaba de vacaciones yo buscaba un servidor para alojar el primer foro exclusivo para madres en duelo: Superando un aborto.

Un foro al que aún acuden madres en busca de una tribu en la que sanar sus heridas.

Junto con M. Àngels Claramunt, doula,  y más tarde con Cristina Silvente, psicóloga, dimos forma al inicio de este proyecto tan importante que tantos frutos ha dado.

De lo aprendido aquí han salido proyectos tan importantes como los libros publicados y todo lo que he hecho después sobre duelo.

 

2011: Inicio de esta web.

Concretamente, el día 15 se publicaba el primer artículo.

Fue un gran paso, el comenzar a recopilar artículos e información, para que cualquier persona en la red pudiera tener acceso a ella.

En un momento en el que el duelo y la pérdida seguían siendo grandes tabúes.

Cuando se comenzaba a hablar de duelo en algunos blogs de la blogosfera maternal.

Mientras muchas madres empezaban a buscar información para vivir de otra manera aquello que les estaba ocurriendo.

Cuando la “pérdida gestacional” no era más que un aborto. Algo de lo que había que deshacerse corriendo y pasar página.

Yo acuñé el término “duelo gestacional y perinatal”, un término mucho más amable con todos, que hoy en día está completamente integrado en la forma de hablar y aceptado como término cotidiano al hablar de estas pérdidas.

Un pequeño paso y una gran acción que ha determinado la vida de muchas mujeres.

 

2012: Creación de la comunidad de duelo.

Aunque no se dio conocer hasta abril, fue a lo largo del mes de marzo que preparé todo para acoger a las primeras mujeres que apostaron por conocer el duelo desde una perspectiva profesional.

Y comencé a crear el material que luego se ha convertido en el curso Abordaje sistémico del duelo, que forma parte del Programa Asesoras Stillbirth Support.

 

Un programa que está transformando la vida de muchas personas, profesionales que, a su vez, llegarán a muchas madres, transformando sus caminos de lágrimas invernales en caminos de flores, luz y sol de primavera.

Estamos de promoción ahora mismo ya de la 7ª edición del programa.

No me voy a extender ahora en esto, pero puedes darte de alta en nuestra lista de correo y ver por dentro cómo es el programa y una pequeña parte de los contenidos que ofrecemos.

 

Este es mi mes de marzo.

Y éste, el artículo más íntimo y personal que he escrito nunca.

Un mes sin duda de luces y sombras. De paso de invierno a primavera que alegra y fortalece el alma como el sol que nos calienta la espalda.

Espero no haberte aburrido.

Si quieres dejarme algún comentario abajo, me hará mucha ilusión.

Un abrazo de luz:

Mónica Álvarez

Psicóloga, N-01500, Terapeuta de pareja y familia

Directora de la Escuela Stillbirth Support

 

Publicado en: Duelo gestacional y perinatal, Gemelo solitario, Hablan las madres, Saliendo del armario, Testimonios Etiquetado como: aniversarios, marzo

27/06/2014 By Monica 3 comentarios

Síndrome del gemelo evanescente en National Geographic

Síndrome del gemelo evanescenteAyer me compartieron en fb este video y he querido recogerlo en el blog pues es un tema que ha calado muy hondo. Creo que es muy interesante este trabajo que han hecho desde National Geographic, con imágenes del vientre materno muy bellas. Además tratan el tema de la pérdida del gemelo con mucho respeto. Aunque la mayoría de la información que aportan ya la tenemos recogida en este otro post merece la pena verlo.

 

La pérdida de un hijo en un embarazo gemelar es algo de lo que apenas se habla, cuando es un fenómeno mucho más habitual de lo que parece.

Hoy en día muchas mujeres se hacen ecografías muy tempranas en las que se puede apreciar que hay dos sacos gestacionales aunque más adelante en el embarazo uno desaparezca.

También con los tratamientos de reproducción asistida se realizan implantes de varios embriones de los cuales no todos sobreviven.

Te dejo con el video.

 

Un saludo!

Mónica

 

Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, Gemelo solitario, General Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, embarazo, Estudios científicos

20/08/2012 By Monica 88 comentarios

El gemelo solitario

gemelo solitarioEl verano pasado, escribiendo con mis compañeras el libro Las voces olvidadas hubo un apartado que nos dio “mucha guerra”. Comenzó siendo un subapartado dentro de un capítulo, pero al ir encontrando información, fue creciendo por sí solo y vimos que hubiera sido necesario dedicarle tal vez un capítulo entero, pero ya no nos daba tiempo a reestructurar todo el libro para hacerle sitio, y lo dejamos como está en el libro, dentro del apartado “Otros duelos además del duelo”, el titulado “El gemelo evanescente”.

Para mí ha sido un capítulo esclarecedor, pues al comenzar a investigar supuso para mí como un golpe de luz en mi propia psique. Por primera vez comprendí muchos sentimientos que me han acompañado siempre. Nunca sabré si tuve realmente o no un hermano gemelo conmigo que partió de nuevo a la luz tempranamente, pero me identifico completamente con las características que acompañan a las personas que así lo han vivido.

A través de un examen kinesiológico se reveló que efectivamente, así fue, tuve un hermano o hermana gemela conmigo al inicio de mi vida. De esto os hablaré otro día, porque si no me voy a alargar mucho y hoy quiero traeros el artículo que pegaré a continuación.

Ha querido la casualidad (esa que dicen que no existe) que este año al quedarme embarazada, en una eco en la semana 8 se viera que había dos sacos gestacionales en mi útero separados por un tabique, siendo uno de ellos del tiempo relativo a 5 semanas de gestación, y sin latido. Fue un shock, la verdad. No me lo esperaba para nada. Todo empezó como una broma “mira bien que mi primo ha tenido mellizos, a ver si va a haber dos…”. Y había dos… pero uno ya se había vuelto a su lugar hermoso.

Ahora estamos esperando a nuestros gemelo solitario. Nacerá a mediados de octubre. Espero saber transmitirle muchas cosas que tal vez necesite aprender en su vida, o que al menos no necesite 40 años de tránsito por llanuras desiertas para descubrirlo por sí mismo.

Bueno, todo esto viene porque a través del blog La Vida Intrauterina he descubierto este otro artículo que explica perfectamente todo lo que yo querría contaros sobre este tema. Otro día os hablaré de mí.

Lo podéis encontrar en http://www.peterbourquin.net/inicio/?p=331

Del gemelo muerto y del gemelo sobreviviente

La ciencia sabe desde hace décadas que entre un 10 % y un 20 % de los embarazos comienza como un embarazo múltiple, sobre todo de mellizos, pero también de gemelos, trillizos o cuatrillizos. Pero en Europa sólo uno de cada 100 partos acaba siendo de gemelos, aunque últimamente como consecuencia de la fertilización en Vitro ya nacen gemelos en uno de 50 partos en algunos países, entre ellos España. (En este articulo utilizaré la expresión “gemelo”, tanto cuando se trata de gemelos como de mellizos, e incluyendo también el sexo opuesto, las gemelas.) Esto significa que más que un 90 % de gemelos se pierden durante el embarazo. Como la constitución femenina esta diseñada para la gestación de un único bebe, a menudo la naturaleza sacrifica a algún feto para garantizar la supervivencia del otro. La mayoría se malogran antes de la décima semana, no dejando rastro alguno al ser el embrión reabsorbido por el útero materno. Entonces se habla del gemelo evanescente. En estos casos sólo una ecografía temprana podría mostrar sí al comienzo hubo un embarazo múltiple, aunque esto no siempre significa que el ginecólogo lo comunique a la embarazada. Para “no inquietarla de forma innecesaria” a veces se silencia que su embarazo fue originalmente un embarazo múltiple. La ecografía fue introducida en España en los años 70.
Cuanto más tiempo de gestación haya vivido más probable es que el gemelo muerto haya dejado alguna huella. A veces la comadrona encuentra después el parto del gemelo sobreviviente una placenta alargada o una segunda placenta, o un diminuto feto momificado y puede comentarlo a los padres. En algunos pocos casos uno de los gemelos muere solo unos días antes o durante el parto. Así que en ocasiones el hermano vivo sabe que tenía un gemelo que murió durante el embarazo, mientras que a menudo lo ignora.
Resumiendo esto significa que por lo menos una de cada diez personas empezó su vida acompañada por un gemelo o trillizos. Esto supone un grupo significativo de la población. Mientras lo dicho es un hecho científicamente conocido y comprobado, aunque poco conocido por el público, durante mucho tiempo se ignoró por completo que efectos podría tener esta pérdida para el gemelo sobreviviente. Solo en los últimos años han aparecido unas primeras investigaciones y publicaciones al respecto.
¿Que significa el hecho de ser un gemelo solitario?

Para un gemelo sobreviviente el vivenciar la muerte de su hermano durante el embarazo casi siempre es una fuerte experiencia traumática. Esta pérdida a menudo hace sombra a todo lo que le espera después en su vida. Parece ser una mera anécdota al comienzo de su camino y nada más, pero según mi experiencia no se puede subestimar la importancia de esta pérdida en la vida del gemelo solitario. Le determina en muchos aspectos. Hay que entender que para un gemelo la relación con su hermano es la primera relación de su vida, que viene incluso antes de la relación con su madre. La psicología prenatal subraya la suma importancia que tiene este hecho. Los recuerdos e improntas prenatales de un gemelo y de la experiencia de su primera relación son habitualmente de un profundo amor y de una cercanía tan intensa que se vive como una unión. A esto le sigue la muerte y la experiencia de la pérdida del gemelo, lo que, experimentado desde esta corta distancia, es realmente terrorífico y traumático, y le deja en estado de shock. Lo sorprendente es que las investigaciones muestran que estas tempranas improntas son determinantes para la vida del gemelo sobreviviente, incluso cuando la perdida del gemelo tuvo lugar en el primer trimestre de la gestación. Aunque el gemelo sobreviviente no es consciente de los recuerdos de su gemelo, estos forman la base de su guión de vida. A continuación voy a describir algunos de sus sentimientos y conductas más característicos:

Una consecuencia habitual es que el gemelo sobreviviente vive en una confusión. No tiene claro quien de los dos (o tres) es él: el vivo o el muerto. Por supuesto esto sucede en el profundo inconsciente. En un momento vital y activo, de golpe se puede sentir sin fuerza, solo y deprimido. Alterna entre los dos polos y siente por los dos. En consecuencia no se entiende a si mismo y tiene el sentimiento básico que es diferente que los demás.
Se podría decir que el gemelo vivo no quiere dejar a su hermano muerto solo, y le sigue amando y acompañando en su alma. Se parece al mito griego de los hermanos gemelos Hipnos y Thanatos, dioses del sueño y de la muerte, ambos hijos de la noche. También un proverbio alemán dice que el sueño es el hermano pequeño de la muerte. Una posible comprensión de este mito es que Thanatos se murió y que su hermano Hipnos se unió con el en sus sueños. De la misma forma el gemelo vivo sigue unido a su hermano muerto. Una vez adulto se siente algo distante de sus seres queridos, de su entorno y de la vida misma. Tiene un pie en la vida y el otro en la muerte. Algunos tienen una comprensión innata de la muerte que parece ser un viejo conocido a quien respetan y comprenden, pero que no les causa ningún miedo. Otros sienten una gran angustia con todo lo relacionado con la muerte. Algunos quieren morir, lo que se puede manifestar desde una tendencia depresiva, drogas, anorexia hasta conductas de riesgo o incluso suicidio. Todos tienen en común un sentimiento básico de tristeza o melancolía. A causa de su dolor y estado de shock nacen con un movimiento interrumpido hacia su madre.
Desde pequeño un gemelo solitario siente que alguien le falta, lo que le hace sentirse acompañado por una soledad aunque esté arropado por su familia. Puede que tenga un amigo invisible, o una muñeca que es de suma importancia para él. Se retira de forma intermitente a un mundo propio al que los demás no tienen acceso. Este sentimiento básico de soledad le acompañará también siendo adulto, igual que el sentimiento de estar incompleto. Algo o alguien le faltan. Puede que inicie una búsqueda de algo en su vida aunque no sepa lo que es. Esta búsqueda puede mostrarse de diferentes maneras: viajar por todo el mundo, estar inmerso en una búsqueda espiritual, querer encontrar la pareja ideal. Puede que uno sienta especial interés y atracción por gemelos. O que duplique ciertas posesiones comprando un par de todo sin saber porque.
Casi todos gemelos sobrevivientes se sienten profundamente culpables o hiperesponsables respecto a su entorno. Es un sentimiento básico sin que entiendan la causa. En su inconsciente ha quedado la idea de no haber hecho lo suficiente para salvar a su querido hermano, o incluso de haber causado su muerte. Es el sentimiento de la culpa del sobreviviente que luego se proyecta en todo lo demás. Un número significativo de los gemelos sobrevivientes trabaja en profesiones de ayuda, lo que tiene que ver tanto con su afán de salvar al otro, como con su capacidad empática, típica de un gemelo solitario. En su vida laboral a menudo trabajan por dos (o tres). Esto no quiere decir que se permitan disfrutar los frutos del éxito que para muchos de ellos es más bien pasajero, como algo que se gana y se pierde, lo que puede ser un patrón típico en su vida.
Un gemelo tiene un modelo de relación fundamentalmente diferente de la de un no gemelo. En pocas palabras se puede describir esta compleja realidad solo en unas pinceladas: un gemelo busca normalmente relaciones cercanas y profundas, mientras que las superficiales no le interesan. Esto incluye a menudo la necesidad de mucho contacto corporal. De esta forma revive su primera experiencia de relación que tuvo en el útero. A lo largo de la vida la relación de pareja es la que más se parece en su constante cercanía y su enfoque en el otro a una relación entre gemelos. Es más este sentimiento de “nosotros” lo que les hace sentirse bien. Pero una vez pasada la primera fase del enamoramiento es difícil para personas que no son gemelos soportar esta cercanía constante, porque necesitan más espacio propio donde poder sentirse a si mismos. El modelo de relación de una persona sin par se parece a las mareas, un movimiento rítmico de acercarse y retirarse, para estar con el otro y después de nuevo con uno mismo. Esta mas anclado en el sentimiento de “yo”. Estas diferencias hacen que no pocas relaciones entre gemelo y no gemelo se rompan con el tiempo.
Un gemelo solitario tiene dos formas bien distintas de vivir relaciones, aunque a menudo aparecen en una mezcla: se agarra a su pareja y teme la separación, por miedo a perder a su ser querido otra vez. Cada movimiento pendular de retirarse de su pareja lo vive como un abandono doloroso. A veces esto lo lleva a una actitud controladora o a sentir celos. Si por esta conducta su pareja se siente agobiada y se va, se repite para el gemelo solitario una vez más su vivencia inicial de la perdida y de la separación. Para él es una catástrofe que le hace sufrir muchísimo. Cualquier pérdida, desde una ruptura de una amistad hasta la muerte de una mascota, puede causarle un sufrimiento que le hunde durante un largo tiempo.
La otra forma es que huya de toda relación intima porque le dé pánico. No se atreve a amar porque lleva en su interior un profundo temor de que su gemelo le arrastrará hacia la muerte, o que no sobreviviera una nueva separación. En consecuencia le cuesta abrirse y entregarse realmente a cualquier relación amorosa más adelante en su vida. Siente que necesita una cierta distancia de seguridad aunque no entienda el porqué.
Sean cuales fueren las causas en un primer plano, es un hecho que los gemelos solitarios tienen menos hijos que otras personas. Aunque a veces lo anhelen tanto que parece una cuestión de vida o muerte. Siendo padres pueden tener un vínculo especial con uno de sus hijos, con quien experimentan una cercanía y unión que refleja la relación que tuvieron con su gemelo. Entonces les cuesta distinguir a su hijo y su gemelo emocionalmente. En algunos casos en lugar de tener hijos tienen una mascota que llevan muy de cerca, por ejemplo un pequeño perrito que siempre tienen en el regazo o sujetan en el brazo.

¿Como saberlo?

Aparte de los indicios indicadores que se muestran en los sentimientos básicos, la vivencia interna y el comportamiento de la persona en cuestión, nombrados anteriormente, también hay indicadores biológicos que muestran si una persona es un gemelo sobreviviente o no. Los principales son:

  • Embarazo a través de fecundación en Vitro
  • una ecografía que muestra un embarazo múltiple
  • una fuerte perdida de sangre vaginal en el primer trimestre del embarazo
  • una segunda placenta, o una placenta de forma inusual
  • un diminuto feto momificado (llamado feto papírico)
  • un parto de un gemelo muerto
  • un teratoma que contiene material orgánico como hueso, dientes o cabello
  • órganos duplicados como un doble útero, etc. o dedos extras (también pueden tener una causa diferente)
  • otros gemelos en la familia (esto muestra una probabilidad genética)

Solo ocasionalmente se dan estas pistas biológicas. Y cuando el gemelo se fue durante el primer trimestre del embarazo, como es el caso en la gran mayoría de los gemelos solitarios, entonces la madre normalmente no sabe si hubo un embarazo múltiple. Pero mientras que los indicadores biológicos hablan con claridad, hay que ver el conjunto de los otros indicadores para saber si una persona es un gemelo solitario. Como lamentablemente en muchos casos falta la información sobre las circunstancias del embarazo y parto, y en consecuencia no es posible llegar a un diagnostico claro por esta vía, puede ser de ayuda considerar la posibilidad de ser un gemelo solitario cuando uno se reconoce en la mayoría de los nombrados sentimientos básicos y actitudes. Muchos de ellos por sí solos pueden también tener otras causas y no indican necesariamente que la persona empezó su camino de vida acompañado por un gemelo. Reconocerse en uno u otro aspecto descrito suelto no significa nada. Solo cuando uno se reconoce en la imagen general, sufre de las consecuencias descritas, y cuando otros caminos terapéuticos no hayan llevado a una sanación, entonces valdría la pena seguir esta pista hacia su propia realidad interior para encontrar la verdad.
Hay varios métodos terapéuticos que ayudan a investigar más: con regresiones guiadas, a través de una Constelación Familiar, con un examen kinesiológico, o analizando los propios sueños, entre otros. El recuerdo del gemelo está allí en la persona afectada, en su inconsciente y en la memoria celular del cuerpo. Cuando uno contacta con ello, experimenta a menudo una comprensión espontánea. De golpe todo lo que antes era una acumulación de piezas inconexas en la vida cobra sentido. Con ello comienza su camino para recuperar la integridad de su alma.

El primer y decisivo paso es reconocer la realidad de ser un gemelo solitario que ha perdido a su hermano en la primera fase de vida. Solo esto produce a menudo un alivio inmediato. Después uno empieza a hacerse consciente de la relación íntima con su gemelo. Esto es un proceso que necesita su tiempo, a veces varios años. Uno descubre el amor y la felicidad que sentía en la presencia y en la unión con su gemelo, y también con el dolor y el terror que le causó su muerte. La añoranza de reencontrarse con el otro y poder volver al paraíso perdido da paso a un tiempo de duelo y despedida. Con el tiempo uno llega a la experiencia de un vínculo de amor entre ambos que se mantiene.
También uno se da cuenta de algunas creencias sobre si mismo y sobre la vida que se habían formado a causa de la experiencia en el útero y que ahora le toca revisar. Para dar un ejemplo: de un “soy el culpable, no he hecho lo suficiente para retenerle y salvarle” uno llega a “no tenía que ver conmigo, porque no estaba en mis manos, fui muy pequeño”. A esta nueva comprensión contribuye también llegar a la experiencia de que el hermano muerto no tiene ningún reproche sino que siente amor hacia su gemelo vivo. Gracias a esta experiencia no se queda en una reflexión mental, sino se vuelve una vivencia interior.
Puede ser necesario tratar la experiencia traumática de una muerte vivenciada tan de cerca, para sanar estados de angustia inherentes. A veces partes de uno mismo se quedan congeladas en un estado de shock, lo que después se manifiesta en una falta de vitalidad o de emocionalidad. Aquí hay diferentes técnicas terapéuticas que pueden ayudar a revitalizar estas partes de uno y sanar el trauma, como somatic experiencing o EMDR, entre otros.
En este proceso de sanación se aclara y se separa cada vez más lo que al comienzo era confuso y mezclado, tanto emocionalmente como al nivel cognitivo. Un gemelo es gemelo durante toda su vida, y mantendrá algunas percepciones y actitudes propias de esta vivencia tan determinante. Pero al saberlo uno se entiende mejor y es capaz de discriminar que pieza del puzzle pertenece a que lugar. Con el tiempo uno llega a sentirse más entero y en consecuencia también más libre para vivir su propia vida.

© Peter Bourquin, 2007 (revisado 12/2009)
www.gemelosolitario.net

 

 

 

Publicado en: Aborto espontáneo, En otros blogs, Gemelo solitario, General, Libro Las voces olvidadas, Muerte perinatal Etiquetado como: Estudios científicos

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