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31/05/2017 By Monica Deja un comentario

La pérdida como parte de un proceso vital.

 

  ”La intuición no falla”, o eso fue lo que debí pensar cuando tome como opción la formación de Stillbirth Support.

 

 

En mi caso personal, el impulso vino promovido por una perdida en la semana 12 de mi segundo embarazo.

Mi propia necesidad y verme sin recursos cercanos en ese momento, ha fomentado mi interés en integrar esta parte de la maternidad (paternidad y familia) en mí, para acompañar a aquellas madres que lo soliciten.

 

Atrapó mi interés el módulo 0, la importancia de los círculos, su repercusión a lo largo y ancho de la historia de la humanidad, en concreto las sociedades y su conducta actual.

 

A nivel personal, creo y reitero la reunión en círculos de mujeres, sobretodo madres, ya que esta sociedad de rivalidades nos opone y juzga, individualizándolos para protegernos de nosotras mismas.

 

No concibo mi expansión a solas

Es decir, no entiendo mi prosperidad sin la prosperidad de mi entorno. En este sentido la sororidad entre nosotras me parece base y pilar fundamental para la creación y fomento de una sociedad más equitativa a las necesidades reales y actuales.

 

La creación de nuevas redes de mujeres emprendedoras con ideas creativas y colaborativas es una pieza clave en este camino de crecimiento conjunto y consciente.

 

Visibilidad 

Uno de los objetivos que persigo con esta formación es facilitar el acceso a una asesora de duelo y acompañamiento a toda aquella familia que así lo desee y necesite. La hipocresía social ha tapado la muerte perinatal y gestacional desde su ignorancia, ya que donde hay vida necesariamente existe su antónimo: la muerte.

 

En todos los años de evolución, se ha ido incrementando nuestra mejora en la calidad de vida. Traducida esta como mas salud y mas años, la pérdida de un bebe, antes incluso de que este llegue a nacer, se entiende como un fracaso. No es cierto, forma parte de un proceso vital. Tuvieron que pasar 32 años y experimentar  un aborto en primera persona para conocer a todas las mujeres de mi alrededor que  también lo habían experimentado, entre ellas mi abuela. Agradezco que se atreviera a contármelo, y entiendo que para ella aun es un proceso abierto.

 

 Destacar los rituales

Enamorada de los ciclos naturales, nuestros biorritmos femeninos, descubrir que uno de los módulos se dedica a los rituales y ceremonias me parece enriquecedor, desde el punto de vista personal y particular, como a la posibilidad de acompañar en la creación de un ritual o ceremonia a medida según cada familia, sus necesidades y particularidades.

 

Desde que comenzó el curso he tratado de llevar a mí y testarme en cada uno de las lecciones. El primer paso para el aprendizaje es la experimentación, y esta parte de mi misma.

 

La comunicación está presente en  cada acto que hacemos

Incluso en lo que no hacemos ni decimos, de modo que reciclar nuestros viejos patrones para expresar de una forma veraz y eficaz forma en mi un ejercicio diario a revisión, sin criticas ni exigencias, tan solo tomando consciencia del significado de las palabras y del mensaje en su conjunto, siendo responsable de lo que expreso desde mi ser, sin poner en el otro mi sensación.

Así pues, aunque hace ya algún tiempo que estudie y leí sobre PNL y comunicación no violenta de R. Marshall, vuelve a estar presente y latente. El lenguaje, no solo verbal, ha de ser cuidado y mimado para conseguir, no solo que el mensaje sea claro y libre de equívocos, sino sintonizar con la otra persona para conseguir captar su frecuencia y comunicarse fluidamente.

 

En el modulo 2 se desarrolla el emprendimiento desde internet como sostén, desde las redes.

Esto me motiva, es una manera de no poner límites y salir al “mundo” de modo que pueda llegar a alguien por muy lejos que se encuentre, si es que conectamos y considera que le puedo que soy la adecuada para acompañarla, guiarla, o crear conjuntamente. A nivel personal me está costando dedicarme el tiempo necesario para ponerlo en práctica, sin embargo quiero hacerlo yo, al menos el comienzo, y demostrarme que puedo con el ordenador y sus tejemanejes.

 

 

Por qué recomiendo este curso

Este curso es para cualquier persona o familia con un interés en saber y acompañar en la Maternidad de forma integral, reconociendo también el duelo en la aventura de ser familia.

En la primera parte del curso se enfoca de manera global la manera o forma en la que puedes gestionar tus asesorías. Desde una perspectiva emprendedora como el modo de crear un espacio  online, como la forma en que ayudar a la familia a crear su propio evento de despedida.

Los encuentros en círculos quincenales son enriquecedores, en el mismo espacio de tiempo estamos conectadas mujeres seguras y comprometidas con el proceso de duelo creando una atmósfera de unidad y sororidad entre nosotras que cruza cualquier barrera geográfica y cultural.

Aprenderás y conocerás desde distintos prismas y culturas como es tratado el duelo, y desde diferentes realidades sociales.

La generosidad al compartir es un plus en la formación, así como el respeto de tus propios ritmos a la hora de interiorizar la información, que es rica también en formatos; pdf, videos, audios, etc…

 

Sin embargo por encima de todas las cosas te invito a ser parte de esta red de mujeres que proporcionan soporte y profesionalidad en la gestión de duelos maternales por ser pionera, por ocuparse de un espacio social enmudecido por el patriarcado que ha estado más ocupado y preocupado de mantenernos activas que de nuestro propio bienestar.

Sumo en esta necesidad a los Padres y a los familiares que así también sientan la necesidad de apoyo y/o escucha.

Ser y estar en este equipo es una prioridad para el bienestar social y forma parte de mi compromiso en el acompañamiento integral de la maternidad y la familia como sistema de equilibrio y soporte social sobre el cuál crecer y avanzar con valores éticos y morales; comenzando por el auto respeto a nuestros sentimientos, ritmos y necesidades.

 

Muriel Santana

Doula integrativa en Cerezas Terapias Naturales y Emocionales para el Acompañamiento Familiar

Alumna en la Escuela Stillbirth Support

 

 

 

Publicado en: General

23/05/2017 By Monica 6 comentarios

Tema 3. Duelo gestacional en el aborto voluntario I

 

 

El duelo gestacional:

Siguiendo el hilo de los artículos anteriores, llegamos a la última etapa del proceso de la IVE.

 

¿Qué es un duelo?

Es un trabajo en el tiempo de elaboración del dolor producido por la ruptura o pérdida de un vínculo con una persona significativa (aunque también puede ser un animal u objeto…o situación).

 

Es importante ver que el tiempo por sí sólo, sin ese trabajo personal de elaboración de la pérdida y reconstrucción del sentido vital, no “hace” nada. Todos los que hemos vivido un duelo o acompañamos profesionalmente a otros  sabemos esta verdad: “que el tiempo, por sí solo no lo cura todo”. El tiempo nos da un espacio donde trabajar el dolor, y el tiempo de duelo suele ser largo (dependiendo de la magnitud de la pérdida), y pide una lentitud muy  a contracorriente de la cultura actual de la inmediatez y los resultados.El tiempo requerido nos sitúa en un marco de proceso. Estaríamos pues, en el caso que nos ocupa,  en un proceso dentro del proceso general de la IVE.

 

El vínculo.

Cuanto más estudio la IVE, cuanto más sé sobre este proceso, más me doy cuenta de que una de las claves para entender este tipo de duelo (a parte de entender todo el estrés emocional y vital que puede conllevar el mismo) es el vínculo. Me explico: según se haya vinculado la mujer con ese ser en gestación tendremos un trabajo de duelo u otro, estaremos ante distintas variables de los duelos post-Ive.

 

  1. Si no existe ningún tipo de vínculo (si la mujer considera ese embrión como un conjunto de células) y no hay ningún tipo de creencia en contra ni entorno desfavorable, seguramente no habrá ninguna sensación de pérdida ni dolor que transitar.

 

  1. Si no existe vínculo, pero las etapas previas han sido difíciles, sí que puede haber una sensación de pérdida de la posibilidad de ser madre en este embarazo en concreto.  En este caso el duelo debe ser un trabajo de reintegración de la experiencia en la propia narrativa vital.

 

Pero atención: a veces nos encontramos con que la mente ha activado un mecanismo de negación de ese vínculo…con lo cual sí que tendremos que elaborar, más tarde o más temprano ese duelo. Estamos ante los llamados duelos encapsulados, que, como cápsulas que viajan en el tiempo, un día en el futuro se abren y revelan un dolor que nunca se quiso afrontar y un vínculo que nunca se llegó a reconocer. Y esas situaciones suelen ser futuras maternidades y embarazos sí llevados a término (que despertarán memorias de lo que pudo haber sido), futuras pérdidas gestacionales naturales o  futuros problemas de infertilidad…entre otras muchas variables.

 

  1. Si existe dicho vínculo, es decir: si se reconoce al ser en gestación como un hijo, nos encontramos en un escenario no poco común y que plantea un trabajo difícil de duelo. En este caso podemos hablar que este tipo de duelo acostumbra a ser:

 

  1. Múltiple: se produce una pérdida del considerado hijo en gestación, pero también esta pérdida irá acompañada de un perderse la mujer a si mísma (se rompe un vínculo, una conexión con su ser esencial cuyo síntoma es una falta total de la autoestima de la mujer) y en múltiples circunstancias se producirán pérdidas colaterales, en especial ruptura de la pareja si la hubiera, entre otras.

 

  1. Prohibido y clandestino: y aquí entramos en el total desamparo en el que se encuentra este tipo de mujer. Si en la sociedad en la que vive el aborto es legal y hay una amplia base social y cultural a favor de la IVE, dicha mujer en la mayoría de los casos no va encontrar empatía social ninguna respecto a su dolor ni va a compartir sus sentimientos por miedo a ser desautorizados. Si la sociedad que la envuelve es de fuerte creencias antiabortistas y además es ilegal, dicha mujer no sólo no encontrará empatía social sino una clara condena institucional que la ponen al margen de la ley y de la sociedad. En ambos casos el aborto queda como algo que se vive en la más completa soledad y culpa sin posibilidad de encontrar expresión a todos esos sentimientos ni siquiera de compartirlo…con peligro de llegar a duelos patológicos o al llamado trauma post-aborto.

 

 

Agradezco a Maria Andrea García Medina, autora del blog “Acunando la luna, despertando el sol” y autora del libro con el mismo nombre, por su colaboración ya que mis conversaciones con ella han ayudado a elaborar el mapa aquí expuesto. El trabajo sobre el duelo post-IVE es de momento todo un continente por explorar, una tierra de nadie del alma femenina que ésta ha transitado desde que existe, y es por eso que cada opinión, cada nuevo enfoque y cada historia contada, nos ayuda a llevar luz ante tanta oscuridad.

 

Accede desde aquí al índice del curso y al resto de los temas.

 

Eva Puig

Experta en duelo gestacional y perinatal por la Escuela Stillbirth Support

Filosofa, investigadora y acompañante en duelos por aborto voluntario

Fundadora y Directora general en Proyecto Kora

 

 

Publicado en: Aborto provocado, Curso gratuito, Curso IVE: Duelo por aborto voluntario, Eva Puig

17/05/2017 By Monica 6 comentarios

La pérdida: Una experiencia límite para todos.

La pérdida en el embarazo es un hecho cotidiano que sucede, desgraciadamente, todos los días en todas partes del mundo.

Normalmente es algo que no se airea, a no ser que seas de la familia y te enteres de que “la prima ha perdido el bebé que esperaba”. Es algo que no nos llama la atención, ha ocurrido toda la vida y siempre se ha sobrevivido a ello y se ha continuado adelante.

 

El problema viene cuando esa pérdida te ocurre a ti.

De un momento a otro todo el universo dulce y apacible en el que estabas sumergida, ese estado de locura y felicidad que es el embarazo se marchita y se rompe dejándote sumida en la oscuridad más profunda y absoluta.

Es difícil hacerse una idea de lo que es si no se ha pasado por ello. La muerte en nuestra sociedad es un tabú, algo de lo que se habla en el tanatorio y en el funeral y ya está. Después se acaban los días de permiso y hay que volver al trabajo y a la vida. Aunque estés física y emocionalmente hundido.

Si además la persona que muere es el bebé que llevabas en tu vientre, tu lentejita, tu amor… Descubrirás la cara oculta de la sociedad, una sociedad que querrá hacer como si no hubiera pasado nada, que te animará a “ser la de antes” como si obligándote a olvidar te estuviera haciendo un favor para que no sufras.

 

Nunca volverás a ser la de antes.

De hecho, ni tú ni tu pareja volveréis a ser los de antes. Porque la vida os ha pasado por encima como un camión de la basura impertérrito llevándose con él las luces y condenándoos a la oscuridad más profunda.

La noche oscura del alma comienza cuando te dan la terrible noticia.

Tal vez comenzaste a sangrar pero guardabas la esperanza, porque la esperanza es lo último que se pierde. Pero la tecnología no miente y el profesional lo confirma: no hay latido, no hay vida. Y tú sientes que la vida que se ha ido es la tuya.

 

Los hombres también lo viven, también sufren.

Lo que ocurre es que son momentos en los que hay que olvidarse de uno mismo y estar por la mujer, que no sólo vive su dolor emocional, sino que vive también los dolores de parto, un parto tras el cual espera la muerte, el vacío. Y más dolor.

 

No sólo la mujer y el hombre se transforman.

O la otra mujer, en caso de ser una pareja lésbica, sino que también la pareja sufre su metamorfosis, ya que, aunque no haya un bebé físico, ese hijo que ha poblado su vida por un pequeño espacio de tiempo ya los ha convertido en familia.

Y aunque se haya ido en forma física, su recuerdo, su espacio vital va a permanecer para siempre.

Cuando tengan otro hijo, cuando lo lleven por primera vez al cole, cuando juegue su primer partido de fútbol, cuando se eche novia, cuando les traiga de visita a sus nietos… todo ello les recordará a ese otro que no está, que se fue tan pronto.

Ojo, y recordar a este hijo no es patológico ni es una señal de que el duelo no se realizó correctamente. También nos acordamos de ese abuelo o de esa madre que falleció y no nos verá vestidas de novia. Las personas que se van dejan su poso, su huella en nuestras vidas. Y aunque no estén presentes, de alguna manera siguen vivos en nuestra mente, en nuestra propia historia. Al menos las personas cercanas a nosotros, las más queridas. Y un hijo entra también en esta categoría.

 

Historias inconclusas.

Es verdad que en la literatura dentro del mundo de la salud mental hay muchos casos documentados de familias en las que la madre murió un poco con ese hijo que se fue y olvidó a los vivos (incluso a los que nacieron después) para mantener un vínculo poco sano con ese que se fue. No hace falta estar loca para esto. Sólo con que no tenga apoyos o herramientas para transitar su duelo, que se le obligara a callar y seguir adelante, que quedara una historia inconclusa con alguien que se fue y del que no se pudo despedir…

Para que esto no suceda es importante poder hablar de ese pequeño, llorar su pérdida (sí, a veces ni para llorar nos damos permiso), guardar sus cositas como recuerdo, tener un espacio en casa dedicado a él, dedicarle un tiempo cada día o cada semana, tal vez una pequeña tumba que limpiar y en la que poner unas flores…

Como ocurre con toda persona que se va, es importante despedirse para que no quede la sensación de que la historia quedó sin concluir. O incluso que se originen fantasías en las que se pueda llegar a pensar que todo ha sido un error y que ese bebé está vivo en algún lugar. Se oyen tantas historias, incluso hasta casos reales, que por qué no podría ser el tuyo uno de ellos.

 

Una pareja que acaba de perder un bebé necesita tiempo.

Desgraciadamente, es lo que nuestros médicos en los servicios de salud no disponen, pues tienen que despachar para que entre el siguiente paciente.

Sin embargo hay profesionales que se toman la molestia de mirarnos a los ojos, de explicarnos lo que ha pasado o lo que creen que ha podido pasar, lo que va a ocurrir a continuación, lo que van a necesitar desde un punto de vista médico y tienen en cuenta lo que necesitarán desde un punto de vista emocional.

Profesionales que validan tus sentimientos, que los escuchan, que nos explican de nuevo con paciencia lo que no entendimos, que nos dejan información escrita y un número de teléfono por si necesitamos contactar con alguien que nos acompañe.

Estos profesionales existen. Ojalá hubiera muchos más para que todas las parejas se pudieran sentir acompañados y contenidos en una situación tan dura y estresante para ellos.

 

Mónica Álvarez

Psicóloga, N-01500, Terapeuta de pareja y familia

Directora de la Escuela Stillbirth Support

 

Fragmento de un texto publicado en la revista “Tu bebé”.

Publicado en: Aborto espontáneo, Duelo gestacional y perinatal, Muerte perinatal

09/05/2017 By Julia Bernal 6 comentarios

El día de la madre cuando tienes los brazos vacíos

 

El día de la madre, un día en el que todas las madres reciben felicitaciones, regalos, muestras de reconocimiento por su labor diaria, por el cuidado a sus hijos y sus familias…

El día de la madre, no es un día feliz para todas las madres.

Para las madres que se encuentran con los brazos vacíos es un día un poco extraño.

Muchas de estas madres, viven su maternidad invisible en silencio ya que como no hay bebé al que acunar o cuidar esa mamá no recibe una felicitación y menos un regalo…

El día de la madre se celebra con alegría si estás embarazada porque en breve serás madre.

Pero cuando ese embarazo no llega a término ¿qué ocurre? ¿dejas de ser madre?

Es decir el año pasado o hace unos meses me felicitas porque voy a ser madre y después como no tengo un bebé en brazos ¿he perdido el papel de madre?

¿Ya no tengo derecho a celebrar ese día hasta que no tenga un bebé vivo en mis brazos?

Una madre puede ser madre desde la vida y desde la muerte.

Esta frase puede parecer extraña pero es real: Somos madres aunque nuestros hijos murieran y no estén con nosotros.

Otra cosa es que esa madre no quiera o no se sienta con fuerza para celebrar ese día porque sea muy doloroso recordar o revivir momentos que aún no está preparada para afrontar.

El día de la madre es también un día para felicitar a las madres que no tienen a sus bebés en brazos.

Mamás que muchas veces viven en silencio su dolor o incluso, sienten la ambivalencia de que la feliciten por su hijo vivo pero no por el no llegó a nacer o por el murió poco después del parto.

Una madre es madre los 365 días del año, las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Puede que solo vivieras la felicidad de ser mamá unas horas, unas semanas o unos meses o incluso que vieras la preciosa carita de tu bebé y luego tuvieras que despedirte de él.

Tú eres madre y cada día te acuerdas de tu hijo a pesar de no poder cuidarlo, mecerlo, besarlo, acariciarlo y llevar a cabo tantos sueños e ilusiones que un día se rompieron con su pérdida.

Se que estas palabras pueden no animarte ni consolarte en este momento, pero si te digo compañera que a pesar de que tus días de la madre sean diferentes no dejes de celebrarlos, de homenajear a tu pequeño, de recordar su paso por tu vida a pesar de la fugacidad de algunas vivencias.

El día de la madre es cada día.

Nuestros peques están presentes en nuestra vida cotidiana, en gestos, en recuerdos en experiencias que a pesar del dolor se pueden transformar en amor y ser un gran recuerdo que cada día nos haga sonreír sintiéndonos orgullosas de ser madres, de ser sus madres, de cada uno de esos bebés que ya no están con nosotras.

Feliz día de la madre:

A todas las mamás que tienen un pequeño al que no pueden abrazar, a pesar de tener los brazos vacíos ellos siempre nos acompañan y nos regalan señales muy especiales.

¡Feliz día de la madre!

Julia Bernal

Auxiliar de enfermeria, Asesora Stillbirth Support e Instructora de porteo

Docente en la Escuela Stillbirth Support

Publicado en: Asesoras Stillbirth Support, Celebraciones, Duelo gestacional y perinatal, General, Julia Bernal Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, el día de la madre, Julia Bernal

30/04/2017 By Lily 2 comentarios

Beltane. Ritual de duelo

 

Beltane.

Después de celebrar Ostara, la llegada de la primavera, seguimos con las festividades y rituales anuales.

 

Beltane o Bealtaine se celebra el 1 de mayo en el hemisferio norte y el 31 de octubre en el hemisferio sur y es principalmente una festividad celta, aún celebrada en Irlanda y Escocia y en la península ibérica en Galicia y Asturias.
Beltane era el comienzo del verano pastoral, cuando los pastores emprendían su viaje para llevar el ganado hacia las montañas.

Beltane es la consecuencia y continuación de Ostara, mientras la segunda celebra la llegada de la primavera, el “despertar” de las fuerzas germinativas, en Beltane ya es primavera avanzada, las plantas ya han brotado, los campos ya están llenos de flores o incluso de pequeños frutos.

La tradición de Beltane proviene de la unión entre Belenus, Dios del Sol, la Luz y el Fuego (correspondiente a Apolo romano) y, en algunos escritos, Sirona, Diosa de la Luz Lunar y de las Mareas (correspondiente a Diana romana) y en otros, la Diosa Madre Tierra.

La unión entre los 2 Dioses concluye con el embarazo de la Diosa y en algunas tradiciones con la muerte del Dios que volverá a nacer como su propio hijo.

Una fiesta que aún ahora se celebra encendiendo fuegos en el alto de las montañas, fuegos purificadores para las personas y el ganado.

Beltane, como su opuesto Sahamain, es un momento de paso entre la estación fría y la cálida, entre el invierno y el verano.

Simboliza además el paso entre la muerte y el renacimiento espiritual.

 

Por esto, Beltane es un excelente momento para rituales sanadores después de la pérdida, especialmente si son hechos en la pareja.

Son rituales que permiten celebrar el renovar de la vida y el placer de estar juntos a pesar del dolor, rituales como renovación de votos de unión.

 

El ritual consiste en encender un fuego

Puede ser una fogata al abierto, en la chimenea o incluso en un pequeño caldero.

Dispondremos también sobre un altar como ofrenda los símbolos de esta fiesta: flores de colores veraniegos (rojos, rosados, anaranjados) y velas del mismo color, agradeciendo por la llegada de la luz y por el renacer de la unión de la pareja.

 

Si has tenido una pérdida y sientes que la unión con tu pareja se ha resentido

Beltane es un precioso momento para re-descubrir a la persona querida, para compartir el dolor provocado por la pérdida con tu pareja y para renovar vuestra unión.

Si quieres saber más sobre rituales sanadores que puedes hacer después de una pérdida , te invito a suscribirte en a nuestra lista de correo AQUÍ, recibirás, además de varios otros regalos, unos PDFs específicos sobre rituales en el duelo gestacional y perinatal.

También puedes unirte a nuestro grupo de facebook para profesionales. Es gratuito.

Lily Yuste

Coach de maternidad

Asesora Stillbirth Support y coordinadora de círculos de mamás en duelo

Docente en la Escuela Stillbirth Support

 

Publicado en: Calendario celta, General, Lily Yuste, Rituales

25/04/2017 By Monica 2 comentarios

Tema 2. Etapas en el proceso de la IVE.

 

 

Para entender por qué hablamos de dolor en el proceso de la IVE, más allá de sus implicaciones con las creencias de cada quién y la realidad político social que envuelve a la mujer,  hay que echar una ojeada a las etapas que componen este proceso.

Según se viva cada una de ellas el aborto voluntario tendrá consecuencias más o menos graves, tendremos que afrontar un duelo gestacional más o menos intenso.

 

Dichas etapas son:

  1. Las causas que llevan a un embarazo no deseado
  2. La toma de decisiones
  3. La IVE médica en sí
  4. El duelo gestacional consecuente.

 

En este artículo comentaré las 3 primeras, dejando el duelo por IVE como un capítulo a parte (desarrollado en los dos siguientes posts).

Cada parte del recorrido es importante, pero hay que prestar especial atención a la toma de decisiones.

 

 

1. Embarazo no deseado o inesperado.

¿Por qué una mujer se queda embarazada sin esperarlo?

Nótese que no pongo “sin desearlo” porque a menudo el deseo es ambiguo: se quiere y no se quiere.

A primera vista hay dos explicaciones: se tomaron medidas y no funcionaron (se dan casos) o no se tomaron medidas de prevención sexual.

En este segundo caso deberíamos preguntarnos: ¿Por qué? Las voces sociales hablan directamente de irresponsabilidad, pero he conocido a muchas mujeres muy responsables, de hecho excesivamente responsables, que no tomaron precauciones.

A mi modo de ver hay dos posibles causas:

  1. Se juega a nivel inconsciente con una ambivalencia de querer ser madre (hay un deseo real de ser madre aunque las circunstancias no sean favorables), y ese deseo oculto va a ser el que nos impida tomar precauciones…
  2. Y la otra causa, mucho más habitual y preocupante, es la falta de empoderamiento de la mujer: la incapacidad de decir no a su pareja cuando se están cometiendo conductas de riesgo sexual.

Si este es el caso, la mujer ya va a sentirse culpable durante la toma de decisiones (porque “se dejó embarazar”).

No entramos aquí ya en otra temática como sería la falta de educación sobre prevención sexual y reproductiva o la falta de acceso a medios anticonceptivos que se podría dar en muchos países del mundo, por no hablar de casos extremos de violaciones (que a menudo siempre son los que se ponen como justificante de la IVE sin ser los casos más comunes)

En resumen: ya en el embarazo no deseado hay un mundo psico-social que está influyendo en la mujer que se encuentra en esta situación.

 

2. La toma de decisiones.

Es una de las etapas más duras de este proceso. Cuando lo mujer se encuentra en la disyuntiva de decidir si seguir con el embarazo o no.

Una de las cosas más crueles que se pueden decir a la mujer que ha abortado voluntariamente es: ¿por qué lloras si lo elegiste?

 

Vamos a ver las características de esta elección:

IMPLICA A LA MUJER EN SU TOTALIDAD:

Somos seres multidimensionales y multirrelacionales, y la decisión de interrumpir el embarazo va a poner en diálogo a todas esas dimensiones, y si hay voces contradictorias, estas contradiciones saldrán después en el duelo post-IVE

 

TIENE UN FUERTE COMPONENTE ÉTICO Y LEGAL:

Abortar es un acto que abre un debate ético nunca cerrado.

Durante siglos se consideró como algo moralmente malo y reprobable,  y hoy en día ese pensamiento sigue en el subconsciente social y colectivo.

Pero ya digo que es un debate nunca cerrado porque depende de las creencias de cada quien (sobre el inicio de la vida humana), y a esas creencias no puede dar respuesta la ciencia, sino que es un tema a responderse en la intimidad personal.

Pero la decisión va a implicar que afrontemos si para nosotros el proceso de la IVE es un acto bueno o no moralmente hablando. Y esas fronteras no están claras.

 

IRREVERSIBILIDAD:

Interrumpir un embarazo no tiene marcha atrás.

Por eso es una decisión trascendental.

Lo que perdemos, lo que decidimos perder es irremplazable.

Esta pérdida única es la que tendremos que saber gestionar.

 

LIMITADA EN EL TIEMPO:

La mujer que debe tomar esta decisión deberá hacerlo en una carrera contra el tiempo.

Tiempo apremiante, tiempo intenso y tiempo dilatado.

Hay que decidir rápido, eso nos pone en una situación de estrés (intensidad) que hará que las horas parezcan días y los días, vidas.

 

EL CUERPO EMBARAZADO:

El cuerpo embarazado que es ya un cuerpo distinto.

Ya desde el inicio de la gestación el cuerpo generará gonadotropina (HCG), lactógeno de placenta humana, estrógeno y progesterona.

Un mundo de cambios de humor van a sacudir la psique y el cuerpo de la mujer.

También tenemos estudios de lo que se conoce como microquimerismo: desde la cuarta semana existe un intercambio bioquímico entre el embrión y la madre, un intercambio celular que hará que la misma mujer reciba células del embrión que permanecerán en ella muchos años después.

Es decir, hay una memoria celular en la mujer a nivel físico de ese embrión casi de por vida.

 

PARTES IMPLICADAS:

Aunque la mujer es la que habitualmente tiene la última palabra, en la toma de decisiones cabe tener presente a la pareja, y también influirán en ella el entorno familiar y de amigos (a menudo poniendo una fuerte presión en un sentido u otro).

 

POCA INFORMACIÓN:

La mujer que se encuentra ante un dilema de este tipo debería tener toda la información en los centros de salud sobre dicho proceso, ayuda en la toma de decisiones, información detallada sobre dónde acudir para realizar su IVE y en último término, qué puede esperar después, teniendo en cuenta todo el proceso.

Debe poder entender lo que le está sucediendo y qué implicarán sus decisiones.

Esto, sencillamente, en la mayoría de casos no se da. Se informa en todo caso de la parte médica pero no del coste psico-emocional.

 

Visto este panorama completo, en el momento de afrontar la IVE no es inusual que la mujer vaya a realizar el procedimiento médico con muchas dudas, miedos e incertidumbres.

 

3. La IVE médica.

Esta parte del proceso también suele ser crucial.

En los países donde es legal se deberán cumplimentar una serie de trámites que resultan agotadores de por sí.

Y normalmente se hará en medio de la clandestinidad y el secretismo del entorno.

Si se opta por la IVE farmacológica en las primeras semanas del embarazo no es inusual que el sangrado, que se informa previamente como una “regla” intensa, sea mucho más abundante y doloroso de lo esperado.

La mujer a menudo se encuentra sola en casa sin apoyo alguno y sin saber si lo que le está pasando entra dentro de lo normal.

Y en el caso de las IVES  quirúrgicas, suponen un proceso invasivo que muchas veces no es fácil de afrontar.

 

 

En definitiva, estamos en un marco que predispone a que, una vez pasadas estas etapas, la mujer sea incapaz de “volver a su vida normal”.

Iniciamos así la última y no menos dolorosa etapa de la IVE: la gestión del dolor que todo este proceso puede haber implicado, la gestión de la pérdida, no sólo del futuro hijo, sino de la propia maternidad, y en muchos casos, de la propia autoestima como mujer.

 

Accede desde aquí al índice del curso y al resto de los temas.

Si te gustó el artículo, déjanos tu comentario abajo y/o comparte en las redes sociales. ¡Gracias!

 

Eva Puig

Experta en duelo gestacional y perinatal por la Escuela Stillbirth Support

Filosofa, investigadora y acompañante en duelos por aborto voluntario

Fundadora y Directora general en Proyecto Kora

 

 

Publicado en: Aborto provocado, Curso IVE: Duelo por aborto voluntario, Eva Puig, Formación on line, Nuestras alumnas, Saliendo del armario

03/04/2017 By Julia Bernal 4 comentarios

No llores. Ya tendrás otro. La vida sigue

 

No llores, ya tendrás otro, la vida sigue…

Una frase muy escuchada y que ha hecho y sigue haciendo mucho daño.

Una frase que con frecuencia tienen que escuchar las mujeres/madres que pierden a un hijo:

No llores, eres joven ya tendrás otro, te dicen en el hospital…

No llores, ya tendrás otro, solo eran”x” semanas mejor así…

Una de tantas frases que se dicen sin pensar y que sin duda que no alivian ni mitigan el dolor, sino que hieren mucho, en un momento tal vulnerable en el que todo te molesta, en el que te duele el cuerpo, te duele el alma y en el que en ocasiones no quieres ni vivir…

En ese preciso momento en el que lo que necesitas es llorar, gritar y sacar toda la rabia que hay en ti, y de nuevo te dicen cómo debes actuar, cómo debes manejar tus sentimientos, tu dolor, sin tan siquiera preguntarte ¿cómo estás o cómo te sientes? ¿Qué puedo hacer por ti?

En este preciso momento si en lugar de perder a un hijo hubiera perdido a mi pareja

¿Me dirías lo mismo? ¿Reaccionarías de la misma forma quitándole importancia a mi dolor?

Sin duda la frase desde esta perspectiva es diferente pero el significado es el mismo.

Necesitas llorar la pérdida de tu ser querido sea tu hijo, tu pareja o tu mascota y nadie puede arrebatarte tu derecho a dejar salir tus sentimientos, a dejar salir tu dolor y a vivir tu duelo si así tu lo deseas…

No llores, ya tendrás otro, la vida sigue

Pero no para ti, para ti se ha parado, tu mundo se ha derrumbado, se ha roto en mil pedazos y necesitas resurgir de entre las cenizas como el Ave Fénix.

Pero primero tienes que sanar tus heridas, ponerte fuerte para reemprender el vuelo porque tus alas no están listas para volar de nuevo.

No llores, ya tendrás otro, la vida sigue

Si para el resto del mundo que no ha sentido ni ha visto a ese bebé dentro de ti como lo has sentido o lo has visto tu…

Todas tus ilusiones, sueños rotos y sin rumbo, como si la brújula que te guiaba en el camino no fuera capaz de mostrarte el norte para seguir tu ruta y ahora te sientes perdida, frágil, vulnerable…

No llores, ya tendrás otro, la vida sigue

Y sin duda así será cuando estés preparada para ello, sin prisa, a tu ritmo, como tu lo necesites, respetando tu espacio y tu dolor.

Un día encontraras la luz la final del túnel aunque ahora solo veas oscuridad.

Será un camino de transformación personal único

En el que muchas de las cosas que ahora te producen dolor se transformarán en amor hacia ti, hacia tu hijo y podrás recordarlo sin ese dolor punzante, podrás recordarlo sin llorar de tristeza, podrás volver a sonreír, podrás volver a tener ilusión por ser mamá de nuevo y sin duda este camino y este aprendizaje te acompañará siempre.

Julia Bernal es Técnico en cuidados auxiliares en enfermería y Asesora Stillbirth Support.
Es Instructora de porteo, Asesora de lactancia, Orientadora en círculos maternales y en constante formación y actualización.
Creadora de Crianza y Contacto Emocional, un espacio dedicado a nuevas ma-paternidades tras el duelo.
Autora del libro “Antes de ser madre. Lo que nadie te explicó sobre la maternidad” y “Porteo en Situaciones Especiales: Una crianza en brazos sí es posible”.

Publicado en: Asesoras Stillbirth Support, Duelo gestacional y perinatal, General, Julia Bernal, Saliendo del armario Etiquetado como: duelo gestacional y perinatal, Julia Bernal, sanar el duelo

28/03/2017 By Lily 2 comentarios

Aún no he superado mi duelo, ¿podré ayudar a otras?

 

¿Cómo puedo YO, que aún arrastro TANTO DOLOR, ayudar a otras a limpiar el suyo?

 

Esta es una pregunta que se repite a menudo en las sesiones privadas gratuitas que tengo el placer de proporcionar a las Mujeres que quieren entrar en la Escuela Stillbirth Support y tengo que decir que ESTA era MI DUDA cuando empecé trabajando en la Escuela, al lado de Mónica, Julia y Mireia.

 

Como si el duelo fuera una carrera, fuera una escala de 1 a 10, fuera un camino lineal, tuviera un PUNTO de LLEGADA.

Como si alguien pudiera decir “He superado mi duelo”.

Qué ego tenía al pensar esto, creer que podría decir un día “He GANADO mi duelo”.

Con los años me he dado cuenta que un duelo NO se gana, un duelo NO se vence.

Un duelo se TRANSITA.

Un duelo es CÍCLICO.

El dolor persiste y se agudiza en fechas determinadas, un duelo NUNCA nos abandona.

Lo que SÍ podemos hacer es aprender a verlo con MEJORES OJOS, aprender a CONVIVIR con él, aprender a recoger nuestros pedazos y crear con ellos una Persona NUEVA.

 

Aprender del DOLOR, aprender a seguir caminando A PESAR del dolor.

Sí, porque cuando pierdes tu hijo te gustaría acompañarle y morirte, pero NO, no te mueres.

Tienes que seguir caminando en un camino de DOLOR, yermo, sin vida… Y poco a poco, con el tiempo, te vas dando cuenta que en ese camino empiezan a nacer brotes, pequeñas flores, solo atisbos de una primavera que aún es lejana pero que percibes en el aire.

Y como esa primavera llega tarde o temprano, cuando empiezas a ver las flores abrirse a tu camino, cuando empiezas a poder seguir caminando con tu duelo a cuestas, gira la rueda de nuevo, vuelve el ciclo, vuelven las fechas que te recuerdan tu dolor y vuelves a caminar en el vacío.

 

Pero SABES que volverá la primavera

Sabes que una vez más saldrás de tu dolor para ver nuevas flores, para ver el grandísimo camino interno que has recorrido, un camino hecho de limpiezas de culpas, un camino de perdón, de lagrimas sanadoras.

Un año más, un ciclo más, y otro y otro y podrás disfrutar siempre más de esa primavera y al final enfrentarás el dolor cíclico con el ojo y el corazón puestos en el renacimiento.

 

Así que, contestando a tu pregunta: “Todavía no he superado mi duelo, ¿podré ayuda a otras?”

Te voy a decir que NUNCA podrás “superarlo”, lo que podrás es APRENDER a VIVIR con él, aprender a conocerle y a no tenerle miedo, a no permitirle que te hunda demasiado.

Claro que podrás ayudar, ayudar a esa madre a atisbar los brotes que salen en su camino, claro que podrás ayudarla a convivir con su duelo, claro que podrás ayudarla a sanar.

Sobre todo si te has formado antes, te has informado y transformado en ese camino.

Esto es lo único que se te pide.

Porque necesitas nutrirte tú antes para poder nutrir a otra persona.

Porque formarse también es transitar.

Transitar tu propio duelo dejándote acompañar, cuidar, sanar.

Es importante que tengas sanadas tus heridas para poder dedicarte a sanar las otras.

Si tú no has sanado, si no te has nutrido, poco vas a poder hacer por otra persona.

A partir de ahí, tu camino está abierto.

 

Y ayudar a otras a transitar su duelo es sanador TAMBIÉN para TI

Ayudando a esa madre a ver que un renacimiento es posible podrás reconfirmar en ti misma la existencia de ese renacimiento, podrás dar más importancia a tu propio renacimiento.

Porque en el duelo NO hay ganadores, TODAS empezamos con el mismo dolor y vamos viviendo el ciclo vida-muerte-vida todos los años.

Lo que podemos hacer es transitarlo ACOMPAÑADAS, lo que podemos hacer es AYUDARNOS en el camino, APOYÁRNOS la una a la otra para que sea más llevadero para TODAS.

Para que TODAS seamos conscientes de que más allá del DUELO brotan flores.

Lily Yuste

Coach de maternidad

Asesora Stillbirth Support y coordinadora de círculos de mamás en duelo

Docente en la Escuela Stillbirth Support

Publicado en: Asesoras Stillbirth Support, Formación on line, Lily Yuste Etiquetado como: Lily Yuste

21/03/2017 By Monica 20 comentarios

Marzo, la vida, la muerte y un montón de aniversarios

 

Marzo es un mes muy importante para mí. 

En él se reúnen unos cuantos aniversarios que han marcado mi vida totalmente.

Hoy quiero hacerles un pequeño homenaje a todos ellos.

 

1 de marzo: Mi cumpleaños.

Efectivamente, es el aniversario que más ha marcado mi vida porque es el día en el que nací. Pero también es el día en el que debería haber nacido mi hermana gemela, un duelo extraño que he llevado conmigo toda la vida. Y digo extraño, porque ni siquiera sabía que existía. Mi madre nunca pensó que podría llevar dentro dos bebés, en aquellos tiempos no se hacían ecografías.

Sin embargo, escribiendo precisamente el capítulo de El gemelo evanescente del libro “Las voces olvidadas” algo se removió en mí y empezó a resonar.

Lo cierto es que a día de hoy no tengo pruebas fehacientes de que haya podido tener una hermana gemela.

Pero lo cierto es que en el momento en que lo acepté como posible, se pusieron en su sitio muchos aspectos de mi vida que no comprendía o que me costaba aceptar: mi eterna soledad, mi necesidad de contar siempre con otra persona para mis proyectos, la falta de alguien más que ni sabía quién era…

Cuando lo descubrí y lo acepté, pude sentir que no necesitaba buscar afuera a alguien que siempre ha estado conmigo, acompañándome y añadiendo brillo a mi vida.

No sé cómo se hubiera llamado. Sólo sé que muchas veces en mi vida, a lo largo de los años, diferentes personas, me han confundido de nombre y me han llamado Sonia.

¿Casualidad?

No lo sé.

Pero adopto ese nombre para mi hermana.

Y hoy lo hago público desde aquí.

 

12 marzo: Recordatorio del gemelo de Ethan.

Es el día en que Ethan cumple años +6 meses. Y por supuesto, su hermano gemelo, el que nos dejó siendo tan chiquito, también los habría cumplido.

Tal vez si no hubiera más fechas alrededor no le daría mayor importancia. Pero al estar tan rodeada, la apunto también, como una más.

Un duelo gemelar es complicado, por toda la ambivalencia que implica.

Y por el desconocimiento, el tabú y las leyendas urbanas que existen aún sobre el duelo, que impiden que se pueda transitar correctamente.

O más bien, que impidan que la madre sepa que tiene derecho a elaborar el duelo por su hijo muerto, el que le falta.

Del que siempre podrá ver un atisbo en el rostro del pequeño que se duerme en tus brazos.

Como esos sueños de los que te despiertas cuando por fin has conseguido abrazar a la persona querida.

 

14 marzo: 4º Aniversario de la muerte de mi padre.

Mi aita se fue hace cuatro años, con 92 bien vividos, rodeado y acompañado de quienes le queríamos.

Es un duelo agridulce porque para cuando murió ya tenía mi “músculo del duelo” bien entrenado y no me costó mucho aceptarlo. Le echo de menos, pero no es un dolor lacerante como el que sentí por mi madre que se fue relativamente tan joven.

Sin embargo, aunque sé esto, también tengo una pequeña sensación de culpa, como si el hecho de aceptar supusiera que “no me duele lo suficiente”, como si no le quisiera tanto.

Esto es algo que me estoy dando cuenta ahora mismo que escribo. Me pasa también con el gemelo de Ethan, algún día escribiré sobre ello.

El caso es que la culpa no es algo que quiera para mí en mi vida, así que me apunto trabajarme ya ese aspecto del duelo por mi padre.

Claro que le quiero y le echo mucho de menos. Mi padre ha sido para mí durante muchos años una de las dos personas más importantes de mi vida. Y lo sigue siendo.

Te quiero papá.

 

17 de marzo: 11º cumpleaños de Hebe.

Mi primera estrellita se fue hace 12 años. Y este mes de marzo hubiera cumplido 11.

Su cumpleaños siempre es una fecha muy especial para mí.

Hace unos años Dunia y Ariel fueron invitadas al cumple de la sobrina de una conocida que había nacido precisamente el 17 de marzo de 2005, fue un día muy especial.

Conocemos también a otra niña, sobrina de otras dos personas muy queridas, en cuya boda, cuando fuimos a sacar la foto con los novios, con Dunia en brazos que era pequeñita, se escapó de la mano de su madre y se puso con nosotros para la foto. Y nadie consiguió moverla de allí. Nos sacamos la foto con los novios y con esa niña que había nacido el mismo día en que salía de cuentas embarazada de Hebe.

La foto que he puesto arriba del todo, es de una fofucha que me hizo una amiga artesana.

Hebe, que se fue midiendo apenas 2 cm, que la tuve “durmiendo” en una pequeña jabonera, despidiéndome de ella, hasta que me sentí con fuerza para dejarla ir.

 

Sin fecha concreta: Brida

Brida ha sido un duelo no aceptado durante muchos años en mi vida.

Tenía un pequeño retraso y una cita ginecológica para hacerme una eco.

Había sangrado un poco, como un inicio de regla, pero duró un día solamente.

Me aseguraron que, en caso de estar embarazada, no era peligroso.

El problema fue que la eco fue vaginal, y no sólo eso, sino que la doctora se ensañó con el aparato, porque encontró miomas y no veía bien.

Yo, que entonces no sabía mucho cómo era esto de las ecografías, pensaba seriamente que habría entrado con el mango hasta el útero, por el esfuerzo que hizo ella, y lo que me dolió a mí.

El caso es que salí de allí con un dolor sordo en el vientre y el sangrado regresó.

Al cabo de dos días recogí con el papel de baño una pequeña bolita, como un chicle.

Un “aborto”, me dijeron.

Llevábamos un año buscando un embarazo que no venía. Y cuando llegó se lo llevó por delante una doctora con demasiado celo profesional.

He tardado años en mirar de frente este duelo y aceptarlo.

Anoche cuando mis hijos preguntaron si entonces ellos eran cinco, yo contesté que eran seis.

Nos ha falta Brida en el cuadro familiar.

Pero ya estás aquí. Para quedarte.

 

31 de marzo de 1071: Conocí a mi mamá.

Nací ochomesina y con graves problemas respiratorios.

Me llevaron a la incubadora y luego a un nido. Los padres sólo podían vernos a través del cristal que lo separaba de la sala de visitas.

Con apenas un mes me llevaron por fin a casa.

A día de hoy pienso en lo que me ha podido condicionar la vida el haber estado separada tantos días de mi madre siendo un bebé. En privación emocional total.

Mi madre iba a verme y preguntaba a las enfermeras que por qué tenía la cara toda arañada y le decía que “porque es muy mala y llora mucho”.

Y a mí me duele el corazón.

En parte he podido sanar esta herida con mis hijos.

Cuando nació Ariel y a mí me llevaron a la UCI y Santi pidió el alta voluntaria en neonatos para la niña y se la llevó a casa con los abuelos, los tíos y su hermana.

Cuando nació Ethan y, estando perfectamente, por un absurdo protocolo querían dejarlo en neonatos las seis semanas que le faltaban para haber nacido. También nos lo llevamos con un alta voluntaria después de darle una clase al director de Neonatología sobre método canguro, lactancia en tandem y cuidados reales del recién nacido.

Sin embargo siento que quedan cositas por sanar que tendré que ir limpiando poco a poco.

 

También he florecido en marzo

Y muchos y buenos proyectos han prospera en este mes en el que la imagen de la muerte que es el invierno le cede el paso a la imagen de la vida que es la primavera.

 

2005: Comienzo a trabajar con madres en duelo.

Era semana santa y mientras en la red todo el mundo andaba de vacaciones yo buscaba un servidor para alojar el primer foro exclusivo para madres en duelo: Superando un aborto.

Un foro al que aún acuden madres en busca de una tribu en la que sanar sus heridas.

Junto con M. Àngels Claramunt, doula,  y más tarde con Cristina Silvente, psicóloga, dimos forma al inicio de este proyecto tan importante que tantos frutos ha dado.

De lo aprendido aquí han salido proyectos tan importantes como los libros publicados y todo lo que he hecho después sobre duelo.

 

2011: Inicio de esta web.

Concretamente, el día 15 se publicaba el primer artículo.

Fue un gran paso, el comenzar a recopilar artículos e información, para que cualquier persona en la red pudiera tener acceso a ella.

En un momento en el que el duelo y la pérdida seguían siendo grandes tabúes.

Cuando se comenzaba a hablar de duelo en algunos blogs de la blogosfera maternal.

Mientras muchas madres empezaban a buscar información para vivir de otra manera aquello que les estaba ocurriendo.

Cuando la “pérdida gestacional” no era más que un aborto. Algo de lo que había que deshacerse corriendo y pasar página.

Yo acuñé el término “duelo gestacional y perinatal”, un término mucho más amable con todos, que hoy en día está completamente integrado en la forma de hablar y aceptado como término cotidiano al hablar de estas pérdidas.

Un pequeño paso y una gran acción que ha determinado la vida de muchas mujeres.

 

2012: Creación de la comunidad de duelo.

Aunque no se dio conocer hasta abril, fue a lo largo del mes de marzo que preparé todo para acoger a las primeras mujeres que apostaron por conocer el duelo desde una perspectiva profesional.

Y comencé a crear el material que luego se ha convertido en el curso Abordaje sistémico del duelo, que forma parte del Programa Asesoras Stillbirth Support.

 

Un programa que está transformando la vida de muchas personas, profesionales que, a su vez, llegarán a muchas madres, transformando sus caminos de lágrimas invernales en caminos de flores, luz y sol de primavera.

Estamos de promoción ahora mismo ya de la 7ª edición del programa.

No me voy a extender ahora en esto, pero puedes darte de alta en nuestra lista de correo y ver por dentro cómo es el programa y una pequeña parte de los contenidos que ofrecemos.

 

Este es mi mes de marzo.

Y éste, el artículo más íntimo y personal que he escrito nunca.

Un mes sin duda de luces y sombras. De paso de invierno a primavera que alegra y fortalece el alma como el sol que nos calienta la espalda.

Espero no haberte aburrido.

Si quieres dejarme algún comentario abajo, me hará mucha ilusión.

Un abrazo de luz:

Mónica Álvarez

Psicóloga, N-01500, Terapeuta de pareja y familia

Directora de la Escuela Stillbirth Support

 

Publicado en: Duelo gestacional y perinatal, Gemelo solitario, Hablan las madres, Saliendo del armario, Testimonios Etiquetado como: aniversarios, marzo

17/03/2017 By Monica Deja un comentario

Tema 1. IVE: Proceso y tabúes sociales

 

Comenzamos dando voz a las mujeres que un día se encontraron enfrentando un proceso de IVE.

Te traigo casos reales bajo nombre supuesto.

 

Anna.

Hace años que interrumpió su embarazo. Me escribe: “Recuerdo perfectamente ese día (…) Hace 13 años. No me reconozco en esa persona. No la puedo perdonar. Me doy asco. (…) Ni mi madre ni mi pareja me apoyaron para que tuviera el hijo. Hoy tengo 2 niños y formo parte de un grupo de crianza con apego. Somos muy amigas. Ninguna sabe de mi pasado. Tengo miedo de que si saben  lo que hice me juzguen y no me comprendan. De hecho siento que la gente en general no me conoce si no saben esa parte de mi. Nadie me conoce de verdad”

 

Patricia.

Hace 9 años que interrumpió su embarazo. Asistió a uno de mis talleres que se realizaba en un tercer piso. En vez de subir por el ascensor, subió a pie porque en cada rellano se planteaba la posibilidad de dar media vuelta e irse. Casi no podía hablar al principio, pero durante el taller pudo empezar a relatar su historia.

 

Gloria.

Vino a una charla y justo estaba en pleno proceso de pérdida producida de forma farmacológica. Tenía unos 25-28 años. Su decisión había sido meditada y responsable. Aún así, se pasaba el día llorando y estaba muy afectada. No entendía por qué, si nadie la había obligado.

 

Carmen.

Doula, se dedica al acompañamiento a mujeres embarazadas y es madre de 2 niños preciosos. Me contacta por messenger diciéndome que hace años interrumpió su embarazo  y que considera que eso le hizo cambiar radicalmente el rumbo de su vida y que por eso ahora se dedica a lo que se dedica. De todos modos, nunca lo habló con nadie.

 

Geni. 

Hace muchos años trabajamos  juntas en un bar durante el verano.Era una chica de familia muy católica, que hacía poco había interrumpido su embarazo. Estaba absolutamente afectada  y al mínimo comentario se desmoronaba. Otra compañera de trabajo, que un día la vio llorar y sabía  lo sucedido comentó, en tono frío: “No sé por qué llora, si al final lo eligió ella.”

 

Lidia.

Psicóloga. Nos conocemos del barrio del pueblo. Un día me pregunta en qué trabajo. Cuando le respondo, simplemente me mira en silencio como quien no entiende. Meses más tarde me vuelve a preguntar y le vuelvo a responder. De repente me dice, como muy indignada: “Pero…no entiendo…¿Tanto cuesta “esto”? ¡Si se tiene claro! “

 

Natalia.

Asistente social social y psicóloga. Me contacta porque se encuentra muchos casos de mujeres que han abortado y no tiene información sobre cómo gestionar el tema.

 

Y podríamos seguir.

Con un largo etcétera de casos en los que, a simple vista, una se da cuenta de que algo anda mal.

Algo anda mal a nivel social porque dos son las constantes en todos estos casos:

  • la absoluta desinformación a nivel individual y a nivel social de lo que es una IVE
  • y el terrible silencio que envuelve toda este tema.

 

La primera cuestión que debemos abordar para entender el dolor que puede acarrear una IVE es que ésta no es un acto sino un proceso sumamente complejo que toca muchas variables y no pocos tabúes.

 

IVE: El proceso.

Existe esta idea absurda de pensar que una IVE es simplemente el hecho médico de interrumpir tu embarazo.

Sin un antes, y por supuesto, sin un después.

Que se trata de una decisión como cualquier otra en donde se evalúan los pros y los contras de manera racional y que una vez ejecutada la persona vuelve a su vida normal.

 

Pongamos ahora el ejemplo de otro proceso parecido pero que no toca tantos tabús como la IVE: El divorcio.

Mucha gente puede entender que el dolor que pueda dejar una ruptura dependerá de muchos factores:

  • de las circunstancias que llevaron a ella,
  • del acuerdo o desacuerdo de las partes,
  • de sus creencias sobre el matrimonio,
  • de su entorno familiar
  • de su entorno social y cultural más amplio.

Viendo todo esto, podemos entender que hay gente que se separará y para ellos supondrá un alivio y una liberación, pero habrá una inmensa mayoría que sí, aunque aliviados y liberados, lo pasarán mal un tiempo.

Vivirán la separación como un fracaso del proyecto personal en común y como una pérdida y tendrán que volver, no a como era su vida antes de estar con esta pareja, sino a rehacer su vida desde ese punto tal y como la dejó los restos del naufragio matrimonial.

Ahora imaginemos que digan a una de estas personas que lo están pasando mal: “No entiendo por qué estás así, si tú elegiste separarte”.

De hecho, es algo que nos cuesta imaginar, pero la mujer que debe afrontar una IVE a menudo silenciará su dolor, entre muchas otras razones, porque se encuentra con un muro de cero empatía social.

 

La IVE es un proceso con distintas etapas

Y dependiendo de cómo se vivan cada una de ellas tendremos que hablar de dolor ante una pérdida y por lo tanto de cómo gestionar ese duelo.

Dichas etapas son:

  1. Pre-etapa o causas que llevan al embarazo no deseado o inoportuno
  2. Toma de decisión
  3. IVE médica (farmacológica o quirúrgica)
  4. Duelo gestacional.

 

Es un proceso que  va a implicar a la mujer en toda su integridad:
  1. Yo físico: El cuerpo de la mujer.
  2. Yo emocional: Todas las emociones que  va a sentir durante el proceso.
  3. Yo mental: toda la evaluación de pros y contras.
  4. Yo espiritual: podemos entender por yo espiritual la dimensión ética de la mujer o el conjunto de creencias últimas sobre Dios, el sentido de la vida…También se puede entender como ese ámbito de silencio y conciencia que es amor y que nos habita y con el que tal vez no tengamos conexión alguna, llámese alma o espíritu.

 

 Es un proceso que va a interpelar directamente a las circunstancias de la mujer.
  1. Su entorno más cercano, familiar y de amistades.
  2. Su entorno social más amplio y todos los tabús que en ese cuerpo social existen sobre la IVE
  3. La legalidad vigente en su país sobre este tema.

 

Os adjunto un cuadro que deja muy claro la complejidad extrema del proceso de la IVE (extrema porque toca muchas dimensiones de nuestra vida):

 

 

 

 

 

 

La IVE se nos revela por lo tanto como un proceso complejo en sí pero que además está rodeado de un halo de silencio: El ruido en torno a su dimensión ético-política, que a menudo es ensordecedor, sólo incrementa ese silencio alrededor de los temas fundamentales que toca.

¿Por qué ese silencio? Tenemos que entender que el aborto voluntario es un tema tabú porque está él mismo transido de temas tabús. Tabú no es sólo lo prohibido, sino aquello de lo que ni siquiera se puede hablar.

 

IVE: Los tabúes.

La muerte.

Vivimos en una sociedad donde la muerte es silenciada y vivida como un fracaso.

En la interrupción voluntaria del embarazo se da de la mano la muerte y el inicio de la vida con toda su fragilidad.

Nos sabemos muy bien cuál es la frontera entre una y la otra pero tomar esta decisión nos confronta con ese “nunca más” que caracteriza el límite final que es la muerte.

Nos va a confrontar también con el dilema ético de dónde empieza la vida que podamos llamar humana, cuestión que, como veremos más adelante, es un tema de principios y creencias, es una pregunta cuya respuesta no nos la dará nunca la ciencia, sino que tendremos que responderla desde la filosofía, la religión o la espiritualidad.

La maternidad.

A pesar de que se ha hecho mucho para desidentificar el arquetipo de mujer como madre (ser-mujer era ante todo, en un pasado no tan lejano,  ser-madre ), sigue subsistiendo en todo el inconsciente social una idealización de la maternidad. Abortar te va a confrontar con ese subconsciente y con la maternidad de una manera radical.

 

La libertad y la libertad del propio cuerpo de mujer.

Aún es debate en no pocos países, incluso donde la IVE es legal, el tema de la libertad sobre el propio cuerpo de mujer. La interrupción voluntaria del embarazo va a cuestionarte directamente sobre este punto: ¿dónde empieza mi libertad y donde termina? ¿Puede el Estado legislar sobre mi propio cuerpo? Y más allá de eso… ¿Qué sabes tú sobre tu propio cuerpo de mujer? ¿Cómo te relacionas con él?

 

El dolor

Un mundo globalizado que busca la satisfacción inmediata y el éxito, no promueve herramientas para gestionar el dolor y transitarlo. Si esto es cierto en general, cuando nos enfrentamos a una IVE, se vuelve una realidad cotidiana. El dolor en todo caso se niega, y eso hará que se incremente el sufrimiento. Y si no se niega, a menudo la mujer que se halla en esta situación no tendrá herramientas personales ni sociales para gestionar dicho dolor (porque en general, la sociedad,va a desautorizarlo, como pasa en otros duelos gestacionales).

 

 

En resumen

En este tema, hemos visto los dos temas principales a los que debe enfrentar una mujer que se ve ante la difícil decisión de una IVE.

Que ante tantas cuestiones abiertas todas las simplificaciones resultan grotescas y dolorosas.

El mundo no está hecho de blanco y negro y cada persona es un sistema complejo de relaciones consigo mismo y el entorno.

 

Vamos a ver, en los siguientes artículos, paso a paso, cada una de las etapas del proceso de la IVE, empezando el mes que viene con la toma de decisiones.

Accede desde aquí al índice del curso y al resto de los temas.

 

Un saludo, de korazón con k!

Eva Puig

Experta en duelo gestacional y perinatal por la Escuela Stillbirth Support

Filosofa, investigadora y acompañante en duelos por aborto voluntario

Fundadora y Directora general en Proyecto Kora

 

 

Publicado en: Aborto provocado, Curso gratuito, Curso IVE: Duelo por aborto voluntario, Eva Puig

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