Comenzamos dando voz a las mujeres que un día se encontraron enfrentando un proceso de IVE.
Te traigo casos reales bajo nombre supuesto.
Anna.
Hace años que interrumpió su embarazo. Me escribe: “Recuerdo perfectamente ese día (…) Hace 13 años. No me reconozco en esa persona. No la puedo perdonar. Me doy asco. (…) Ni mi madre ni mi pareja me apoyaron para que tuviera el hijo. Hoy tengo 2 niños y formo parte de un grupo de crianza con apego. Somos muy amigas. Ninguna sabe de mi pasado. Tengo miedo de que si saben lo que hice me juzguen y no me comprendan. De hecho siento que la gente en general no me conoce si no saben esa parte de mi. Nadie me conoce de verdad”
Patricia.
Hace 9 años que interrumpió su embarazo. Asistió a uno de mis talleres que se realizaba en un tercer piso. En vez de subir por el ascensor, subió a pie porque en cada rellano se planteaba la posibilidad de dar media vuelta e irse. Casi no podía hablar al principio, pero durante el taller pudo empezar a relatar su historia.
Gloria.
Vino a una charla y justo estaba en pleno proceso de pérdida producida de forma farmacológica. Tenía unos 25-28 años. Su decisión había sido meditada y responsable. Aún así, se pasaba el día llorando y estaba muy afectada. No entendía por qué, si nadie la había obligado.
Carmen.
Doula, se dedica al acompañamiento a mujeres embarazadas y es madre de 2 niños preciosos. Me contacta por messenger diciéndome que hace años interrumpió su embarazo y que considera que eso le hizo cambiar radicalmente el rumbo de su vida y que por eso ahora se dedica a lo que se dedica. De todos modos, nunca lo habló con nadie.
Geni.
Hace muchos años trabajamos juntas en un bar durante el verano.Era una chica de familia muy católica, que hacía poco había interrumpido su embarazo. Estaba absolutamente afectada y al mínimo comentario se desmoronaba. Otra compañera de trabajo, que un día la vio llorar y sabía lo sucedido comentó, en tono frío: “No sé por qué llora, si al final lo eligió ella.”
Lidia.
Psicóloga. Nos conocemos del barrio del pueblo. Un día me pregunta en qué trabajo. Cuando le respondo, simplemente me mira en silencio como quien no entiende. Meses más tarde me vuelve a preguntar y le vuelvo a responder. De repente me dice, como muy indignada: “Pero…no entiendo…¿Tanto cuesta “esto”? ¡Si se tiene claro! “
Natalia.
Asistente social social y psicóloga. Me contacta porque se encuentra muchos casos de mujeres que han abortado y no tiene información sobre cómo gestionar el tema.
Y podríamos seguir.
Con un largo etcétera de casos en los que, a simple vista, una se da cuenta de que algo anda mal.
Algo anda mal a nivel social porque dos son las constantes en todos estos casos:
- la absoluta desinformación a nivel individual y a nivel social de lo que es una IVE
- y el terrible silencio que envuelve toda este tema.
La primera cuestión que debemos abordar para entender el dolor que puede acarrear una IVE es que ésta no es un acto sino un proceso sumamente complejo que toca muchas variables y no pocos tabúes.
IVE: El proceso.
Existe esta idea absurda de pensar que una IVE es simplemente el hecho médico de interrumpir tu embarazo.
Sin un antes, y por supuesto, sin un después.
Que se trata de una decisión como cualquier otra en donde se evalúan los pros y los contras de manera racional y que una vez ejecutada la persona vuelve a su vida normal.
Pongamos ahora el ejemplo de otro proceso parecido pero que no toca tantos tabús como la IVE: El divorcio.
Mucha gente puede entender que el dolor que pueda dejar una ruptura dependerá de muchos factores:
- de las circunstancias que llevaron a ella,
- del acuerdo o desacuerdo de las partes,
- de sus creencias sobre el matrimonio,
- de su entorno familiar
- de su entorno social y cultural más amplio.
Viendo todo esto, podemos entender que hay gente que se separará y para ellos supondrá un alivio y una liberación, pero habrá una inmensa mayoría que sí, aunque aliviados y liberados, lo pasarán mal un tiempo.
Vivirán la separación como un fracaso del proyecto personal en común y como una pérdida y tendrán que volver, no a como era su vida antes de estar con esta pareja, sino a rehacer su vida desde ese punto tal y como la dejó los restos del naufragio matrimonial.
Ahora imaginemos que digan a una de estas personas que lo están pasando mal: “No entiendo por qué estás así, si tú elegiste separarte”.
De hecho, es algo que nos cuesta imaginar, pero la mujer que debe afrontar una IVE a menudo silenciará su dolor, entre muchas otras razones, porque se encuentra con un muro de cero empatía social.
La IVE es un proceso con distintas etapas
Y dependiendo de cómo se vivan cada una de ellas tendremos que hablar de dolor ante una pérdida y por lo tanto de cómo gestionar ese duelo.
Dichas etapas son:
- Pre-etapa o causas que llevan al embarazo no deseado o inoportuno
- Toma de decisión
- IVE médica (farmacológica o quirúrgica)
- Duelo gestacional.
Es un proceso que va a implicar a la mujer en toda su integridad:
- Yo físico: El cuerpo de la mujer.
- Yo emocional: Todas las emociones que va a sentir durante el proceso.
- Yo mental: toda la evaluación de pros y contras.
- Yo espiritual: podemos entender por yo espiritual la dimensión ética de la mujer o el conjunto de creencias últimas sobre Dios, el sentido de la vida…También se puede entender como ese ámbito de silencio y conciencia que es amor y que nos habita y con el que tal vez no tengamos conexión alguna, llámese alma o espíritu.
Es un proceso que va a interpelar directamente a las circunstancias de la mujer.
- Su entorno más cercano, familiar y de amistades.
- Su entorno social más amplio y todos los tabús que en ese cuerpo social existen sobre la IVE
- La legalidad vigente en su país sobre este tema.
Os adjunto un cuadro que deja muy claro la complejidad extrema del proceso de la IVE (extrema porque toca muchas dimensiones de nuestra vida):
La IVE se nos revela por lo tanto como un proceso complejo en sí pero que además está rodeado de un halo de silencio: El ruido en torno a su dimensión ético-política, que a menudo es ensordecedor, sólo incrementa ese silencio alrededor de los temas fundamentales que toca.
¿Por qué ese silencio? Tenemos que entender que el aborto voluntario es un tema tabú porque está él mismo transido de temas tabús. Tabú no es sólo lo prohibido, sino aquello de lo que ni siquiera se puede hablar.
IVE: Los tabúes.
La muerte.
Vivimos en una sociedad donde la muerte es silenciada y vivida como un fracaso.
En la interrupción voluntaria del embarazo se da de la mano la muerte y el inicio de la vida con toda su fragilidad.
Nos sabemos muy bien cuál es la frontera entre una y la otra pero tomar esta decisión nos confronta con ese “nunca más” que caracteriza el límite final que es la muerte.
Nos va a confrontar también con el dilema ético de dónde empieza la vida que podamos llamar humana, cuestión que, como veremos más adelante, es un tema de principios y creencias, es una pregunta cuya respuesta no nos la dará nunca la ciencia, sino que tendremos que responderla desde la filosofía, la religión o la espiritualidad.
La maternidad.
A pesar de que se ha hecho mucho para desidentificar el arquetipo de mujer como madre (ser-mujer era ante todo, en un pasado no tan lejano, ser-madre ), sigue subsistiendo en todo el inconsciente social una idealización de la maternidad. Abortar te va a confrontar con ese subconsciente y con la maternidad de una manera radical.
La libertad y la libertad del propio cuerpo de mujer.
Aún es debate en no pocos países, incluso donde la IVE es legal, el tema de la libertad sobre el propio cuerpo de mujer. La interrupción voluntaria del embarazo va a cuestionarte directamente sobre este punto: ¿dónde empieza mi libertad y donde termina? ¿Puede el Estado legislar sobre mi propio cuerpo? Y más allá de eso… ¿Qué sabes tú sobre tu propio cuerpo de mujer? ¿Cómo te relacionas con él?
El dolor
Un mundo globalizado que busca la satisfacción inmediata y el éxito, no promueve herramientas para gestionar el dolor y transitarlo. Si esto es cierto en general, cuando nos enfrentamos a una IVE, se vuelve una realidad cotidiana. El dolor en todo caso se niega, y eso hará que se incremente el sufrimiento. Y si no se niega, a menudo la mujer que se halla en esta situación no tendrá herramientas personales ni sociales para gestionar dicho dolor (porque en general, la sociedad,va a desautorizarlo, como pasa en otros duelos gestacionales).
En resumen
En este tema, hemos visto los dos temas principales a los que debe enfrentar una mujer que se ve ante la difícil decisión de una IVE.
Que ante tantas cuestiones abiertas todas las simplificaciones resultan grotescas y dolorosas.
El mundo no está hecho de blanco y negro y cada persona es un sistema complejo de relaciones consigo mismo y el entorno.
Vamos a ver, en los siguientes artículos, paso a paso, cada una de las etapas del proceso de la IVE, empezando el mes que viene con la toma de decisiones.
Accede desde aquí al índice del curso y al resto de los temas.
Un saludo, de korazón con k!
Eva Puig
Experta en duelo gestacional y perinatal por la Escuela Stillbirth Support
Filosofa, investigadora y acompañante en duelos por aborto voluntario
Fundadora y Directora general en Proyecto Kora
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