“Un clavo saca otro clavo” es sin duda una de las frases más escuchadas cuando se está dentro de un proceso de pérdida.
Algo que en muchos aspectos de nuestra vida no es así y en el duelo gestacional y perinatal tampoco lo es.
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La experiencia lo confirma.
O más bien los casos reales que llegan a nosotras en los que los padres nos cuentan sentimientos y emociones que hablan por sí solos.
Todavía hay profesionales sin formación en duelo gestacional y perinatal cuya recomendación sería precisamente que volvieran a buscar un nuevo embarazo lo antes posible de forma que el dolor se enmascare con una falsa felicidad.
El problema en estos casos es cuando con toda la ilusión del mundo dentro de la vorágine vivida se busca un nuevo embarazo y nos quedamos embarazadas y en cualquier momento de la gestación ser repite la historia, ¿entonces quien está ahí para apoyarte?
Pienso concretamente en un caso que hace poco me compartieron unos papás en el que precisamente fue su psicóloga quien les recomendó un nuevo embarazo que finalizó en la semana 12 y de nuevo el dolor apareció en sus vidas, de nuevo revivieron emociones y sentimientos de esa herida abierta que no habían dejado cicatrizar, esta vez por prescripción facultativa…
Un clavo no saca otro clavo
Hay que dejar que las heridas sanen, para ello como en cualquier caso es necesario un buen lavado de la herida con agua y jabón cuanto más natural mejor, después secarlo con una gasita dando unos pequeños toques sin presionar porque la zona está muy sensible, desinfectarlo, aplicar algún producto secante y si es necesario taparlo para que no se infecte.
Si esto lo extrapolamos al duelo es exactamente igual, necesito vivir mi duelo, transitar mi propio camino para aceptar un suceso tan duro y transformador como es la pérdida gestacional y perinatal.
Lo que me va a permitir afrontar con más fuerza y empoderamiento un nuevo embarazo con todas las emociones y cambios hormonales, con todos los miedos e inseguridades que aparecerán y que me atemorizarán…
Ante los que tendré que luchar y concentrarme para que no me ganen terreno e invadan mi mente y se apoderen de todo el trabajo de duelo que lleve realizado.
No es tarea fácil pero si es posible y es la meta alcanzar salir airosa como el Ave Fénix resurge de sus cenizas.
Por tanto un clavo no saca otro clavo.
Por mucho que nos quieran convencer, y nos lo pinten bonito.
El cuerpo y la mente necesitan un reajuste, necesitan tiempo para volver a estar preparados para dar vida, para formar un equipo empoderado y poder luchar ante las dificultades que se presenten en el camino hacia una nueva maternidad.
Un clavo no saca otro clavo y las pruebas (y la Vida) nos lo demuestran…
Julia Bernal
Auxiliar de enfermeria, Asesora Stillbirth Support e Instructora de porteo
Docente en la Escuela Stillbirth Support