El verano pasado, escribiendo con mis compañeras el libro Las voces olvidadas hubo un apartado que nos dio “mucha guerra”. Comenzó siendo un subapartado dentro de un capítulo, pero al ir encontrando información, fue creciendo por sí solo y vimos que hubiera sido necesario dedicarle tal vez un capítulo entero, pero ya no nos daba tiempo a reestructurar todo el libro para hacerle sitio, y lo dejamos como está en el libro, dentro del apartado “Otros duelos además del duelo”, el titulado “El gemelo evanescente”.
Para mí ha sido un capítulo esclarecedor, pues al comenzar a investigar supuso para mí como un golpe de luz en mi propia psique. Por primera vez comprendí muchos sentimientos que me han acompañado siempre. Nunca sabré si tuve realmente o no un hermano gemelo conmigo que partió de nuevo a la luz tempranamente, pero me identifico completamente con las características que acompañan a las personas que así lo han vivido.
A través de un examen kinesiológico se reveló que efectivamente, así fue, tuve un hermano o hermana gemela conmigo al inicio de mi vida. De esto os hablaré otro día, porque si no me voy a alargar mucho y hoy quiero traeros el artículo que pegaré a continuación.
Ha querido la casualidad (esa que dicen que no existe) que este año al quedarme embarazada, en una eco en la semana 8 se viera que había dos sacos gestacionales en mi útero separados por un tabique, siendo uno de ellos del tiempo relativo a 5 semanas de gestación, y sin latido. Fue un shock, la verdad. No me lo esperaba para nada. Todo empezó como una broma “mira bien que mi primo ha tenido mellizos, a ver si va a haber dos…”. Y había dos… pero uno ya se había vuelto a su lugar hermoso.
Ahora estamos esperando a nuestros gemelo solitario. Nacerá a mediados de octubre. Espero saber transmitirle muchas cosas que tal vez necesite aprender en su vida, o que al menos no necesite 40 años de tránsito por llanuras desiertas para descubrirlo por sí mismo.
Bueno, todo esto viene porque a través del blog La Vida Intrauterina he descubierto este otro artículo que explica perfectamente todo lo que yo querría contaros sobre este tema. Otro día os hablaré de mí.
Lo podéis encontrar en http://www.peterbourquin.net/inicio/?p=331
Del gemelo muerto y del gemelo sobreviviente
La ciencia sabe desde hace décadas que entre un 10 % y un 20 % de los embarazos comienza como un embarazo múltiple, sobre todo de mellizos, pero también de gemelos, trillizos o cuatrillizos. Pero en Europa sólo uno de cada 100 partos acaba siendo de gemelos, aunque últimamente como consecuencia de la fertilización en Vitro ya nacen gemelos en uno de 50 partos en algunos países, entre ellos España. (En este articulo utilizaré la expresión “gemelo”, tanto cuando se trata de gemelos como de mellizos, e incluyendo también el sexo opuesto, las gemelas.) Esto significa que más que un 90 % de gemelos se pierden durante el embarazo. Como la constitución femenina esta diseñada para la gestación de un único bebe, a menudo la naturaleza sacrifica a algún feto para garantizar la supervivencia del otro. La mayoría se malogran antes de la décima semana, no dejando rastro alguno al ser el embrión reabsorbido por el útero materno. Entonces se habla del gemelo evanescente. En estos casos sólo una ecografía temprana podría mostrar sí al comienzo hubo un embarazo múltiple, aunque esto no siempre significa que el ginecólogo lo comunique a la embarazada. Para “no inquietarla de forma innecesaria” a veces se silencia que su embarazo fue originalmente un embarazo múltiple. La ecografía fue introducida en España en los años 70.
Cuanto más tiempo de gestación haya vivido más probable es que el gemelo muerto haya dejado alguna huella. A veces la comadrona encuentra después el parto del gemelo sobreviviente una placenta alargada o una segunda placenta, o un diminuto feto momificado y puede comentarlo a los padres. En algunos pocos casos uno de los gemelos muere solo unos días antes o durante el parto. Así que en ocasiones el hermano vivo sabe que tenía un gemelo que murió durante el embarazo, mientras que a menudo lo ignora.
Resumiendo esto significa que por lo menos una de cada diez personas empezó su vida acompañada por un gemelo o trillizos. Esto supone un grupo significativo de la población. Mientras lo dicho es un hecho científicamente conocido y comprobado, aunque poco conocido por el público, durante mucho tiempo se ignoró por completo que efectos podría tener esta pérdida para el gemelo sobreviviente. Solo en los últimos años han aparecido unas primeras investigaciones y publicaciones al respecto.
¿Que significa el hecho de ser un gemelo solitario?
Para un gemelo sobreviviente el vivenciar la muerte de su hermano durante el embarazo casi siempre es una fuerte experiencia traumática. Esta pérdida a menudo hace sombra a todo lo que le espera después en su vida. Parece ser una mera anécdota al comienzo de su camino y nada más, pero según mi experiencia no se puede subestimar la importancia de esta pérdida en la vida del gemelo solitario. Le determina en muchos aspectos. Hay que entender que para un gemelo la relación con su hermano es la primera relación de su vida, que viene incluso antes de la relación con su madre. La psicología prenatal subraya la suma importancia que tiene este hecho. Los recuerdos e improntas prenatales de un gemelo y de la experiencia de su primera relación son habitualmente de un profundo amor y de una cercanía tan intensa que se vive como una unión. A esto le sigue la muerte y la experiencia de la pérdida del gemelo, lo que, experimentado desde esta corta distancia, es realmente terrorífico y traumático, y le deja en estado de shock. Lo sorprendente es que las investigaciones muestran que estas tempranas improntas son determinantes para la vida del gemelo sobreviviente, incluso cuando la perdida del gemelo tuvo lugar en el primer trimestre de la gestación. Aunque el gemelo sobreviviente no es consciente de los recuerdos de su gemelo, estos forman la base de su guión de vida. A continuación voy a describir algunos de sus sentimientos y conductas más característicos:
Una consecuencia habitual es que el gemelo sobreviviente vive en una confusión. No tiene claro quien de los dos (o tres) es él: el vivo o el muerto. Por supuesto esto sucede en el profundo inconsciente. En un momento vital y activo, de golpe se puede sentir sin fuerza, solo y deprimido. Alterna entre los dos polos y siente por los dos. En consecuencia no se entiende a si mismo y tiene el sentimiento básico que es diferente que los demás.
Se podría decir que el gemelo vivo no quiere dejar a su hermano muerto solo, y le sigue amando y acompañando en su alma. Se parece al mito griego de los hermanos gemelos Hipnos y Thanatos, dioses del sueño y de la muerte, ambos hijos de la noche. También un proverbio alemán dice que el sueño es el hermano pequeño de la muerte. Una posible comprensión de este mito es que Thanatos se murió y que su hermano Hipnos se unió con el en sus sueños. De la misma forma el gemelo vivo sigue unido a su hermano muerto. Una vez adulto se siente algo distante de sus seres queridos, de su entorno y de la vida misma. Tiene un pie en la vida y el otro en la muerte. Algunos tienen una comprensión innata de la muerte que parece ser un viejo conocido a quien respetan y comprenden, pero que no les causa ningún miedo. Otros sienten una gran angustia con todo lo relacionado con la muerte. Algunos quieren morir, lo que se puede manifestar desde una tendencia depresiva, drogas, anorexia hasta conductas de riesgo o incluso suicidio. Todos tienen en común un sentimiento básico de tristeza o melancolía. A causa de su dolor y estado de shock nacen con un movimiento interrumpido hacia su madre.
Desde pequeño un gemelo solitario siente que alguien le falta, lo que le hace sentirse acompañado por una soledad aunque esté arropado por su familia. Puede que tenga un amigo invisible, o una muñeca que es de suma importancia para él. Se retira de forma intermitente a un mundo propio al que los demás no tienen acceso. Este sentimiento básico de soledad le acompañará también siendo adulto, igual que el sentimiento de estar incompleto. Algo o alguien le faltan. Puede que inicie una búsqueda de algo en su vida aunque no sepa lo que es. Esta búsqueda puede mostrarse de diferentes maneras: viajar por todo el mundo, estar inmerso en una búsqueda espiritual, querer encontrar la pareja ideal. Puede que uno sienta especial interés y atracción por gemelos. O que duplique ciertas posesiones comprando un par de todo sin saber porque.
Casi todos gemelos sobrevivientes se sienten profundamente culpables o hiperesponsables respecto a su entorno. Es un sentimiento básico sin que entiendan la causa. En su inconsciente ha quedado la idea de no haber hecho lo suficiente para salvar a su querido hermano, o incluso de haber causado su muerte. Es el sentimiento de la culpa del sobreviviente que luego se proyecta en todo lo demás. Un número significativo de los gemelos sobrevivientes trabaja en profesiones de ayuda, lo que tiene que ver tanto con su afán de salvar al otro, como con su capacidad empática, típica de un gemelo solitario. En su vida laboral a menudo trabajan por dos (o tres). Esto no quiere decir que se permitan disfrutar los frutos del éxito que para muchos de ellos es más bien pasajero, como algo que se gana y se pierde, lo que puede ser un patrón típico en su vida.
Un gemelo tiene un modelo de relación fundamentalmente diferente de la de un no gemelo. En pocas palabras se puede describir esta compleja realidad solo en unas pinceladas: un gemelo busca normalmente relaciones cercanas y profundas, mientras que las superficiales no le interesan. Esto incluye a menudo la necesidad de mucho contacto corporal. De esta forma revive su primera experiencia de relación que tuvo en el útero. A lo largo de la vida la relación de pareja es la que más se parece en su constante cercanía y su enfoque en el otro a una relación entre gemelos. Es más este sentimiento de “nosotros” lo que les hace sentirse bien. Pero una vez pasada la primera fase del enamoramiento es difícil para personas que no son gemelos soportar esta cercanía constante, porque necesitan más espacio propio donde poder sentirse a si mismos. El modelo de relación de una persona sin par se parece a las mareas, un movimiento rítmico de acercarse y retirarse, para estar con el otro y después de nuevo con uno mismo. Esta mas anclado en el sentimiento de “yo”. Estas diferencias hacen que no pocas relaciones entre gemelo y no gemelo se rompan con el tiempo.
Un gemelo solitario tiene dos formas bien distintas de vivir relaciones, aunque a menudo aparecen en una mezcla: se agarra a su pareja y teme la separación, por miedo a perder a su ser querido otra vez. Cada movimiento pendular de retirarse de su pareja lo vive como un abandono doloroso. A veces esto lo lleva a una actitud controladora o a sentir celos. Si por esta conducta su pareja se siente agobiada y se va, se repite para el gemelo solitario una vez más su vivencia inicial de la perdida y de la separación. Para él es una catástrofe que le hace sufrir muchísimo. Cualquier pérdida, desde una ruptura de una amistad hasta la muerte de una mascota, puede causarle un sufrimiento que le hunde durante un largo tiempo.
La otra forma es que huya de toda relación intima porque le dé pánico. No se atreve a amar porque lleva en su interior un profundo temor de que su gemelo le arrastrará hacia la muerte, o que no sobreviviera una nueva separación. En consecuencia le cuesta abrirse y entregarse realmente a cualquier relación amorosa más adelante en su vida. Siente que necesita una cierta distancia de seguridad aunque no entienda el porqué.
Sean cuales fueren las causas en un primer plano, es un hecho que los gemelos solitarios tienen menos hijos que otras personas. Aunque a veces lo anhelen tanto que parece una cuestión de vida o muerte. Siendo padres pueden tener un vínculo especial con uno de sus hijos, con quien experimentan una cercanía y unión que refleja la relación que tuvieron con su gemelo. Entonces les cuesta distinguir a su hijo y su gemelo emocionalmente. En algunos casos en lugar de tener hijos tienen una mascota que llevan muy de cerca, por ejemplo un pequeño perrito que siempre tienen en el regazo o sujetan en el brazo.
¿Como saberlo?
Aparte de los indicios indicadores que se muestran en los sentimientos básicos, la vivencia interna y el comportamiento de la persona en cuestión, nombrados anteriormente, también hay indicadores biológicos que muestran si una persona es un gemelo sobreviviente o no. Los principales son:
- Embarazo a través de fecundación en Vitro
- una ecografía que muestra un embarazo múltiple
- una fuerte perdida de sangre vaginal en el primer trimestre del embarazo
- una segunda placenta, o una placenta de forma inusual
- un diminuto feto momificado (llamado feto papírico)
- un parto de un gemelo muerto
- un teratoma que contiene material orgánico como hueso, dientes o cabello
- órganos duplicados como un doble útero, etc. o dedos extras (también pueden tener una causa diferente)
- otros gemelos en la familia (esto muestra una probabilidad genética)
Solo ocasionalmente se dan estas pistas biológicas. Y cuando el gemelo se fue durante el primer trimestre del embarazo, como es el caso en la gran mayoría de los gemelos solitarios, entonces la madre normalmente no sabe si hubo un embarazo múltiple. Pero mientras que los indicadores biológicos hablan con claridad, hay que ver el conjunto de los otros indicadores para saber si una persona es un gemelo solitario. Como lamentablemente en muchos casos falta la información sobre las circunstancias del embarazo y parto, y en consecuencia no es posible llegar a un diagnostico claro por esta vía, puede ser de ayuda considerar la posibilidad de ser un gemelo solitario cuando uno se reconoce en la mayoría de los nombrados sentimientos básicos y actitudes. Muchos de ellos por sí solos pueden también tener otras causas y no indican necesariamente que la persona empezó su camino de vida acompañado por un gemelo. Reconocerse en uno u otro aspecto descrito suelto no significa nada. Solo cuando uno se reconoce en la imagen general, sufre de las consecuencias descritas, y cuando otros caminos terapéuticos no hayan llevado a una sanación, entonces valdría la pena seguir esta pista hacia su propia realidad interior para encontrar la verdad.
Hay varios métodos terapéuticos que ayudan a investigar más: con regresiones guiadas, a través de una Constelación Familiar, con un examen kinesiológico, o analizando los propios sueños, entre otros. El recuerdo del gemelo está allí en la persona afectada, en su inconsciente y en la memoria celular del cuerpo. Cuando uno contacta con ello, experimenta a menudo una comprensión espontánea. De golpe todo lo que antes era una acumulación de piezas inconexas en la vida cobra sentido. Con ello comienza su camino para recuperar la integridad de su alma.
El primer y decisivo paso es reconocer la realidad de ser un gemelo solitario que ha perdido a su hermano en la primera fase de vida. Solo esto produce a menudo un alivio inmediato. Después uno empieza a hacerse consciente de la relación íntima con su gemelo. Esto es un proceso que necesita su tiempo, a veces varios años. Uno descubre el amor y la felicidad que sentía en la presencia y en la unión con su gemelo, y también con el dolor y el terror que le causó su muerte. La añoranza de reencontrarse con el otro y poder volver al paraíso perdido da paso a un tiempo de duelo y despedida. Con el tiempo uno llega a la experiencia de un vínculo de amor entre ambos que se mantiene.
También uno se da cuenta de algunas creencias sobre si mismo y sobre la vida que se habían formado a causa de la experiencia en el útero y que ahora le toca revisar. Para dar un ejemplo: de un “soy el culpable, no he hecho lo suficiente para retenerle y salvarle” uno llega a “no tenía que ver conmigo, porque no estaba en mis manos, fui muy pequeño”. A esta nueva comprensión contribuye también llegar a la experiencia de que el hermano muerto no tiene ningún reproche sino que siente amor hacia su gemelo vivo. Gracias a esta experiencia no se queda en una reflexión mental, sino se vuelve una vivencia interior.
Puede ser necesario tratar la experiencia traumática de una muerte vivenciada tan de cerca, para sanar estados de angustia inherentes. A veces partes de uno mismo se quedan congeladas en un estado de shock, lo que después se manifiesta en una falta de vitalidad o de emocionalidad. Aquí hay diferentes técnicas terapéuticas que pueden ayudar a revitalizar estas partes de uno y sanar el trauma, como somatic experiencing o EMDR, entre otros.
En este proceso de sanación se aclara y se separa cada vez más lo que al comienzo era confuso y mezclado, tanto emocionalmente como al nivel cognitivo. Un gemelo es gemelo durante toda su vida, y mantendrá algunas percepciones y actitudes propias de esta vivencia tan determinante. Pero al saberlo uno se entiende mejor y es capaz de discriminar que pieza del puzzle pertenece a que lugar. Con el tiempo uno llega a sentirse más entero y en consecuencia también más libre para vivir su propia vida.
© Peter Bourquin, 2007 (revisado 12/2009)
www.gemelosolitario.net