Hoy comenzamos una serie de artículos en los que quiero ir presentándote a mis mamás en duelo, hoy convertidas en mujeres arco iris descubriendo sus dones.
Hoy te presento a Eliana, una mujer sensible, aguerrida, que recorre cada día con paso firme su camino del duelo. Te dejo con ella.
Me llamo Eliana, tengo 30 años y soy madre de cuatro preciosos hijos. Adrián, de 7 años, Erika, de 5, Alba 3 añitos y medio en su estrella y René, mi pequeño arcoiris de 22 meses.
Alba, nació por una cesárea urgente a las 32 semanas de embarazo y, justo una semana más tarde, dejaba este mundo, para partir de nuevo hacia su luz.
Ahí mi vida cambió por completo.
Ese acontecimiento hizo que viese la vida desde una perspectiva completamente diferente.
Hace algo más de un año, decidí leer un libro que se convirtió en un compañero de viaje, La Cuna Vacía.
Y digo que se convirtió en un compañero para mí porque, en él, encontré mucho más que palabras, mucho más que relatos.
Encontré apoyo, me vi reflejada en todo absolutamente.
Me abrió los ojos para hacerme ver que mi caso no era algo aislado, que mis sentimientos eran completamente normales y, por primera vez desde que murió Alba, descubrí que no estaba ‘loca’ por pensar y sentir como lo hacía.
Este libro, marcó un antes y un después en mi vida.
Una noche, decidí ponerme en contacto con una de sus autoras, Mónica Álvarez, para contarle lo mucho que me había gustado el libro y lo que leerlo había supuesto para mí.
Desde entonces, nos une una gran amistad y un enorme cariño.
En Julio, salió la primera Edición del Programa Coaching para mamás en duelo,
organizado por ella y no dudé un segundo apuntarme.
No sabía muy bien lo que me iba a encontrar en él, pero desde luego, no tenía nada que perder.
Y…desde entonces sigo mes tras mes, compartiendo experiencias, sentimientos y vivencias con mis compañeras de camino. Este duro camino que nos ha tocado vivir.
Juntas, en estos casi 4 meses, hemos evolucionado tanto en nuestros duelos, obviamente con subidas y bajadas, que no parecemos las mismas mujeres.
Este programa, me ha hecho evolucionar en mi duelo, pero también como persona.
He podido decir todo lo que sentía, sacar absolutamente todo lo que llevaba dentro, sin ser juzgada ni desvalorada.
Al contrario, he encontrado un hombro sobre el que llorar, un regazo que me sostuvo cuando lo necesité y unos brazos que me rodearon en infinitas ocasiones.
He encontrado una palabra de aliento, de cariño, de ánimo.
Cada vez que me caí, hubo muchas manos que me sujetaban para ayudarme a levantarme de lo más hondo del barro.
Nos hemos convertido en una familia, mi vida sin mis compañeras…es que ya no la veo, no me la puedo imaginar.
Ahora SÉ, que mi hija está conmigo en cada momento, en cada lugar y a cualquier hora del día.
No en la forma que hubiese deseado, pero… está.
Ahora comprendo que no pudo ser, que da igual lo mucho que patalee, que llore, que me enfade, que sienta ira o dolor.
Alba tenía una misión que cumplir y, lo hizo.
Su trayectoria en el mundo terrenal fue muy corta, pero suficiente para dejarnos una huella imborrable.
Pero una huella…sin dolor, una huella llena de amor y cariño incondicional e indestructible.
Obviamente, todo esto, TODO, no hubiese sido posible sin Mónica Álvarez,
una de las personas más maravillosas, volcadas e incondicionales que conozco.
Su trabajo no tiene precio. Siempre a nuestro lado, pendiente de nuestras evoluciones, de cómo nos sentimos.
Dándonos las herramientas necesarias para que seamos nosotras quienes podamos curar nuestras heridas.
Mónica, nunca podré agradecerte todo el bien que me hace estar en tu camino.
Compañeras….qué deciros ya que no sepáis… formáis parte de mi vida, de mi día a día. Os quiero.
Eliana Martínez
Mamá de Adrián, Erika, Alba y René
Alumna de Asesoras Stillbirth Support, Programa de Formación en el Abordaje del Duelo Gestacional y Perinatal
Mamá Arcoiris
Deja una respuesta