Ante nuestros temores y miedos debemos centrarnos en nuestro presente, en el ahora, es lo único real, tal y como me enseñó una película: el guerrero pacífico, tres preguntas podemos hacernos para centrarnos en el presente:
¿Dónde estás? Tu respuesta será: aquí
¿Qué hora es? Tu respuesta será: ahora
¿Quién eres? Tu respuesta será: soy este momento
Si te formulas estas preguntas sintiendo el momento y las respuestas que parten de tu interior, el pasado y el futuro se diluyen, no existen, solo existe el ahora, de ese modo tus miedos por las experiencias pasadas y el miedo al futuro desaparecen, si vives el presente, si eres este momento todo está bien, todo es correcto.
Con estas premisas tú eres el dueño de tu realidad y de los acontecimientos, tú eres el responsable de tu vida, ¿quieres coger las riendas de tu vida? La decisión es únicamente tuya.
Atrévete. Cambia. Siempre voy con la mochila de los miedos del pasado y temores del futuro, pero cuando te enfrentas al miedo te das cuenta que detrás del miedo solo estás tú, todo ha sido y es una quimera, respira profundo, llénate de fuerza y hazle frente, para tu sorpresa verás que se disipa, no hay nada detrás de él, solo tú mismo.
Con las experiencias vividas y la que estoy viviendo en estos momentos, he recorrido el camino del dolor, del sufrimiento, de la pérdida pero al lado de este camino está la orilla del conocimiento, de la aceptación, de la valentía, el querer seguir adelante, del cambio, sobretodo de la transformación.
El parto es un momento muy importante, es la llegada al mundo y debemos prepararla como hemos cuidado y preparado el embarazo, es el aterrizaje del vuelo.
Mi hijo David era grande y venía de nalgas, el médico determinó una cesárea programada, le pregunté si cabía la posibilidad de que el niño se colocase, me indicó que era imposible, durante la semana previa a ese día programado estuve meditando con mi bebé, hablándole de que era hora de llegar al mundo y hablando con mi cuerpo para que el bebé se colocase y fuese un parto natural. Llegado el día, al hacerme la ecografía me indicaron que el niño se había colocado y pasábamos a un parto natural, durante el período de dilatación no paraba de hablar a mi bebé y a mi cuerpo para que dilatase todo lo posible. Fue un parto maravilloso, sentí perfectamente como mi niño nacía y durante todo el tiempo estuve en comunicación con él y con mi cuerpo, creo que por ello el parto fue tan bien y mi recuperación fue muy rápida. Los sentimientos de la llegada al mundo influyen también en el niño, pensemos en un viaje al extranjero, según como lleguemos como sea la impresión mientras esperamos el momento de llegar al lugar de destino, hará que empecemos con buen humor y predisposición a conocer ese nuevo sitio, lo mismo le ocurre al bebé, para él la llegada puede ser traumática salir de un lugar cómodo, caliente a un lugar frío con personas extrañas, si le preparamos ese camino que no haya desconexión entre madre e hijo , será mucho mejor para ambos.
El pensamiento es también muy importante en el proceso de parto, palabras de ánimo, tranquilidad ayudarán a nuestro hijo a su llegada a este mundo. Un mundo que esperamos esté en proceso de transformación.
Cuando hablaban de final de los tiempos, nos parecía que se trataba del final del mundo pero creo que es un final de creencias, de forma de actuar y de pensar, nosotras podemos ser las portadoras de esa nueva generación basada en el amor por la naturaleza, por los demás, con fuerza interna y confianza en sí mismos, que lo mejor de uno mismo puede ser vertido. Fuera egoísmos, prácticas fraudulentas, ira, escaso control de las emociones, satisfacción inmediata.
Serán unos seres con luz propia, con valores de respeto hacía sí mismo y hacía los demás, con la alegría de vivir y compartir experiencias, sin límites mentales y de superación, ellos serán la solución a esta crisis existencial que estamos viviendo.
Desearía que estas vivencias sirviesen a otras madres, cuando se enfrenten a temores parecidos o vivencias semejantes, siempre hay una luz al final del túnel, transmitirles mi confianza, que sean dueñas de sus pensamientos, recorran con sus mentes su cuerpo, de pies a cabeza aportando salud y alegría a cada una de sus células, llevando esta información a su cuerpo y al cuerpo del bebé que están concibiendo, rompamos cadenas que nos encadenan al temor, podemos hacerlo, demos a luz a nueva generación de seres, con una nueva conciencia.
¿Quieres ser parte activa de esta nueva llegada de bebés? Conoce y cuida tu cuerpo- mente, revisa tus pensamientos, ¿qué información estás transmitiendo? ATRÉVETE-CAMBIA.
Eva López Boluda
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