Mi amiga Norma Grau compartía en facebook este texto de Anji Carmelo. No puedo estar más de acuerdo. Nunca volvemos a ser las mismas, aunque todas las personas que se mueven a nuestro alrededor como las fichas de un tablero de ajedrez, quisieran. Pero no, nunca más seremos las mismas, porque para nosotras, la partida ya ha cambiado.
Mónica Álvarez
De la página www.dueloanjicarmelo.com
“EL ENTORNO EN EL PROCESO DE DUELO según mi experiencia vivida”
Cuando en mayo del 2003, tres meses después de haber perdido a mi único hijo Asier aparecí en AVES, escuché varias veces, que en el proceso de duelo desaparecían muchas amistades y no lo entendí. ¿Cómo podía ser que tus mejores amigos, compañeros ó familiares, desaparecieran ó se alejaran de tu lado ante una tragedia para ti de tal magnitud? Si siempre habían estado a mi lado, ¿cómo no iban a hacerlo ahora?. Pues bien, hablando desde mi experiencia todo tu entorno se mueve ante una situación tan desgarradora, en unos casos por desconocimiento de cómo ayudar, y en otros por miedo. La cuestión es que el entorno se aleja y así como tu vida, ya no vuelve a ser como antes. No es que ellos se aparten voluntariamente, porque ya intentan y quieren distraerte, pero esperan que te recuperes pronto confiando que con el tiempo, volverás a llevar la misma vida que antes. La cuestión es que tú ya no puedes, ni quieres llevar la misma vida que antes porque “tu mundo” ha cambiado y tus necesidades también. Necesitas hablar de tu ser querido y sobre todo recordarlo, pero pocos son los que se sienten cómodos cuando tú lo haces, incluso si hablan de los suyos, y tú quieres hablar de alguna experiencia vivida del tuyo, la conversación se vuelve algo tensa. También necesitas hablar de emociones, de crecimiento personal, ó de tu progreso gracias a cursos y otras herramientas que tienes que utilizar para seguir, pero a tu antiguo entorno como decía antes, no le interesa demasiado porque no puede entenderlo. Si tú les hablas, te escuchan, pero ya ves que no les interesa todo aquello que no están viviendo, decidiendo por tanto no hablarles de tu vida.
Sin juzgar a nadie, puedo decir que les entiendo perfectamente, porque somos nosotros los que hemos cambiado, por eso ellos no saben hacerlo de otra forma y tú tienes que seguir tu camino con estas nuevas necesidades. La cuestión es que les sigues queriendo como antes, pero a ellos les cuesta verte aparentemente igual sin pensar que te vas recuperando. Así te dan a entender que tu dolor ya forma parte del pasado, cuando en realidad tu transformación ha hecho que ese ser querido siga formando parte de tu eterno presente tanto ó más que antes, aunque sea de forma sutil.
A través de este proceso de cambio he podido sentir que la muerte no es un fin y por ello he aprendido a ubicar a mi hijo en un lugar de mi corazón de forma que, con la energía del Amor, la luz de una vela, la belleza del horizonte, de las flores, el vuelo de un ave ó el de una mariposa, puedo escuchar el suyo abierto como si fuese el cofre de los recuerdos que vuelve a mí para recordarme que le amé, le amo y le amaré. Es como sentir desde su corazón una voz que dice: NO MUERAS CONMIGO, VIVE POR MI Y POR TI y recuerda que estoy a tu lado tomándote de la mano, besándote y acariciándote. Esto sólo se siente desde el Amor, y a tu entorno no se lo puedes explicar porque al no entenderte pierde su verdadero contenido. Estamos en diferente frecuencia, pero no obstante, y afortunadamente en esta nueva etapa de tu vida, nacen otras nuevas amistades que sí te entenderán y caminarán junto a ti.
Esta es la opinión desde mi experiencia, y aprovecho para decirte a ti ANJI, a este Centro, y a los que habéis compartido conmigo este camino de lágrimas que ha sido mi duelo ¡GRACIAS! por todo lo que me habéis aportado para alcanzar el camino de mi transformación interior
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