Esta semana quiero presentaros a una persona muy especial, la doctora Miriam Al-adib Mendiri, especialista en Ginecología y Obstetricia.
Es una mujer joven, guapa, con cuatro niñas preciosas que trabaja en el hospital de Mérida y en su consulta privada, siempre en aras del respeto a la mujer y a sus procesos.
Justo estos días me avisó de que publicó en su blog un artículo sobre los diferentes tipos de intervención en el aborto espontáneo y quiero compartirlo aquí y dejaros el link, para que le echéis un vistazo al resto del blog también porque tiene artículos muy buenos.
Os dejo sin más con ella:
DEFINICIÓN DE ABORTO
Se considera aborto la expulsión o extracción de su madre de un embrión o de un feto de menos de 500 gramos de peso (aproximadamente 22 semanas de embarazo) o de otro producto de gestación de cualquier peso o edad gestacional absolutamente no viable (por ejemplo, huevo no embrionado, mola hidatidiforme, etc), independientemente de si hay o no evidencia de vida.
CLASIFICACIÓN
Aborto precoz, es el que ocurre antes de las 12 semanas. En muchas ocasiones estos abortos ocurren antes de la llegada del periodo menstrual, por lo que el diagnóstico solo se puede realizar por la positividad en la determinación de la ?-hCG.
Aborto tardío, es el que tiene lugar con 12 ó más semanas de gestación.
EPIDEMIOLOGÍA
El aborto espontáneo clínico se produce entre el 10-20% de los embarazos. La mayoría de los abortos acontecen antes de la duodécima semana de embarazo.
TERMINOLOGÍA
–Amenaza de aborto: sangrado vaginal casi siempre indoloro o acompañado de un leve dolor hipogástrico. La actividad cardiaca fetal es detectable por ecografía si la gestación es lo suficientemente avanzada.
El 90-96% de las gestaciones con actividad cardiaca fetal y sangrado vaginal entre las 7-11 semanas van a ser evolutivas y cuanto mayor es la edad gestacional, mayor es la tasa de éxitos.
-Sangrado por implantación. Se trata de una hemorragia escasa, en cantidad menor a una menstruación, que ocurre en casi la mitad de las embarazadas entre las semanas 4ª y 6ª. A veces se puede confundir con una menstruación, lo que alteraría el cálculo de la edad gestacional. No se asocia a peor pronóstico de la gestación, por lo que no se trata de una amenaza de aborto.
-Aborto en curso, inevitable o inminente. Cuando el aborto es inminente, el sangrado y el dolor aumentan y el cérvix se dilata. Pueden visualizarse restos a través del orificio cervical.
-Aborto incompleto. El cuadro clínico se caracteriza por la expulsión parcial de los productos de la concepción por lo que el orificio cervical aparece abierto, pudiéndose visualizar tejido gestacional en vagina o asomando por el cérvix.
-Aborto completo. Éste sucede cuando se produce la expulsión completa del tejido embrionario. Ocurre en aproximadamente un tercio de los casos.
-Aborto retenido. Se refiere a la muerte “in útero” del embrión o feto antes de las 22 semanas de gestación, con retención de la gestación por un periodo prolongado de tiempo. Según la imagen ecográfica se distinguen dos tipos: el aborto diferido, en el que se observa un embrión sin latido y la gestación anembrionada (“huevo huero”), en el que se observa un saco ?20 mm sin identificarse embrión.
Generalmente el cérvix está cerrado y no existe sangrado activo.
-Aborto séptico. Los datos clínicos habituales del aborto séptico incluyen fiebre, escalofríos, mal estado general, dolor abdominal y sangrado vaginal, con frecuencia de aspecto purulento.
-Aborto de repetición. Se refiere a aquella situación en la que se han producido al menos dos abortos consecutivos o más de dos alternos, (excluyendo la gestación extrauterina, el embarazo molar y las gestaciones bioquímicas. Sin embargo algunos autores utilizan variaciones de esta definición.
TRATAMIENTO DEL ABORTO ESPONTÁNEO
El tratamiento tradicional posterior al aborto espontáneo ha sido la realización de una cirugía (legrado) para extraer del útero cualquier tejido restante del embarazo. Sin embargo, se ha indicado que los tratamientos médicos farmacológicos o el tratamiento expectante (ningún tratamiento) también pueden ser efectivos, seguros y aceptables.
1. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO (legrado)
El tratamiento quirúrgico debe ser indicado ante circunstancias específicas que incluyen: hemorragia intensa y persistente, evidencia de tejidos retenidos infectados, contraindicación para el tratamiento médico o sospecha de enfermedad trofoblástica gestacional.
2. TRATAMIENTO MÉDICO (Prostaglandinas)
El aborto médico o farmacológico se define como aquél en el que se produce la completa expulsión del producto de la concepción utilizando fármacos (generalmente el Misoprostol).
El tratamiento farmacológico puede ser el método de elección en los siguientes casos: si la mujer desea evitar una intervención quirúrgica, cuando el índice de masa corporal de la paciente es >30 (en estos casos el tratamiento quirúrgico puede presentar mayores complicaciones) o ante la presencia de malformaciones, miomas uterinos o intervenciones a nivel del cérvix uterino que dificulten el tratamiento quirúrgico. En las primeras semanas del embarazo se considera que el aborto farmacológico es más eficaz que el quirúrgico.
Tras la administración de prostaglandinas se observa una clínica parecida a la producida por la expulsión espontánea del aborto, que incluye dolor abdominal tipo cólico y sangrado similar a una menstruación pero más prolongada en el tiempo. Este sangrado ocurre durante un promedio de 9 días, aunque en casos infrecuentes puede llegar a los 45 días. Si la mujer se encuentra clínicamente bien, ni la hemorragia prolongada ni la presencia excesiva de tejido en el útero (detectado por ecografía), son una indicación para una intervención quirúrgica.
El fracaso del tratamiento médico requerirá un legrado uterino.
3. MANEJO EXPECTANTE
Consiste en no hacer nada, esperar a la evacuación espontánea del útero sin utilizar fármacos ni procedimientos quirúrgicos.
La bibliografía disponible indica que la eficacia del manejo expectante oscila entre el 25-80%, porcentajes que dependen de la edad gestacional, tipo de aborto o tiempo que tarda en ser eficaz el tratamiento expectante. En casos de abortos incompletos el porcentaje de éxito alcanza el 80-94%.
Una revisión de la Cochrane identificó 15 estudios que incluyeron 2 750 mujeres con una gestación menor de 13 semanas. En general la revisión no encontró diferencias en el éxito entre el misoprostol y el tratamiento expectante para el aborto espontáneo, ni entre el misoprostol y la cirugía. La tasa general de éxito fue del 80% y en ocasiones alcanzó el 99%, y un estudio no identificó diferencias en la fertilidad posterior entre los tratamientos, en general las mujeres parecieron satisfechas con su atención independientemente del tratamiento administrado. La revisión indica que el misoprostol o la espera para la expulsión espontánea de los fragmentos son alternativas importantes a la cirugía.
Se necesitan estudios sobre mujeres con abortos espontáneos cuando la gestación es mayor de 13 semanas.
Fuente: SEGO, Cochrane, Dra. Miriam Al Adib Mendiri
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