¿Alguien se pregunta por qué vamos a bodas, a entierros, o a una fiesta de aniversario?
Mucha gente lo hace sin pensar en el motivo, por tradición familiar, cultural o bien simplemente porque le invitan.
Estas celebraciones son un lugar donde compartir sentimientos, sean positivos o negativos, y donde sentirse arropados por las personas más queridas, con aquéllas con las que queremos compartir esos sentimientos.
Hace poco tiempo, una pareja de novios, orgullosos, preparando su enlace, resumían su relación en unas invitaciones, explicando cómo se conocieron, esa primera mirada en la que ya tuvieron la sensación de conocerse desde hace mucho tiempo…
Y yo me pregunto, ¿no podemos también compartir, cada uno a su manera, el precioso tiempo que hemos compartido con nuestros pequeños?
¿Por qué incomoda tanto escuchar a una madre hablar sobre esos primeros meses en los que sintió a su hijo?
Hay muchas personas que evitan, porque se sienten violentas, que se hagan visibles los duelos “socialmente silenciados” como la muerte de un hijo durante su gestación, o el duelo que algunas mujeres sienten tras un parto por cesárea, etc.
Pero para mi es muy parecido a una boda o un cumpleaños.
¿Acaso no hay historias de amor diferentes, que tal vez cuestan de entender, o personas con las que no compartimos ciertos aspectos ante la vida, pero con los que igualmente queremos compartir una celebración que para ellos es importante?
Y es que el fin de estos rituales es precisamente ayudar a transitar el proceso de duelo, y no sólo para la madre, sinó también para el padre y toda la familia.
Cuántas veces he escuchado madres que comparten su historia de pérdida, tan sólo para que las escuche, sin peguntas ni juicios, para así poder revivir una experiencia que nuesta sociedad se empeña en acallar, y que sólo verbalizando ya se sienten un poco mejor.
Los rituales de duelo gestacional y perinatal no tienen por qué parecer un entierro.
Lo podemos preparar como més nos inspire, compartir con aquellas personas que queramos, donde nos parezca más indicado.
De hecho, un ritual es, segun la RAE, una “costumbre o ceremonia. Conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas.”
Pero quisiera aclarar que no hay normas escritas, igual que en una boda los novios eligen si casarse por la iglesia, por lo civil o simplemente hacer una fiesta en la que los amigos y familia se encuentren y compartan un día especial con ellos.
Igual los rituales de duelo gestacional y perinatal pueden tener unos u otros componentes.
- Podemos encontrar inspiración en rituales de otras personas
- Utilizar elementos que en muchas culturas se asocian con propiedades sanadoras
- O bien poner en práctica aquéllo que realmente pensamos nos va a ayudar, y a veces para eso es necesaria una ayuda.
Quiero terminar este post con una reflexión, en concreto las tres razones clave por las que creo necesarios los rituales de duelo gestacional y perinatal:
- Compartir nuestro dolor con aquellas personas que mas nos importan, hacer visible nuestro proceso de duelo para poder transitarlo de manera sana.
- Recordar, nombrar, honrar a nuestro hijo, nadie nos puede negar su existencia y el amor que sentimos hacia esa persona, el tiempo no es proporcional al amor.
- Superar una fase del proceso de duelo, como la negación o la rabia. Si podemos compartir nuestros sentimientos, estos serán más fácilmente sanados y podremos seguir con nuestro camino de crecimiento, sanar.
El objetivo de RitualesParaNuestrosHijos.com, como proyecto surgido del Curso de Formación de Duelo Gestacional y Perinatal “Stillbirth Support” que imparte Mónica Alvarez, es normalizar los rituales de duelo gestacional y perinatal, y no nos preguntemos si son necesarios, como nadie se pregunta si necesitamos casarnos o celebrar un cumpleaños.
Saludos,
Mireia Usart
RitualesParaNuestrosHijos.com
Hay mucho trabajo por hacer en muchos ámbitos. Necesitamos profesionales en todos ellos preparados y dispuestos a ser ese cambio que mueva un cambio mayor.
De corazón:
Mónica Álvarez
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