Cada día las personas importantes de nuestra vida, lamentablemente, nos dejan: padres, abuelos, tíos…
Personas mayores que han sido nuestros pilares de la infancia, que nos han enseñado a caminar, a leer, a vivir, y cuando estas personas nos dejan, nuestro entorno, los amigos, familiares, colegas de trabajo, se vuelcan en nosotras, nos dan el pésame, respetan nuestras lágrimas y nuestros silencios.
Respetan nuestro DUELO.
Sin embargo hay un duelo que la sociedad nos obliga a llorar en silencio: el duelo por nuestros hijos no nacidos.
No quiero decir nadie, sino muy pocas personas se dan cuenta del choque emocional que esta pérdida comporta y muy muy pocas saben acompañarnos en estos momentos.
No quiero pensar que sea por falta de empatía, sería demasiado duro, pienso más bien que es falta de perspectiva, que el duelo de un mayor se entiende porque hemos vivido con esta personas durante años, por otro lado el duelo de un hijo no nacido NO SE ENTIENDE porque.. “si ni lo conocías”.
No, no lo conocía como persona
Pero sabía que era mi hijo, que habría sido una gran persona simplemente por el hecho de darle mi cariño, de quedarse a mi lado, de tener una vida para vivir.
Y en realidad, sí, lo conocía
Lo conocía mucho más que a esas personas que ahora me abrazan de forma forzada y me sueltan palabras que me hieren.
Lo conocía mucho más porque había vivido en mí, había nacido de mí, era parte de mí … y sí, siempre lo será .
Respeta mi sufrimiento, no lo compartas si no quieres, pero respétalo.
Respeta mi sufrimiento, personal médico que ninguneas mis emociones.
Respeta mi sufrimiento, familiares que bromean.
Respeta mi sufrimiento, personas que quieren darme un aliento y sólo me hunden más el puñal.
Y particularmente respeta mi sufrimiento, tú, profesional de la maternidad, doula, asesora de lactancia y/o de porteo, tú que trabajas con madres y que cada día acoges en tus brazos preciosos bebés, tú que más de una vez has visto el lado más oscuro de la maternidad: el duelo gestacional y perinatal, que lo has vivido si no en tu piel, en la piel de las personas que se acercan a tu trabajo.
No dejes, no dejemos más tantas, demasiadas madres, sufrir en silencio.
Juntas podemos tenderle una mano.
Juntas podemos ayudarla a transitar su duelo.
Juntas podemos crear una red cada vez más amplia de profesionales empáticas que lleven una mano tendida a todas las familias en pérdida a lo largo y a lo ancho del mundo.
Nosotras YA estamos en marcha con nuestra Escuela Stillbirth Support.
El Programa Asesoras Stillbirth Support te espera si quieres ser una profesional integral de la maternidad.
Especializada en duelo gestacional y perinatal.
Si quieres ser una de las ya numerosas manos tendidas hacia las personas que necesitan dejar de sufrir en silencio.
Deja una respuesta