Nunca, nunca podrías haberlo imaginado.
Primero pierdes a tu embrioncito o a tu bebé y cuando consigues volver a coger fuerzas te encuentras con que o no te quedas embarazada o tu ginecólogo te sugiere que acudas a una clínica de Reproducción Asistida.
¿Qué es lo que os ha pasado que os habéis salido del camino de la fertilidad natural, de poder tener embarazos a término e hijos sin problemas?
A pesar de que hay múltiples razones por las que una pérdida puede producirse, la mayoría de las veces ocurre por problemas cromosómicos del embrión.
Hasta hace poco tiempo eran necesarias tres pérdidas para que los médicos nos hicieran pruebas específicas, afortunadamente hoy no debemos esperar tanto, pero ya te adelanto que la mayoría de las veces estas pruebas salen correctas.
Y ahí volvemos a los problemas cromosómicos. Está en la naturaleza que esto ocurra.
Si a pesar de ello, tu ginecólogo os confirma que la Reproducción Asistida es ya inevitable para vosotros, te sugiero intentar verla como una aliada.
Es complicado, lo sé.
Mucho artificio, mucho dinero, demasiada gente implicada en tu reproducción.
Pero si te han dicho que ahí está tu oportunidad… ¿Vas a dejarla escapar?
Dependiendo del problema por el que no te estás quedando embarazada puede que sea la única opción que tienes para poder tener hijos que nazcan de ti.
Piensa en ello.
Igual que habrás pasado tu proceso de duelo despidiéndote de tu anterior embarazo, de tus ilusiones, de tu bebé, antes de pasar a ella te toca (os toca) elaborar un nuevo duelo:
El duelo por los hijos que no vendrán de manera natural.
Pero recuerda siempre que merece la pena por que tienes un objetivo: tener a tu hijo en casa.
¿No merece que dejes a un lado esos miedos que a veces nos paralizan cuando nos encontramos con algo tan grande como la Reproducción Asistida?
Es muy importante que hagas ese proceso de duelo y aceptación por que si no, cuando empieces con los primeros pasos: pedir la primera cita, ir a la clínica por primera vez, etc, es probable que te invadan sentimientos de inseguridad y desconfianza.
Pero, recuerda siempre: La reproducción asistida es tu aliada.
Todo el mundo va a trabajar para que tú logres tu embarazo a término. ¡Créelo!
¿Te han confirmado ya que necesitas Reproducción Asistida? ¿Cómo la ves? ¿Estás consiguiendo aceptar que es tu nuevo camino para tener un hijo? Muchas gracias por compartir tus experiencias, recuerda que siempre pueden ayudar a alguien
Este artículo pertenece a un mini curso sobre reproducción asistida. Clica aquí y accede a leer el resto.
Rocio Cuellar dice
Para mi ir a la clinica y aceptar todo no fue ningun problema. En la vida y en la muerte la ciencia es la unica q puede ayudarte. Ademas no me supuso nada emocionalmente xq despues de haber perdido a mi hija tres meses antes,pues eso era una naderia.
Me supuso bastante fisicamente,pero no solo eso,dos embarazos seguidos y una fiv me hicieron coger muchos kilos y mas cosas,yo soy corredora de montaña y desde entonces no he podido regresar a una prueba. Pero la forma fisica y los kilos van y vienen y ahora tengo aqui a mi bebe arcoiris,asi q merecio la pena,desde luego.
Monica dice
Eres una luchadora Rocío. Un abrazo inmenso!
Hadita dice
Yo necesito reproducción asistida, pero me cuesta tanto…llevo 4 años buscando embarazo, ningún aborto, quiero un hijo pero no a costa de que me inseminen. Me gustaría recibir a mi hij@ desde el amor y desde una fría sala donde estará gente que sólo se mueven por protocolo. La verdad que en la sociedad de hoy día, donde todo el mundo se insemina y van tan contentos, me siento sola en este modo de pensar, y los pasos me llevan una y otra vez a lo mismo. No sé si es duelo lo que tengo que hacer, si es aceptación, lo que sí sé es que por mi salud debo, de momento, hacerme las pruebas y después pensar mucho mucho lo que te voy a hacer…Muchas gracias por el artículo. Un abrazo
Monica dice
Hola! La verdad es que es una decisión muy difícil. Mira, a veces no queda otra. A mí me hubiera gustado recibir a mis hijos en un precioso parto en casa, pegarme a ellos desde el primer momento, que no hubieran tenido que probar la leche de fórmula en ningún momento. Contacté con una matrona de parto en casa, viví la dilatación en mi salón… pero finalmente tuve que aceptar ir al hospital por una malposición. Me ha ocurrido dos veces. De ahí a cesárea, separación de 2 horas con mi hija mayor y de 30 con la segunda porque acabé en la UCI. Con el pequeño como sabía que sería cesárea en un 95%, acordé con mi ginecólogo poder hacer piel con piel en el mismo quirófano. El bebé rompió bolsa en la semana 34, mi ginecólogo estaba de vacaciones, se lo llevaron corriendo a la UCI neonatal, tardé muchas horas en poder verlo y conocerlo y otras cuantas en poder llevármelo a la habitación. Nosotras tenemos unos planes, sabemos cómo queremos que nuestros hijos vengan al mundo. Pero ellos también deciden cómo quieren y cómo deben nacer. Todas esas experiencias son las que les van a hacer las personas que son, que serán algún día.
Tirar por el camino de la reproducción asistida no es una decisión de un momento, pero hay veces que tenemos que tomar decisiones que en circunstancias normales no tomaríamos. Yo siempre hice lo que me dio la gana fui dueña de mi vida. Hasta que me quedé embarazada por primera vez y mi hija decidió volverse a su lugar de luz. Desde entonces no hago más que aprender que entre nuestras elecciones están también aquéllas que no tomaríamos por nada del mundo. Pero a veces es necesario.
Un abrazo y mil gracias por tu comentario. Mónica
Eva María Bernal dice
Gracias por vuestros comentarios.
Hadita, no te creas. Aunque yo trabajo con mujeres inmersas en reproducción asistida, sé que hay muchas personas que deciden no hacerla, aun renunciando a tener hijos.
Eso es lo que yo creo que debes pensar… ¿estoy dispuesta a renunciar por que el método me parece frío? quizás con un tiempo, tengas la respuesta.
Rocío, qué raro que no hayas podido perder ese peso adquirido con las FIV… Me alegro de que tuvieras un final feliz. Enhorabuena por verlo como un medio y y ya está, no es fácil para todo el mundo.
Un abrazo a todas