Nueva web: Las Voces Olvidadas
Nuevo libro: Las voces olvidadas. Pérdidas gestacionales tempranas.
Para nuestro blog Duelo Gestacional y Perinatal el mes de marzo es un mes especial. Se nota más que los días son más largos, hay más horas de luz, comienzan a verse flores en los parques, se nota en el aire el fin del invierno y de la estación más amable que es la primavera. Para la antigua cultura china el invierno simboliza la semilla que duerme bajo tierra en espera de renacer en la primavera. La primavera es el momento en que la semilla se convierte en brote y comienza a verse tímidamente cómo asoma encima de la tierra como queriendo ver tímidamente el mundo brillante y colorido que comienza a surgir tras el oscuro invierno.
Para nuestro blog el mes de marzo es un mes especial porque justo hace un año que publicamos nuestro primer artículo. Fue una más de las actividades especiales que realizamos desde el foro Superando un aborto con motivo también de su aniversario. No recordamos cuál fue la fecha exacta en la que se fundó el foro allí por el 2005, porque fueron días de cierto trajín cibernético hasta que dimos con un lugar adecuado en las antiguas comunidades msn. Sabemos que fue en la segunda mitad del mes, así que aprovechamos esos días para celebrarlo.
Lo hicimos el año pasado por primera vez. Ceci creó un video precioso con las fotos que le enviamos de los rituales de nuestros pequeños. Celebramos nuestro primer ritual de las velas en el atardecer del tercer sábado de mes, que hemos continuado realizando todos los meses desde entonces. Este año toca realizar el ritual un día muy especial, os contaré después.
Este mes, el día 16, será la presentación del libro Las voces olvidadas en Barcelona, que viendo el éxito de la reunión en Madrid, esperamos que al menos sea parecido. El 17 la I Jornada de Crianza en Red también en Barcelona. Esa tarde en la que muchas mamás de todo el mundo encenderán sus velas al unísono en recuerdo de sus/nuestros pequeños, M. Àngels Claramunt estará presentando el foro, el blog… delante de un auditorio de mujeres que se reúnen para hablar de crianza en la red. Hace 7 años habría sido impensable que se nos invitara a un evento así, porque lo nuestro eran “abortos” que no tenían cabida ni espacio en los lugares destinados a hablar sobre lo que nos interesa a las mujeres en relación con nuestros hijos, nuestros ciclos, nuestra sexualidad, nuestras vidas… Va a ser realmente muy emotivo.
Este mes va a ser también un mes de pruebas, porque queremos añadir otro modo de comunicación además del escrito: las videoconferencias. Digo que será de prueba, porque iremos probando el programa, pero probablemente no nos dé tiempo a hacerlo de modo definitivo y habrá que esperar a abril para el lanzamiento de la primera Videoconferencia sobre Duelo Gestacional y Perinatal.
Para mí es también un mes especial porque, también el día 17, mi pequeña Hebe habría cumplido 7 años. Fue el fruto de un embarazo muy deseado y buscado que no prosperó más allá de la semana 5, y al que despedimos meses antes. El 17 de marzo habría sido mi fecha probable de parto y todos los años hago algo especial para celebrarlo. Este año tengo algo muy muy especial. Sofía Pagán Luna es una artesana a quien conocí en facebook y que realiza pequeñas esculturas en gomaeva. Hace un par de meses le pedí un encargo especial sin saber si ella se animaría a realizarlo, al fin y al cabo nunca le habían pedido elaborar un recuerdo para un bebé que no llegó a nacer. Ella enseguida captó la idea, y se puso manos a la obra. Yo le conté más o menos lo que quería y Sofía me hizo muchas preguntas que nos ayudaron a darle el resto de los detalles a mi gusto. El resto lo hizo su creatividad y sus manos. Y aquí tenéis el resultado:
Estamos estudiando la forma en que ella pueda desde aquí ofrecer sus creaciones a otras mamás que quieran tener un recuerdo hermoso de sus pequeños. No sé si será para este mes o el que viene, espero poder anunciároslo pronto.
Y cierro ya esta presentación del mes plagada de novedades y actividades preciosas.
Mónica Alvarez
Eva Darias, de la Editorial Ob Stare nos presenta esta jornada que se celebrará en Barcelona el 17 de marzo del presente año, dentro de un par de semanas.
Queríamos hacernos eco de esta noticia y ayudar a su difusión ya que participaremos como Superando un aborto, Comunidad de apoyo virtual a padres y madres que han sufrido alguna pérdida gestacional y/o perinatal. La comunicación será presentada por M. Àngels Claramunt, mi compañera, juntas fundamos SUA justo 7 años atrás en las mismas fechas en que se celebrará esta jornada.
Entonces hubiera sido inaudito que un espacio sobre aborto y muerte perinatal fuera integrado en una jornada sobre crianza entre otros blogs dedicados a la maternidad, la sexualidad y la crianza. Entonces las pérdidas quedaban completamente fuera de los procesos normales de la mujer. Hoy en día damos gracias de que las pérdidas sean procesos vistos de forma natural como una etapa más dentro del desarrollo psicosexual y emocional de la mujer que a algunas, desgraciadamente, les toca vivir e integrar en su historia de vida.
Junto con la psicóloga Cristina Silvente, quien os escribe, Mónica Alvarez, presentará también el blog Psicoterapia perinatal que abrimos juntas ya va a hacer tres años para darle presencia a la especialidad de la psicología perinatal y a la psicoterapia online. Hablaremos de los inicios del blog, de su evolución hasta hoy y de las perspectivas de futuro.
Podéis ver el programa del encuentro en el siguiente link, pudiendo también a través de él apuntaros que creo que todavía se está a tiempo. Poneos en contacto con Eva Darias, porque sé que hay descuentos en el precio de la entrada para algunos casos.
También han creado un blog en el que encontrarás información sobre las jornadas, las ponentes, extractos de la conferencia ¡y mucho más!
Y nada más. Si vais por allí, ¡nos veremos seguro!
Mónica Alvarez
PD: Atención, el lugar de reunión ha cambiado. La reunión se realizará en:
Confortel Barcelona C/ Ramón Turró, 196-198 esq. C/Llacuna 08005
Barcelona Metro: Llacuna / Poblenou (Línea 4)
Hoy presentamos una nueva sección en el blog.
Queríamos haber ofrecido otro blog desde el que tratar este tema en exclusiva, con otra lista de suscripción, con otra identidad. Creemos que es un tema lo suficientemente importante como para darle la prioridad que se merece. Pero no contamos ahora mismo con medios técnicos y humanos para desplegar todo lo que supondría así que hemos decidido hacerlo desde aquí.
Al fin y al cabo también hablamos de duelo aunque el aborto haya sido provocado y voluntario. También es un duelo negado, por las madres, los padres, el sistema médico, la sociedad… Nos suena familiar, ¿no?
No vamos a entrar en el tema de aborto sí o no. No creemos que sea nuestro cometido. Cada cual tiene sus creencias y es mayor y libre para tomar sus decisiones afecten a quien afecten. Cada cual es libre y responsable. No vamos a juzgar a nadie.
Sólo queremos acompañar, escuchar, comprender, ayudar, clarificar…
Las estadísticas hablan de la gran cantidad de mujeres que abortan al año, desde hace muchos años. ¿Cómo han vivido sus duelos todas estas mujeres? ¿Se han dado permiso para hacerlo? ¿Cuántas lo viven en silencio? Cuántas lo han podido “digerir” realmente? ¿A cuántas les ha “explotado” años después este hecho de sus vidas como consecuencia de otras experiencias que les ha tocado vivir?
Muchas mujeres seguirán queriendo dejar esta página de su vida atrás y mirar adelante sin entrar en ella de ninguna manera. Éstas son las que verán este espacio un lugar inútil y una afrenta para los llamados derechos adquiridos de la mujer. No pretendemos ofender a nadie. Si no te interesa el tema te invitamos a que visites otros sitios en internet con otras temáticas, seguro que encontrarás alguna que te sea grata.
Para otras mujeres será un lugar desde el que tal vez poder descubrir sus sentimientos profundamente guardados, observarlos, darles el lugar que se merecen en su vida y continuar adelante. Para todas ellas, esperamos ser un pequeño faro en la playa de sus vidas.
Un saludo.
Mónica Alvarez
El viernes 17 de febrero tuvimos ocasión de asistir a la presentación en Madrid del libro Las voces olvidadas. Pérdidas gestacionales tempranas.
Fue todo un lujo compartir mesa con Eva Darias de Ob Stare, editora encargada de la publicación del libro y con mis compañeras coautoras M. Àngels Claramunt y Laura G. Carrascosa.
Comenzamos con muchos nervios, llevábamos días poniéndonos de acuerdo en lo que diríamos, como lo diríamos y quién diría qué. Nos ceñimos bastante a lo que estaba programado, pero gracias a dios, fuimos disipando los nervios a lo largo del evento y pudimos entregarnos a hablar del tema que nos apasiona.
Abrimos con un video precioso creado por Ceci, una mamá de Sua que también aportó una poesía que leímos al final.
Explicamos cositas del libro, como el por qué del título, cómo comenzó el proyecto, por qué decidimos escribir sobre un tema tan controvertido como son los abortos tempranos. Casi para acabar pudimos ver un power point montado con M. Àngels en el que aparecían las imágenes de los avatares de muchas mamás de Sua junto con frases sacadas del libro, a modo de aperitivo para quienes no lo hayan leído.
Vino mucha gente, no sé si llegaríamos a 50, pero se cubrieron todos los asientos y todavía quedó gente de pie al fondo.
Era la primera vez que yo asistía a un acto así. Al final de la ponencia de los autores suele haber un tiempo para las preguntas del público. Me habían dicho que en general no se suele hacer preguntas. Nuestra presentación fue especial porque el momento culmen fue cuando se cedió el micrófono al público y comenzaron a preguntar. Se veía que tenían tantas ganas de “saber”, de compartir su experiencia… Teníamos un tiempo límite porque a continuación había otro acto en el local, muchas personas quedaron sin poder formular su pregunta…
La firma de libros fue también muy emocionante. No tuvimos presentación ni firma cuando escribimos “La cuna vacía”, así que para mí al menos, era la primera. Fue impresionante encontrarme cara a cara con los lectores. Una vez más me hubiera gustado poder tener un poco más de tiempo para charlar con cada uno, para conocer un poco más a tantas personas que se acercaron a que les firmara su libro.
Como os digo vino mucha gente a la presentación de sitios muy diversos no sólo de Madrid, como Johana, una mamá-doula que vino desde de Badajoz. Muchas gracias a todos los que os acercasteis a compartir este rato con nosotras.
Después, un nutrido grupo formado por mamás de Sua (incluída Ana que vive en Bélgica y estaba en Madrid en esas fechas con su marido y la pequeña Leyre visitando a la familia) y varias mamás de la asociación El parto es nuestro de la que todas las autoras somos socias, compañeras que han seguido con emoción las diferentes etapas hasta que el libro por fin ha visto la luz. Estuvimos cenando tranquilamente en un bar, charlando, compartiendo… Tuve ocasión de compartir asiento con Beatriz Fernández, de quien habéis podido leer varios artículos en este blog. También había venido a Madrid desde su Galicia natal, para ocuparse “de sus labores” como dice su marido. Una de esas labores ha sido reunir a varios padres y madres en el grupo presencial SUA que habían estado juntos la tarde anterior. Se notaba aún la emoción de lo que habían vivido, pero de esto hablaremos en otro artículo.
No hay palabras para describir las emociones que se palpaban esa tarde en el ambiente.
Qué rápido se pasó y cuántas palabras quedaron sin decirse…
Ahora nos quedamos con la ilusión del próximo encuentro: en Barcelona el 16 de marzo.
Por allí nos veremos, espero que sea igual de emocionante o más.
¡Un saludo a todos!
Mónica Alvarez
Publicamos hoy la segunda parte de la entrevista que ha realizado Bebés y más a la psicóloga Mónica Álvarez, terapeuta familiar y especialista en duelo gestacional y perinatal.
Mónica ha pasado ella misma por la experiencia de la pérdida de un embarazo y además de profesionalmente, atiende a las madres en el foro Superando un aborto y en sus páginas Duelo gestacional y perinatal y Psicoterapia perinatal.
En la primera parte de esta entrevista ya hemos profundizado sobre los aspectos psicológicos del aborto, hoy vamos a hablar sobre los casos que necesitan apoyo de un especialista y también de la atención que se deberia dar a estas madres en los hospitales. Y sobre todo, vamos a entender mejor el duelo que sigue a un aborto.
¿Cuando sería conveniente pensar en un nuevo embarazo?
Físicamente el cuerpo pasada la cuarentena ya está preparado para volver a concebir, en cuanto vuelve a haber ovulación. Emocionalmente es otra cuestión. Hace falta que transcurra un tiempo para despedirse del bebé que se fue, para elaborar el duelo.
Puede darse el embarazo, pero hay que saber que ese duelo se realizará tarde o temprano. En los casos de aborto de repetición suele haber también una dificultad para quedarse embarazada y en muchos casos se tarda hasta otro año en volver a quedarse, con lo que se da un tiempo considerable para la labor del duelo.
A veces hay mujeres que no tienen dificultades para concebir y quedan embarazadas enseguida. Si se da una nueva pérdida, o incluso una tercera la mujer suele descubrir un día que en menos de 9 meses ha perdido tres bebés y que está agotada física y emocionalmente; necesita un tiempo de descanso, para hacer conciencia, despedirse de sus hijos y de la mujer que ya nunca volverá a ser.
Si se da el siguiente embarazo y va adelante, se dará una situación curiosa de embarazo y duelo. O puede ser que el duelo se aparque para más adelante y surja en otra ocasión en la que se dé otra pérdida.
La cuestión es que una no se va de esta vida con los deberes sin hacer. Tarde o temprano será necesario elaborar, vivir, transitar ese duelo y el crecimiento psicoemocional que conlleva. No se libra nadie.
¿Que tipo de profesional puede ayudar a una mujer en este proceso?
Desde el momento en que una mujer entra en urgencias con un sangrado o con la dificultad que sea, desde la persona que le atiende en la ventanilla de ingreso, hasta la auxiliar que le lleva la comida, pasando por ginecólogos, matronas, enfermeras… Todos deberían estar preparados para atender correctamente a una mujer que haya perdido un bebé o esté en proceso de hacerlo, sea el mes de gestación que sea en el que se produce la pérdida.
¿Como reconoceremos que el profesional no nos ayuda?
Esto es igual que para un parto. La madre acude al hospital en una situación de indefensión extrema, con la angustia añadida de que puede estar perdiendo a su hijo o el conocimiento de que ya lo ha perdido. La madre tiene que pasar por un parto para parir a su hijo, da igual en qué semana gestacional esté. Cuanto más avanzado sea el embarazo será más similar a un parto y cuanto menos más parecido a una regla fuerte.
Lo ideal sería que el parto fuera no intervenido, dejar que el cuerpo haga su trabajo, con sus tiempos, sus hormonas. No hay estudios, pues todavía nadie se ha puesto a ello, pero con la experiencia de quienes hemos pasado por ello (y somos unas cuantas) sabemos que la oxitocina que se genera en el cuerpo con el dolor de las contracciones ayudan y emponderan a la madre. Parir a tu hijo siempre te deja ese regusto de saber que tu cuerpo funciona que ha hecho lo que tenía que hacer.
Evitar a una mujer tener esa experiencia es ir en su contra. Hay quien prefiere entrar por el guión que ofrece el sistema, pero hay quien no y se debería poder elegir. Hay muchas mujeres que habrían elegido antes un manejo expectante y no lo hicieron porque no sabían que se podía hacer. Desgraciadamente, la mitología médica habla de terribles consecuencias para la madre (infecciones, muerte…) si elige parir a su hijo (ya sea un embrión o un bebecito) y ése es el mensaje que transmiten “quienes saben”.
He acompañado a muchas mujeres en el manejo expectante de la pérdida de sus embarazos de pocas semanas y muy pocas han necesitado finalmente un legrado. Mi compañera M. Àngels dijo una vez que los legrados eran a la pérdida gestacional lo que las innecesarias eran al parto. El legrado deja una sensación de vacío en la madre. Vivir el ritual de sangre que supone sentir irse a tu hijo, empondera. Pero hace falta información y mucho apoyo. Y respeto para dejar elegir una cosa u otra.
¿Es necesario medicar para superar una depresión postaborto?
Después de un aborto no siempre ha de darse una depresión. Lo que se sucede a una pérdida es un duelo, no una depresión.
Es verdad que el duelo puede derivar en duelo patológico, pero la patología podría ir en la línea de una depresión pero también en la línea de un trastorno psicótico. Sería complicado de explicar aquí detalladamente. En estos casos es necesaria el tratamiento con un profesional, pues el éxito del tratamiento, como en muchos otros, depende de que se pueda coger la enfermedad en su inicio. No es lo más común, pero podría darse.
En cuanto a suministrar medicamentos, será el psiquiatra quien lo juzgue necesario, pues los psicólogos no podemos medicar. El momento de la pérdida pueden darse episodios de ansiedad, irrealidad, mareos… Es común dar ansiolíticos para evitar todo esto.
Se sabe desde la atención a víctimas de catástrofes que esta práctica ayuda a corto plazo porque elimina la sintomatología, pero que a largo plazo es negativa porque evita que se realicen en el cerebro las conexiones neuronales adecuadas que ayuden a la persona a afrontar las siguientes etapas del duelo y no quedarse bloqueada en alguna.
¿Es correcto el término depresión post aborto o no siempre es exactamente una depresión lo que produce el dolor del aborto que necesita ayuda?
Hay muchos factores los que marcan esto. En principio el duelo es una reacción psicofisiológica normal del cuerpo-mente tras una pérdida. Se dice que transcurre un año para empezar “a levantar cabeza”. Después el dolor está ahí, pero se han aprendido recursos para aceptarlo. El tiempo mitiga la intensidad del dolor… La depresión es un término que hablaría de patología y necesitaría tratamiento psicoterapéutico para superarla.
¿Ver al feto o al bebé fallecido ayuda a establecer un duelo?
Ayuda enormemente, pero pienso que como en todo, hay que ser respetuosos con la decisión de los padres, y si no lo quieren ver, no se puede obligar. No estamos acostumbrados a “ver muertos”.
Pienso que si a los padres se los apoya emocionalmente, se les explica lo que van a ver, que no tiene que dar miedo, muchos más elegirían verlo.
También en los hospitales en los que se ha desarrollado un protocolo de atención a la muerte perinatal la comadrona lava y viste al pequeño, a veces cubriendo zonas que puedan presentar alguna malformación, para que sea más llevadero a los padres.
Hay otra práctica en la que se les fotografía y se guardan las fotos en el historial de manera que si los padres que no quisieron verlo luego quieren hacerlo puedan acceder a ellas y poner rostro a un hijo al que no van a conocer más allá de los meses que está en el vientre.
Uno de los principales problemas a la hora de establecer un duelo es la negación, hacer como si no ha pasado nada. Si se muere el abuelo es difícil negar esa muerte porque tienes todos los recuerdos de una vida para mantener ese recuerdo vivo.
En el caso de las muertes intraútero o en el parto es más fácil hacer como si no hubiera ocurrido ese hijo. Ya he dicho que nuestra sociedad es muy negadora en cuanto a la muerte se refiere y hay un montón de mecanismos que ayudan a seguir “como si no hubiera pasado nada”.
Ver a tu hijo, ponerle un rostro, un nombre, ver que se parece al padre, que tiene las orejas de la abuela, el mentón del tío Juan… es hacerlo más real, aunque duela más, es entrar en el duelo por la puerta grande. Cuántas madres conozco a quienes no dejaron ver a sus hijos (para que no sufrieran) que guardan como la pena más grande el no haber podido ponerle cara a su hijo.
¿Darle nombre o guardar recuerdos de él es beneficioso o causa más pena?
Como decía antes, es entrar por la puerta grande en la labor de duelo. A primera vista es verdad que causa más pena, pero porque hace que la pérdida sea más real, tenga peso, no nos deja escaparnos de la realidad.
¿Una madre que ha tenido un aborto, es una madre también, verdad?
Por supuesto. Y hoy sabemos gracias a la Ciencia que no es algo que se dice sólo para consolarse una. Desde el inicio del embarazo hay un intercambio de sangre entre la madre y el hijo. Aunque el bebé muera se sabe que esas células permanecen en la madre hasta 20 años más tarde.
La maternidad va mucho más allá que tener un bebé en brazos.
¿El aborto se olvida o se supera?
Yo creo que ninguna de las dos cosas. Se aprende a vivir con ello. Se cree que una pérdida de pocas semanas no ha de suponer gran pérdida para alguien ya que no ha tenido vida física visible.
Lo cierto es que una madre es capaz de sentir amor por su bebé desde el minuto 0 de su concepción ¡¡e incluso antes!! Perderlo es una gran tragedia de la que cuesta mucho recuperarse.
Y más porque como ya he dicho, en nuestra sociedad no hay rituales, ni sagrados ni cotidianos que marquen un esquema de cómo ha de continuar la vida en adelante, con lo que los padres se encuentran terriblemente confundidos y desorientados. Eso por supuesto no ayuda mucho.
Si no se enquista el duelo, el tiempo, tener otros hijos, pueden aliviar en parte el dolor. Pero en muchos casos la cicatriz emocional y energética será como esas cicatrices físicas que duelen cuando va a cambiar el tiempo. Un hijo es un hijo y siempre estará presente de una manera u otra en la vida de los padres. Y de los hermanos y de los abuelos…
¿Como canalizar ese dolor y ese amor a alguien que ya no está?
Haciéndolo presente. No solamente a través de una caja de recuerdos. Tal vez tengas más hijos y les hagas un cuadrito a punto de cruz con su nombre; por qué no grabar también el nombre del niño que no está.
Una mamá contaba cómo la abuela tejía una mantita para la nieta y la dejó de tejer cuando se malogró; al cabo de los meses terminó la manta y la madre la guarda como algo precioso. Hay quien planta un árbol para conmemorar el nacimiento de sus hijos. ¿Por qué no plantar uno también por el que no llegó a vivir fuera del útero?
En mi ciudad hay una iniciativa muy bonita para repoblar los montes de alrededor. El ayuntamiento te da la posibilidad de plantar un árbol por cada bebé que nace. Hace poco fue la plantada del los bebés que nacieron el año pasado. Allí fuimos muchas familias en los autobuses que ponen. Es un gesto comunitario, pues siempre viene bien que se reforeste el monte, y vernos tantos allí, pues fue muy bonito. Mi hija pequeña tiene un árbol creciendo a la par que ella.
¿Te imaginas que hicieran lo mismo para los bebés muertos en el tiempo de la gestación o en el parto o a los pocos días de nacer? De primeras puede sonar macabro, pero si lo piensas bien sería un acto social y comunitario de reconocimiento hacia todos esos niños. Los padres estarían felices de poder hacer algo por sus hijos perdidos y el monte lo agradecería también. No es macabro en absoluto, es un gesto como otro cualquiera. Y sólo es echarle un poco de imaginación para que se nos ocurran más ideas.
Con esto terminamos, agradecidos, la entrevista a la psicóloga Mónica Álvarez, que nos ha explicado muchas cosas que, ante la pérdida de un embarazo, deberíamos saber todos, tanto las madres, como sus familias y los profesionales que las atienden.
Entrada original en Bebés y más
Puedes leer la primera parte de la entrevista en nuestro propio blog: El entorno niega el dolor del aborto.
Queda algún retoque, algún detallito que limar, pero pensamos que ya se puede dar a conocer.
Con todos vosotros:
Que la disfrutéis.
Mónica Alvarez
Ésta es la presentación que de mi se suele hacer:
Beatriz Fernández es Madre de una niña que sigue en sus brazos y de otros cuatro que decidieron no llegar a ellos, Doula en todas las etapas de la maternidad y especializada en Duelo, Asesora de Porteo Respetuoso, Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Ser Doulas, la Asociación Galega de Doulas y la Asociación Española de Doulas y socia de la La Asociación Nacional Red Circular de Doulas y Técnico en Educación Infantil.
Lleva ya varios años investigando y trabajando sobre el duelo por las pérdidas prenatales y neonatales en España. Para que estas pérdidas dejen de ser invisibles y las mujeres y familias tengan derecho y herramientas realmente para vivir su duelo por esas vidas que han sido mucho más cortas de lo que ellos esperaban.
En los últimos meses Beatriz ha estado inmersa en investigación, charlas, talleres y artículos sobre la pérdida prenatal y neonatal. Realiza consultas y acompañamientos en A Coruña a través de la Asociación Ser Doulas, en Santiago a través de A Gaia dos Nenos y en Madrid a través de Khardaia.
Hace unos meses, en el transcurso de una ponencia que ofrecía sobre Duelo por pérdidas prenatales y neonatales, una fantástica madre y mujer que asistía aprovechó el espacio final para preguntarme algo que muchas mamás que han pasado por la pérdida de un bebé se han preguntado: “¿qué pasa con los pechos llenos de las mamás que cuyos bebés nunca mamarán de ellos?”.
Es una cuestión muy repetida, muy pensada pero pocas veces consultada o expresada en voz alta.
Cuando una mamá (una familia) pierde a un bebé que lleva ya varios meses dentro de su vientre creciendo o a un pequeño que ha finalizado su etapa gestacional , la mayor parte de las personas que la rodean piensan en lo duro que será llegar a casa y ver todo lo que estaba ya preparado para la llegada del bebé. Su cunita, sus mantas, sus baberos, la ropita, la habitación preparada con todo el mimo del mundo, sus cositas de baño…
Incluso hay familias en las que alguien se ofrece a ir al domicilio a retirar todo lo que pueda recordar que ese bebé estaba a punto de llegar, intentando así borrar toda huella de la ilusión y el amor que había preparado para él o ella motivados por la protección a los padres.
Contado así, reconozco que puede parecer algo frío: borrar a alguien de nuestra vida, hacer como si no existiera ni hubiera existido. Alguien que iba a ser el centro de nuestra vida y que ya lo era desde que supimos que iba a llegar a ella. Pero cada ser humano defiende su bienestar emocional como puede. Y esta es una situación tan emocional, que no podemos valorar en términos de “bueno” o “malo” los comportamientos de los padres durante ella. También porque es un tema del que no se habla (la pérdida de un bebé) las mujeres y familias no saben demasiado bien de qué modo puede afectar lo que hagan al posterior proceso de duelo.
Pero, dentro de todo ese manto de olvido que intentamos poner sobre nuestra vida para seguir adelante ignorando que aquello que no arreglemos nos perseguirá donde vayamos para surgir un día cualquiera de nuestra existencia, hay algo que obviamos:
Podemos meter todas las pertenencias de nuestro bebé en un trastero cerrado con llave, podemos guardar todas las ecografías y documentos médicos en una caja con candado, podemos cambiar la pintura de su habitación de nuevo y quitar esa preciosa cenefa o esas pegatinas que habíamos puesto para alegrar las paredes, podemos no hablar de él o ella, hacer como si no hubiera existido… Pero, ¿qué hacemos con el maná que nutriría su crecimiento y que brota de nuestros pechos recordándonos que no es real que no haya existido nuestro bebé?
¿Qué hacemos con la subida de leche que nuestro cuerpo genera al sentir culminada la madurez del embarazo y entender que es el momento de alimentar a nuestro pequeño?
En algunos casos, el cuerpo corta esa subida de leche al tratarse de pérdidas de bebés de menos semanas de gestación. Pero la mayor parte de las mujeres que pasan de la semana 25 o 30 de embarazo, aunque pierdan a su bebé antes de su fecha de parto, tienen la famosa “subida de leche” porque su cuerpo entiende como finalizado el embarazo, como maduros sus pechos. Y los convierte en fuente de alimento para su bebé.
Intentemos imaginar por un momento, por duro que sea intentarlo, una madre que ha tenido que despedirse antes de lo que esperaba de su bebé porque el ciclo vital del pequeño así lo ha exigido, que quizás ni ha podido verle la cara o tenerle en brazos, y que, sin embargo, tiene el mismo proceso físico que las madres que sí disfrutan del contacto de sus bebés y de la ilusión de recibirles en sus brazos y verles crecer.
Como cada mujer es distinta, no podemos saber cual sería la reacción y las necesidades de todas las mujeres. Pero sí podemos entender que resulta un proceso y una vivencia muy intensa para ellas.
¿Qué hacer si esto ocurre? Evidentemente no todas las mujeres tienen las mismas necesidades. Pero parece lógico pensar que el apoyo es fundamental en estos momentos. Y no sólo el apoyo de la familia, sino el apoyo de profesionales que entiendan este proceso, ya que se trata de un doble duelo: por la pérdida de nuestro bebé y por la incapacidad de cumplir esa función biológica de crianza que nos está “pidiendo” nuestro cuerpo. Así que el apoyo emocional e incluso psicológico en estos momentos es fundamental no sólo para la mujer, sino para la pareja y la familia.
Frente a estas situaciones lo habitual en nuestro sistema sanitario es facilitar la ya famosa pastilla para cortar la producción o la subida de leche en la mujer.
Aunque no entraremos a valorar en términos médicos (no me corresponde como Doula hacer tal cosa) , baste decir que la pastilla no siempre resulta ser efectiva (de hecho es muy abundante el número de mujeres a quienes no hace efecto) y sí provoca alteraciones en el proceso hormonal de la mujer evite o no la producción de leche que pueden modificar el curso del posparto inmediato.
Hay muchas mujeres que no se sienten bien con esa opción, pues supone pasar por alto un proceso que de algún modo sienten que han de vivir.
Otra opción es seguir el proceso del cuerpo. Dejar que la leche brote y vivir nuestra lactancia sin bebé del modo en que nos sintamos más cómodas.
Podemos sacar la leche imprescindible para no tener obstrucciones y que la producción vaya bajando poco a poco debido a la ausencia de demanda para alimentar a nuestro bebé. O bien decidirnos por donar nuestra leche para la alimentación de otro pequeño que lo necesite.
Pero todas las decisiones que tomemos moverán algo no solo en nuestra parte física, sino en la psicológica y la emocional. Podemos sentirnos aliviadas al ayudar en la crianza de otro bebé o convertir esa donación en una suerte de crianza diferida que busque cubrir el hueco de ese pequeño que no mamará de nuestros pechos nunca. Un pequeño al que jamás podremos sustituir porque a las personas que amamos no se las puede sustituir. Y a nuestros hijos los amamos más que a nadie en el mundo.
Podemos sentirnos bien porque el proceso acabe pronto y decidirnos por tomar la pastilla porque sentimos que la vivencia del duelo se nos hace mucho más intensa con una lactancia que no alimenta a ningún bebé y que nos recuerda cada segundo que ese bebé no estará. O bien preferir vivir esa lactancia y nuestra despedida de ella como una parte más de nuestro duelo por el bebé que se ha ido mucho antes de lo que esperábamos pero nos ha regalado esa lactancia.
Todo lo que decidamos en esos momentos debe ser lo que nos haga sentir bien. Lo que nos permita vivir nuestra propia realidad y no la que otros esperan que vivamos. Decidir con la cabeza en momentos así es difícil, pero tener información es tan importante como tener apoyo (una asesora de lactancia y un profesional especializado en apoyo en duelo podrían ser de gran ayuda), pues son decisiones con las que viviremos para siempre y que colaborarán a la integración de nuestro duelo, a nuestro recuerdo de esa experiencia y posiblemente a la vivencia de posibles embarazos y lactancias posteriores.
Así que preguntemos, informemos, dejemos de temer hablar de ello y ayudemos a que las mujeres y familias tengan capacidad de decisión plena y vivencias plenas.
Beatriz Fernández
Doula en todas las etapas de la maternidad, especializada en duelo.
A Coruña y Madrid.
Correo electrónico: serdoula@gmail.com
Telf: 600218964
Otros artículos sobre el tema en nuestro blog:
También en el libro:
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Espero que sea de tu agrado.
Un saludo:
Mónica Alvarez
Edito:
Debido a un problema que intentaré solucionar en breve, no me llegan a mi correo los avisos de que os habéis suscrito. En cuanto pueda haré un envío masivo del audio para todos. Mil gracias por vuestra paciencia!! Y por apuntaros!!