Os invito a ver este precioso video que ha montado una bella mamá para su niño azul.
Los bebés que vivan menos de un día figurarán en el Registro Civil
Una ponencia del Congreso estudia trabas para el robo de niños en hospitales.
La fugaz existencia de un bebé que viene al mundo y no logra sobrevivir más de 24 horas fuera del seno materno no deja ningún rastro, en este momento, en el Registro Civil. Es como si no hubiera existido para el Estado. Los grupos parlamentarios del Congreso acordaron ayer poner fin a esa situación, a través de una enmienda pactada dentro del nuevo proyecto de ley del Registro Civil.
En la ponencia encargada del informe de esa nueva norma, los diputados acordaron introducir una disposición adicional sobre el archivo de fallecimientos perinatales y prenatales, con la siguiente redacción: «Figurarán en un archivo del Registro Civil, sin efectos jurídicos, los fallecimientos perinatales y prenatales, siempre que se produzcan con posterioridad a los seis meses de gestación, pudiendo los progenitores otorgar un nombre. Este archivo quedará sometido al régimen de publicidad restringida previsto en la presente Ley».
Inscripción por aborto
Con la nueva ley, por tanto, a partir del sexto mes de gestación todos los niños que nazcan y mueran antes del primer día de vida tendrán su lugar en el Registro, una medida con la que los diputados quieren poner una traba fundamental al posible robo de niños recién nacidos en los hospitales, un hecho que se amparaba en parte en desapariciones que no dejaban ni rastro, según fuentes de la ponencia. Las mismas fuentes señalan que en caso de aborto, siempre a partir del sexto mes de gestación, también será obligatoria la inscripción, aunque no lo será poner nombre al bebé.
La ley dice además que son inscribibles los nacimientos de las personas, conforme al artículo 30 del Código Civil, que está redactado así: «Para los efectos civiles, sólo se reputará nacido el feto que tuviere figura humana y viviere veinticuatro horas enteramente desprendido del seno materno». Con la nueva disposición sobre los fallecimientos prenatales y perinatales se constituirá un archivo dentro del Registro Civil.
La ponencia encargada de informar el proyecto de ley del Registro Civil acabó ayer sus trabajos y elevó sus conclusiones a la Comisión de Justicia, que se reunirá el próximo 4 de mayo para el debate y la aprobación del dictamen. En la nueva norma se elimina el tradicional libro de familia y se dotará a cada persona de un número desde su nacimiento, que coincidirá con su DNI según el principio de acuerdo al que llegaron los grupos parlamentarios en la tercera y última reunión de la ponencia.
Fuente: http://www.abc.es/20110427/sociedad/abcp-bebes-vivan-menos-figuraran-20110427.html
Taller de Duelo en Logroño (Centro Raíz)
Globos para el recuerdo
Esta vez son nuestros compañeros de Uma Manita quienes nos comparten su celebración.
Globos para el Recuerdo
5 de Noviembre 2011 a las 17:00
Parque del Pío Felipe (parque de las tetas), Madrid.
Metro Buenos Aires
Ver mapa aquí
Teléfonos de contacto: 637 409 739 / 605 684 451
La breve vida de nuestros pequeños es como una estrella fugaz que deja una luz eterna en nuestras vidas. Ven a celebrarlo con nosotros.
En el año 2009 (según estadísticas NIE) murieron 2977 bebés antes o poco después del parto y un gran numero indefinido de pérdidas tempranas que no están ni representadas en las estadísticas nacionales.
Por tercer año consecutivo Umamanita organiza Globos Para El Recuerdo con el propósito de celebrar abiertamente la existencia de nuestros hijos e hijas, hermanos, nietos, sobrinos… y concienciar a la sociedad del dolor que uno experimenta cuando se muere un bebé tan pequeño y deseado.
Es un día para venir con la familia o con amigos.
Si quieres enviarnos un correo para confirmar tu asistencia escríbenos a jillian@umamanita.es
Esponsoriza un globo; manda un mensaje al cielo y ayúdanos a seguir trabajando para ayudar a otros padres.
¿Te gustaría ayudarnos y no sabes cómo? ¿Te gustaría venir el día 5 y no puedes? Esponsorizando un globo puedes enviar tu mensaje y además nos ayudas a seguir trabajando. Cada globo cuesta 1€ y puedes enviar los que quieras.
Solo hace falta ingresar el importe según los globos que quieras enviar en esta cuenta 2100-2812-59-0200128262 (La Caixa)
Transferencias internacionales: IBAN: ES90 2100 2812 5902 0012 8262
y poner tu nombre completo. Si quieres mandar un mensaje breve con tus globos (será escrito en un corazón de tamaño 8x7cm), remítelo al ainhoa.corcuera@umamanita.es.
Te enviaremos una foto de tus globos.
Jillian Cassidyjillian@umamanita.es0034 637 409 739 www.umamanita.es
Edito para subir el video que grabaron del día, muy emotivo:
1ª Diada de l’Associació Petits amb Llum
Petits amb Llum (Pequeños con Luz) es una asociación de papás, mamás y familiares que un día tuvieron que dejar marchar a sus bebés. El pasado 15 de Octubre celebramos nuestra primera Diada.
La hicimos coincidir con el Día Mundial de la Muerte Perinatal y Neonatal que a día de hoy sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad.
Fue una jornada tierna y dulce. Decorada con amor y sencillez. Abrigada por abrazos y lágrimas. Creada con sonrisas y vida.
Un día para el recuerdo.
Un día para tantos bebés que cambiaron la cuna por las estrellas. Los brazos de sus papás por la luz de la luna. Las caricias de sus seres más queridos por las lágrimas de amor que siempre nos despertarán.
Nuestros bebés brillan y brillarán siempre.
Cada vez que les recordamos, viven.
Cada vez que les nombramos, vibran.
Cada vez que les soñamos, aparecen.
Gracias a cada persona que estuvo allí y aportó su granito de amor a nuestro proyecto de luz. Gracias por vuestras manos, vuestra voz, vuestra música, vuestras fotos, vuestros pasteles, vuestros globos. Gracias por vuestras manualidades, vuestras aportaciones, vuestras risas, vuestras lágrimas, vuestro tiempo, vuestro calor. Gracias por vuestros aplausos, vuestra sencillez, vuestras emociones, vuestros abrazos, vuestra sinceridad.
Gracias por ayudarnos a darle nombre a cada uno de nuestros hij@s que existieron un día en la tierra y existirán para siempre las estrellas.
Noelia, mamá de Cora (una petita amb llum).
Foto 1: Norma Grau
Texto y fotos 1 y 2: Noelia, mamá de Cora
Ritual del mes de octubre: Día Internacional de la Pérdida Perinatal
Aprovechamos la ola mundial de rituales que se están realizando estos días por todos los bebés fallecidos en el útero o antes, durante o después del parto y nos unimos desde SUA aportando nuestra pequeña luz.
Te invitamos a encender una vela allí donde creas que puede lucir más (en tu blog, web, facebook, twitter… en caso de tenerlos, y si no, en tu corazón).
Angel de la guarda
dulce compañía
no me desampares
ni de noche
ni de día.
Invitación a la 1ª Diada de l’Associació Petits amb Llum
¡Hola amigos/as!
Hace 8 meses que nuestra primera hija, la petita Cora, se marchó. Se fue antes de lo previsto. Viajó hacia las estrellas sin despedirse, sin poder ni si quiera decirle hola.
Como nosotros, cientos de familias, cada año, ven rotas sus ilusiones quedándose con las manos vacias y el corazón roto.
Son muchos los bebés que mueren antes, durante o al poquito de nacer. Pero por un motivo u otro, estos bebés caen en el olvido. No cuentan. No existen.
Durante nuestro duelo hemos tenido la ocasión de poder contar con la ayuda de Petits Amb Llum. Un asociación de papás y mamás maravillosos que viven sin su bebé, pero que lo aman profundamente a pesar de la distancia, como nosotros.
Ellos han sido un elemento clave en nuestro caminito sin nuestra nena, y sabemos que si ellos, estos meses hubieran sido aún más dolorosos.
El dia 15 de octubre es el Dia Mundial de la Muerte Perinatal.
Coincidiendo con el Dia Mundial, desde la asociación, hemos preparado un acto para homenajear a nuestros niños y niñas y a la vez, dar a conocer la gran labor que hace Petits amb Llum con las familias que ven truncados sus sueños.
Pese al triste motivo del acto, queremos tranformar el dolor en esperanza y las lágrimas en ilusión, y hacer una celebración donde abunden las risas, la vitalidad y el entusiasmo por la vida.
Es por ello que te invito a:
1ª Diada de l’Associació Petits amb Llum.
Encontrarás actividades para grandes y pequeños, manualidades decorativas, artesania, bizcochos y pasteles, exposición fotográfica, música en directo y… ¡¡¡¡mucho más!!!!
PROGRAMA:
17:00 h INICIO DE LA FIESTA!
Presentación a cargo de Marta Muñoz, presidenta de la asociación
TALLERES PARA PEQUEÑOS Y GRANDES:
“Dibújame una máscara”
“Nuestra plantita”
“Mira qué cuadro he hecho”
“Decoramos nuestro porta velas”
“Escribe tu mensaje”
“Exprésate a través del arte”
18:30 h DANZA DE LUZ con Rosa Zaragoza,
encenderemos una vela en memoria de los pequeños.
19:00 h MÚSICA a cargo de Nessumdorma y despegue de globos.
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19:30 h DANZA con Rosa Zaragoza y cierre de la Diada
Dia: Sábado 15 de Octubre de 2011.
Hora: de 17 a 20h.
Lugar: Casal d’Entitats Mas Guinardó.
Plaça de la Riera nº2, Barcelona
Metro L4 – Guinardó/Hospital de Sant Pau.
www.petitsambllum.org
Agraceremos muchisimo que difundas esta información, a todos tus contactos en general, y sobretodo a aquellas familias que sepas que han pasado por esta experiencia.Que la hagas llegar vía meil o el boca a boca de toda la vida, pero queremos que se nos ioga, que se nos conozca, que se nos escuche.
Queremos que nuestros Petits amb Llum, tengan més Llum que mai.
Muchas gracias.
Un beso dulce,
Noelia.
Desde el blog de SINA: “Pecho lleno, brazos vacíos: manejo de la lactogénesis II en la pérdida perinatal”
Comunicación libre presentada por Àngels Claramunt y Susana Cenalmor en el VIII Congreso Fedalma (Castelldefels, julio 2011).
Las pérdidas perinatales son un tema tabú en la sociedad actual que comienza a destaparse: un tema que durante años ha sido escondido y con él, calladas las voces de millones de mujeres que han pasado por tal situación.
Cuando hablamos de subida de la leche nos viene a la cabeza una imagen de una mujer sosteniendo en brazos a su bebé con horas de vida, una imagen tranquila, sosegada, una imagen de amor.
Esta imagen dista bastante de la que nos podemos encontrar cuando esa mujer no tiene ningún recién nacido al que sostener.
La pérdida perinatal sigue siendo en el siglo XXI, un tema tabú. Cuando una mujer pierde a su hijo la sociedad la silencia. No se habla de bebés, se guarda el ajuar preparado y se venda el pecho, un pecho lleno, de amor que desgarra, de dolor… y de leche.
La subida de leche tras una muerte perinatal es un hecho posible a partir del segundo trimestre de embarazo.
Dado el número de pérdidas que suceden (en el año 2009, el INE registró una tasa de 4,55 casos por cada mil nacidos vivos de pérdidas perinatales sumando un total de 2621 casos y 49889 casos de embarazo con resultado abortivo registrados), podemos afirmar, por tanto, que esta vivencia afecta a un número importante de mujeres.
Tras varios años de trabajo en acompañamientos a madres que han perdido a sus bebés hemos podido observar la clara falta de información o información errónea que reciben las mujeres acerca del manejo de la lactogénesis II cuando han perdido a su hijo.
Hemos realizado una encuesta-seguimiento de 20 (25?) casos en los que las madres nos relatan su experiencia con el fin de valorar el impacto psicosocial que ha representado para ellas.
Hemos observado que no existe ningún tipo de protocolo ni estudio que valore el impacto que puede suponer este manejo para futuras lactancias o lactancias establecidas de otros hijos. Con tales encuestas, hemos registrado cuatro casos de subida de leche en pérdidas de menos de 20 semanas de gestación: una en la semana 13, dos en la semana 14 y una en la semana 18.
Pretendemos abrir una línea de trabajo basada en la revisión de protocolos actuales y/o creación de nuevas guías de actuación con el objetivo de que se tenga en cuenta las necesidades y el correcto acompañamiento de las mujeres con los pechos llenos y los brazos vacíos.
Por lo general, la lactogénesis II se inhibe en estos casos de manera farmacológica sin informar previamente a las madres en la mayoría de las ocasiones.
En los casos que hemos estudiado, sólo en uno se le preguntó por la posible existencia de otros hijos mayores lactando, con la posible pérdida de lactancia de ese hijo mayor.
En sólo tres casos las madres fueron informadas de la medicación que se les ofrecía y en dos se pidíó su consentimiento. Tras estudiar las encuestas realizadas, se relata cómo a la gran mayoría no se les informó, o bien les impusieron el fármaco por prescripción médica o bien no se trató ese punto: no se les dio medicación ni se les informó de lo que podía ocurrir en caso de subida de leche, encontrándose las mujeres en sus casas, solas, con una ingurgitación mamaria, padeciendo dolor físico y sin ningún tipo de apoyo.
Proponemos que la mujer tome esta decisión de manera consciente, que se le haga partícipe de su tratamiento.
Proponemos que se informe de otras posibilidades como la inhibición fisiológica de la lactancia o bien la donación en bancos de leche. Siempre en función de lo que la madre desee.
Y que, en la medida de lo posible, no pase sola por esta situación, porque si en una situación normal el apoyo, la red social, los grupos de apoyo son muy importantes, es fundamental en casi de pérdida no pasarlo sola y en silencio, sin que nadie repare en esta dolorosa vivencia.
Nos hemos encontrado casos en los que se relata la sensación de puerperio robado y el hecho de “cortar la leche” de manera brusca ha supuesto un duelo añadido.
Hemos acompañado a madres a las que se les ha ordenado el vendado de pechos y no se les ha hablado de la posibilidad de control del dolor por medio de analgesia. Con todo ello, nuestra propuesta en este campo es:
- Que hay necesidad de normalizar un tema tabú en la sociedad, ofreciendo información clara y concisa.
- Formación básica a profesionales y asesoras en duelos perinatales.
Invitamos a una reflexión sobre las prácticas protocolarias habituales o falta de protocolo en estos casos.
Proponemos abrir posibilidades de actuación relacionadas con la facultad de dotar a las madres para que puedan escoger el tipo de manejo frente al inicio de la lactogénesis II: inhibición farmacológica o fisiológica de la lactancia, así como diferentes posibilidades de uso de la leche extraída (donación, uso para otros hijos…).
Alertamos de la necesidad de dar información (consentimiento informado), dejar elegir y dar apoyo emocional a la mujer durante este proceso.
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ENCUESTAS PLBV
De las 21 mujeres entrevistadas, 13 han vivido una pérdida perinatal mientras que las 8 restantes han pasado por más de una.
Las entrevistadas pertenecen al foro “Superando un aborto” (SUA) dedicado a pérdidas gestacionales-perinatales y a la asociación “Petits amb llum” (PL) donde tratan la muerte al final del embarazo, parto/posparto.
Las encuestadas de SUA referencian pérdidas especialmente entre las semanas iniciales de gestación hasta la 28 y hay tres casos de muerte perinatal.
Las encuestadas de PL se concentran las pérdidas a partor de la semana 31 en adelante, hay dos casos de pérdida anterior de menso tiempo (semana 12 y 28). En 12 casos responden SI, a que hubiera subida de leche tras la pérdida. En 8 NO.
Sobre si estuvieron informadas, 5 responden que sí, el resto NO. Quién les informó: resulta curioso constatar que la inmensa mayoría de casos de muertes gestacionales alrededor del final del embarazo , los informantes fueron el
personal sanitario: médicos, enfermeras, comadronas… (PL). En cambio, en muertes en tiempo gestacional anterior, contestan que NO LES INFORMÓ nadie.
Algunas mamás explican que no recuerdan bien lo que les dijeron estos días porque estaban en shock. ESPECIALMENTE RELEVANTE, el caso de una mamá que explica que estaba amamantando a su hija de 5 años y que preguntó si algún medicamento podía afectar a la pequeña y le aseguraron que no. Más tarde, en el informe, leyó que le habían administrado “Cabergolina” por deseo expreso del paciente.
En un caso, donde en el hospital se “olvidaron” de hablarle de la subida de la leche, fue la madre quien puso en alerta a la hija, la informó y buscaron a un ginecólogo de guardia después del alta. Éste les recetó pastillas para cortar la leche, ya había empezado la subida.
En 19 casos el manejo de la subida de la leche se hizo de manera farmacológica, por prescripción médica, en dos de estos casos, fueron las mamás quienes lo solicitaron. El resto se les dijo que “debían tomar la pastilla” por protocolo. En un par de encuestas se comenta que también se extrajo leche y se utilizó el vendado de pechos, compresión.
Ante la pregunta de si se les informó de la posibilidad de manejar la subida de otro modo, la respuesta unánime es NO.
Ante la pregunta de si se pidió el consentimiento informado para tomar las pastillas, 18 dicen que NO, tres que Sí. Entre las que no, dos comentan que fueron ellas quienes las pidieron, y bastantes remarcan que las pastillas les fueron administradas con frases imperativas, como que era un deber, una obligación (“debes tomarlas”)…
El verbo DEBES sale en varias encuestas, y lo escriben entre comillas, frase literal. En la pregunta de si se les preguntó si había un hermano mamando, la respuesta masiva es NO; muchas deducen que el personal sabía que era el primer hijo, pero luego se observa que cuando hay hijos tampoco se pregunta. Y en el único caso encontrado donde sí se amantaba y la madre dio el alerta se le administró el fármaco igualmente sin información ni consentimiento.
En la pregunta de si se le informó de la posibilidad de necesidad de extracción de leche aún habiendo realizado la inhibición farmacológica, 18 dicen que NO y 3 que sí. Bastantes madres comentan que les sucedió, que aún tomando la pastilla para cortarla, la leche subió, “la leche salía sola”.
En la pregunta de si consideran que la inhibición farmacológica fue efectiva, 14 dicen que sí, 7 que no. Entre las que dicen que fue efectiva, una comenta que hubiera preferido un modo más natural de inhibición de la leche. Y en cuatro casos les quedó la duda de si la no subida fue por la pastilla o sin tomarla no hubiera habido subida, igualmente.
Sobre la cuestión de si percibieron dolor durante el proceso, 10 comentan que sí y 11 que no. Entre las que dicen que sí, un dolor muy fuerte, horroroso, como si sus pechos fueran a explotar, hasta unas pocas molestias, hinchazón… Todas remarcan que lo insoportable era el dolor emocional, el dolor psíquico, que este dolor pasaba a segundo plano, “me dolía el alma más que el pecho”.
Sorprende que en la siguiente pregunta, ante 9 mujeres que sufrieron dolor en el pecho de distintas intensidades sólo dos tomaron analgesia y otra hizo un vendaje compresivo que la alivió, el resto no realizaron ningún tipo de manejo del dolor.
Dos mujeres tenían un hijo mayor lactando en el período en el que sucedieron las pérdidas. Una de ellas relata que pese a que inicialmente la lactancia alivió la ingurgitación poco después, el dolor emocional al ver mamar al hijo mayor era muy intenso y no soportó continuar con la lactancia. La otra mujer relata que notó incremento en la cantidad de leche pero que se normalizó pasadas unas semanas.
Cinco de las 21 mujeres han tenido descendencia después de la pérdida (son pérdidas recientes, la inmensa mayoría, del último año). Tres de las restantes están embarazadas. Ante la pregunta de si han lactado tras la pérdida, constatamos que las cinco que han sido madres de nuevo, han amamantado a sus hijos, y una que sigue amamantando al mayor, al de antes de la pérdida.
Sobre si ha cambiado en algo esta vivencia su percepción de la lactancia, 8 dicen que sí y 12 que no.
Sobre el cambio de percepción:
- Algunas comentan que les hubiera gustado que les informaran, que les hubieran explicado más opciones, que tenían sentimientos ambiguos, querían cortar la leche y no querían.
- Una mamá explica que se tomó la pastilla, le subió igual, le recomendaron otra dosis, y no quiso tomársela. Le hería “cortar” la leche, pero le dolía el alma que hubiera la leche ahí sin su bebé.
- Algunas comentan que ahora tienen la duda de si tienen leche o no, ya que no tuvieron / notaron la subida.
- Otras explican que les sorprendió (especialmente en SUA) que estando de pocas semanas, su cuerpo estuviera tan preparado para amamantar, ni habían pensado en esa posibilidad, ni ellas ni quienes les atendieron, una pérdida en la semana13, dos en la 14,en la 15, en la 22 y otra en la 24.
- A una le pareció muy triste tomar las pastillas para cortar.
- Una madre tenía la percepción de que su cuerpo “fallaba” puesto que nunca había llegado a ver esa leche ya que la inhibición fue dada en el momento correcto pero sin información: en el momento de realizar la encuesta nos relataba como tenía dudas sobre su capacidad de amamantar a un futuro bebé.
- Algunas comentan que ahora dan un valor especial a la lactancia, que la valoran más. Porque les ha ayudado a sanar la herida y a vincularse con el nuevo bebé, porque les ha ayudado a crear una unión especial con el nuevo hijo. (*)
(*) Esto es especialmente relevante si tenemos en cuenta que una de las características del duelo perinatal es la dificultad de vincularse con el nuevo bebé, por lealtad al que se fue; por sentir que el nuevo vínculo traiciona al hermano muerto. Con los comentarios del último punto, podemos observar un camino sano de unión y vínculo con el nuevo bebé, a través de la LM, que vemos como un valor añadido fundamental, especialmente importante en estos casos.
Entre las que dicen que no, muchas comentan que lo deseaban, (dar el pecho) y que lo desean de igual modo.
De los puntos que consideramos más interesantes de esta encuesta, porque actualmente no se plantea, es lo que dicen las madres respecto a la pregunta:
¿Qué te parecería dar opción a la madre de donar esta leche?
Agrupamos tres tipos de respuestas:
POSITIVAMENTE
- Me hubiera ayudado a sentirme útil, en un momento que sentía que no servía para nada.
- GENIAL, sobretodo si el bebé nace vivo y la mamá se ha estimulado mucho para producir leche. Fue mi caso, me quedó el stock. Tuve que abrir el congelador y tirar la leche a la basura, fue especialmente duro, me hubiera encantado poder donarla.
- Me parecería estupendo, ayudaría a la madre a sentir que no está todo perdido. Esa leche puede ayudar a otros niños. Es un gesto muy grande dar esa leche. Yo daría la sobrante, no me estimularía… sólo para inhibir la leche naturalmente, gradualmente…
- Con mi pérdida de 15 semanas ¡me subió la leche! Para mí, fue una lección de la naturaleza. No me gustó que me “obligaran” a cortar con fármacos, quería una forma natural. Creo que me hubiera gustado donarla.
RELATIVO
- No lo había pensado, pero sería una opción que contemplaría (varias respuestas similares)
- Opción válida, pero yo emocionalmente no habría podido. Sería para beneficiar a otros niños.
- Si una madre se viera con fuerzas sería maravilloso. Yo no hubiera tenido ni fuerzas, ni ganas ni ánimos.
NEGATIVAMENTE
- Demasiado duro, no quería sacarla. Prefiero cortarla, pero si no funciona y sube igual, quizás la donaría. Cuando fallece el tuyo, los demás te dan igual,sinceramente…
- Y UNA INDICACIÓN CLAVE PARA PROFESIONALES; ACOMPAÑANTES, ASESORAS LACTANCIA: “Quizás hubiera accedido con un buen acompañamiento, un discurso trabajado y con mucho cariño, haciéndome ver la utilidad real de esa acción”.
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Y UNOS COMENTARIOS FINALES PARA REFLEXIONAR:
Me parece muy bien, incluso lo pensé, pero me dio vergüenza proponerlo al personal médico. Cuando me vino la idea, ya me habían dado la Cabergolina (sin consentimiento informado, por protocolo).
Es ambiguo. Cortar me alivió al momento… Pero a la larga, quedó un vacío. Mi cuerpo buscó lo que los medicamentos le habían cortado de repente y la leche subió igualmente al cabo de varios días. No me explicaron los efectos de la inhibición farmacológica ni posibles alternativas. Después del cansancio del parto de mi bebé muerto dije SÍ a todo.
Cuando pierdes un hijo la sociedad tapa lo que no quiere ver…
Y si en confianza comentas que necesitas sacarte leche con la misma confianza se te responde que ¿hasta cuándo continuar con ese sufrimiento que te estás creando? Ese no era precisamente mi sufrimiento, sino la vía de escape a mi dolor. Recuerdo levantarme de madrugada, con dolor de pecho, levantarme a extraer leche y llorar… Esas lágrimas
que brotaban por mi cara y por mi pecho, ese pecho lleno y mis brazos vacíos.Pasó un tiempo y poco a poco y sin quererlo, necesité extraer menos veces, menos cantidad… Poco a poco como todo, me fui destetanto. Los momentos en los que me cuidaba el pecho, mimaba con esmero la cicatriz de mi cesárea… Eran esos pocos momentos comunes que tenían las mamás “de verdad” y yo… No hubiese sido justo quitármelos también, necesitaba palpar mi puerperio robado.
Traté de donar la leche por vía hospitalaria pero al ser inviable, hice donaciones personales… Me sentí útil por primera vez en bastante tiempo, mi cuerpo, que tanto me había fallado servía para algo.
Es de resaltar que hay pocos comentarios negativos y los que hay, dejan abierta una posibilidad, más o menos remota, a la donación. De hecho, durante muchos siglos, las mamás de bebés muertos amamantaban a otros bebés para evitar mastitis, obstrucciones… Era una solución práctica y común.
Hemos entrevistado a dos abuelas a quienes les sucedió. Ambas han dicho lo mismo: fue muy duro tener un bebé al pecho cuando el tuyo acababa de morir… Pero ambas tuvieron más hijos, y guardan en la actualidad una relación muy especial con esos bebés (ahora adultos) que amamantaron, valoran muy positivamente el hecho de haberlo hecho, remarcando sentirse satisfechas de la buena acción y hablando de estas personas como hermanos de leche de sus hijos.
Susana Cenalmor
M. Àngels Claramunt
Pequeña gran sabiduría
Hace poco una niña de 3 años le decía esto a una de sus amigas: “las mamás tienen bebés dentro, y algunos crecen y otros no”.
Leído parece tierno, inocente, y posiblemente arranca una sonrisa a quien imagina a una pequeña de 3 años, con su lengua de trapo, expresando cosas que parecen más propias de los adultos.
Pero si repasamos lo que dice la pequeña, vemos que expresa una confianza profunda y firme en la capacidad de dar vida del género femenino. La sabiduría de conocer el hecho de que las mujeres somos, en potencia, madres. De que en nuestro interior la vida puede darse, que de hecho se da, está dentro de nosotras esperando a que una chispa la despierte, a que se desencadene la reacción que haga que gestemos una nueva vida en nuestro interior. En ocasiones esa “chispa” llega y en otras no es así o algo ocurre.
Capacidad de dar vida
Esta esperanza, esta confianza, este conocimiento de la naturaleza femenina, es algo que todas las mujeres hemos tenido seguramente en algún momento de nuestras vidas pero que, cada una por diferentes motivos, tal vez hemos ido perdiendo. Porque puede darse o no el momento en el que una madre sostenga en brazos a su bebé, pero el inicio de todo lo que puede llegar a ocurrir está dentro de ella. Tanto si sucederá como si no, el origen de la vida está en esa mujer de algún modo incluso desde antes de su nacimiento. El resto, serán circunstancias que se irán cruzando en la existencia de esta mujer.
Complicar lo sencillo
Esto, que a priori parece tan sencillo de entender, los adultos tendemos a complicarlo cuando las cosas no ocurren como nos gustaría. Solemos llegar a conclusiones que son más bien enrevesados caminos que nos conducen a la culpa, el sentimiento de no estar capacitadas física o emocionalmente para ser madres o la autocompasión entre otros muchos. Y todo ello en ocasiones hace que nos quedemos inmóviles, que no podamos avanzar, reflexionar con calma o pensar con claridad… que no escuchemos nuestras emociones y no podamos buscar ayuda si la necesitamos.
Este proceso ocurre a menudo cuando una mujer pierde uno o más bebés en cualquier etapa de su embarazo o cuando una mujer no consigue un embarazo que desea y que busca incansablemente a través de todas las opciones que están a su alcance.
Rendirse
Con frecuencia una mujer que tiene dificultades de fertilidad o pasa por una o varias pérdidas de embarazos o bebés ya nacidos puede llegar a una de esas conclusiones. Puede llegar con aparente facilidad a creer que no es válida para tener hijos, que no está hecha para ser madre porque no consigue quedarse embarazada o gestar un bebé sano que criar con todo ese amor que tiene para él.
Cuando una mujer llega a ese punto parece que se ha rendido. Que se ha entregado al hecho de no llegar a ser madre nunca. De no tener capacidad para ello. Pero no siempre es únicamente por las dificultades de su camino. A veces se ha rendido no sólo por esas dificultades que ha vivido y que le han marcado, sino por la falta de apoyos externos que la ayuden a seguir su camino hacia la maternidad.
Porque la maternidad no tiene un único camino. Tiene tantos como bebés nacen cada día, tantos como mujeres deciden convertirse en madres en cada uno de los puntos de nuestro planeta. Tantos como pechos llenos de amor maternal hay en nuestro mundo. Y cada mujer tiene el suyo.
Pero no siempre es fácil. No siempre es decidirlo, quedarse embarazada, dar a luz y llevarse a casa a su bebé sano y fuerte para ser siempre felices juntos. Esto no es realista. Porque, como cada cosa que nos ocurre en la vida, la maternidad tiene sus altos y sus bajos. Sus luces y sus sombras. Aunque sea un proceso inundado del más profundo amor, de ese tipo amor que no espera nada y entrega sin pretenderlo siquiera. De ese amor que se desborda sin más y es generoso en su más profunda esencia.
Falta de apoyo
Entonces, si la maternidad es el acto de amor por excelencia, ¿por qué la sociedad no la apoya?¿Sabemos apoyar algo tan intenso y que rompe todas las reglas sociales existentes porque sólo sigue las “no reglas” del amor? Es muy posible que no. Que no es que no queramos, sino que no sabemos. Tal vez no lo entendemos, simplemente. Pero un buen punto de partida es respetarlo.
Escuchar a la mujer que vive con dificultades su búsqueda de ese bebé, no tratar de entenderla siquiera, sino sólo escucharla. Estar atentos a lo que nos quiere transmitir. Ese es el primer paso para respetarla y comprenderla. Y, si la respetamos, si no tratamos de modificar su camino o decidir por ella, ya estamos ayudándola. Ya la estamos valorando como mujer, como madre que tomará en ese momento y en todos los demás que viva sus propias decisiones. Ya le estamos dando el poder sobre su propia vida y sobre su maternidad.
En lugar de eso, solemos tender a iniciar el camino de la escucha que adoctrina, de la falsa escucha que dirige a la otra persona hacia lo que nosotros pensamos, creemos, hacia nuestros miedos… diciendo cosas como: “no pasa nada, ya lo conseguirás”, “mujer, si tú estás muy bien sin niños”, “¿qué necesidad tienes tú de complicarte así la vida con tratamientos y pruebas?”, “¿no será mejor que adoptes, que es más fácil?”, “uy, vaya lío esto de la adopción! ¿Has pensado bien si te compensa?”. Y, a través de frases así, menospreciamos la vivencia que esa mujer está percibiendo con dolor, cuestionamos su decisión de ser madre, le informamos de que se está “complicando la vida sin necesidad”, minusvaloramos el proceso emocional y psicológico que implica una adopción o convertimos el deseo de ser madre en algo que precisa de compensación de algún modo…
Desconocemos el motivo por el que una mujer desea ser madre. Pero… ¿podremos al menos respetarlo algún día?¿Conseguiremos entenderlo?
Quizás escuchando a los niños, a estos pequeños que parecen no saber nada, aprendamos mucho. Muchísimo.
Doula en todas las etapas de la maternidad, especializada en duelo.Fuente: http://www.netmoms.es/magazin/maternidad/infertilidad/pequena-gran-sabiduria/
Apoyo social en las pérdidas prenatales
¿Nada que “no existió” se puede añorar?¿Nada que “no fue” se puede amar siempre?¿Algo que realmente no hemos visto nos puede enamorar profundamente? La fría lógica nos dice que no podemos amar a alguien a quien no conocemos, a quien no hemos visto, tocado, abrazado, sentido…
Vivimos en una sociedad en la que sólo existe lo que se puede ver o tocar. El resto no es demostrable o no es válido para nosotros. En una sociedad en la que sentir por lo que “no está” se nos dice que es una pérdida de tiempo, en la que hemos de seguir hacia delante sin mirar lo que fue o lo que pudo ser, sin derecho a nuestras emociones. Pero sin derecho no sólo a expresarlas, sino tampoco a que existan dentro de nosotros. Culpabilizándonos por tenerlas…
En esta situación, en esta sociedad en la que todo duelo por la pérdida de un ser querido tiene fecha de caducidad, ¿cómo encajamos la pérdida de un bebé que quizás ni una ecografía nos ha mostrado y del que la única prueba de vida que hemos tenido son las marcas de un test de embarazo y las sensaciones y emociones de una mujer que ha sentido esa vida en su interior?
¿Y qué ocurre cuando esa vida no continúa?¿Qué ocurre cuando ese bebé no llega a los brazos y el pecho de su madre?¿Cómo actúa la sociedad ante esta pérdida?¿Qué apoyo recibe esa madre?¿Ha sido realmente madre en algún momento?
Para comenzar, esta mujer ha tenido dentro una vida, un feto o un cigoto que era el inicio del camino a la vida de un bebé que, por algún motivo, no ha llegado. Pero ha existido sin lugar a dudas. Así que sí, esa mujer ha sido madre. Ha creado su relación con su bebé incluso a veces sin darse cuenta, de modo instintivo. Le ha cuidado, alimentado y amado quizás sin saberlo durante unas semanas preciosas en la vida de ambos, incluso aunque hayan sido pocas. Quizás ha hecho su proyecto mental para su bebé, tomar decisiones para él, hacer planes, imaginar a ese precioso ser que llegaría.
Entonces, si una madre ha perdido a su bebé, ¿cómo apoya nuestra sociedad a esta mujer?
Lo primero es entender que, debido al modo en que nuestra sociedad entiende las relaciones y las emociones, esa mujer no suele ser considerada madre. Se le considera normalmente como una enferma a quien los médicos han curado o deben curar de la enfermedad que supone el bebé que no ha llegado a ser. Y esa consideración es la que recibirá la mujer en la mayor parte de los casos tanto por parte de la sociedad general como por parte del sistema sanitario. Así que, por esta forma de ver esa pérdida como una enfermedad y por lo frecuente que es por desgracia el perder un embarazo, el apoyo es el mismo que se le da a una persona que se opera de anginas, por ejemplo. Y a esas personas no se les da apoyo, sino cuidados físicos durante el ingreso hospitalario y poco más…
Pero, ¿qué pasa cuando ya ha pasado la parte física de la pérdida? Cuando el aborto ya es un hecho consumado; cuando esa mujer recibe el alta o se le confirma que ya “está todo bien” (¿lo está de verdad?) En ese momento ¿qué trato recibe?¿Tiene apoyo social?¿Por qué habría de tenerlo si esto ha sido algo así como curar una enfermedad y ya todo ha pasado?¿Debe estar bien?¿Debe estar ya preparada para intentarlo de nuevo?
Todo esto es lo que hay que plantearse, lo que hemos de preguntarnos respecto a las pérdidas tanto de embarazos tempranos como avanzados y en pérdidas tempranas de bebés. Porque no nos podemos permitir una sociedad en la que la bandera sea el “no ha pasado nada”, el “vuelve a intentarlo”, el “ya tendrás otros hijos”… Porque sí, quizás esa mujer tenga otros hijos, pero serán otros y no el que ya ha tenido dentro. Así que ese pequeño que ha estado dentro de ella, que ha vivido dentro de su mamá hay que darle el espacio que merece. No esconderlo, no eliminarlo de la memoria y mirar para otro lado, sino reconocer que ha estado con nosotros de algún modo, que habíamos pensado en él, quizás le habíamos imaginado, seguramente le habíamos hablado y no puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. No podemos negarle la existencia y tampoco debemos permitir que la sociedad se la niegue.
Eso no significa vivir en el dolor permanente, sino reconocer esa relación, ese amor que se había iniciado hacia nuestro bebé. Convertirlo en un tipo de amor distinto, que no espere un encuentro físico, una caricia o una mirada de cariño y complicidad. Y hacer que la sociedad entienda que ha existido.